Con el arresto del fundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, termina una era de narcotraficantes mexicanos de la vieja guardia que tenía códigos de respeto.
Incluso, un grupo de capos que privilegiaban el acuerdo y negociación en las diferentes entidades de México para “no calentar plaza” dejando como la última opción la violencia.
Sí existían ejecuciones, pero eran muy herméticas sus acciones y se tenía el código de no meterse con la familia. Zambada, originario de Sinaloa, siempre manejó bajo perfil.
Y aunque sí tenía varias canciones que hablan de él, conocidos como narcocorridos, no tenía una exposición como ahora la tiene las nuevas generaciones de capos que utilizan las redes sociales para exponer sus autos, armas de chapa de oro, relojes.
Este capo, que según se entregó a las autoridades de Estados Unidos, era conocido por corromper a las policías federales, estatales y municipales a cambio de protección o traficar la droga,
“El Mayo”, formaba parte de una generación de narcos mexicanos de los años 70’ 80’ y principio de los 90’, que su principal tráfico era la mariguana para pasarla a Estados Unidos.
Tales como los capos Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca, Caro Quintero, Juan García Abrego y Amado Carrillo.
La historia del narco en México se remonta al año 1989 con el Cártel de Guadalajara, liderado por Miguel Ángel Félix Gallardo, quien monopoliza el narcotráfico.
Pero con el crimen del agente de la DEA, Enrique Camarena, se fragmenta esta organización, y nace el Cártel de Sinaloa, fundado por “El Mayo”, y se integra después Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Y, por otro lado, surge el Cartel de Tijuana, también conocido como el Cartel de los Arellano Félix, controlado por la familia de Ramón Arellano Félix, en un principio por Eduardo Arellano Félix y Enedina Arellano Félix, quienes fueron detenidos en 2008, por lo que el hijo de Enedina, Luis Fernando Sánchez Arellano, “El Ingeniero”, capturado en 2014.
Otro de los integrantes, Francisco Javier Arellano Félix, “El Tigrillo” fue encontrado culpable en Estados Unidos de varios delitos en 2007.
También surge el Cartel de Juárez, liderado por Amado Carrillo, El Señor de los Cielos, quien fue los principales traficantes de cocaína en sociedad con el narcotraficante colombiano, Pablo Escobar.
Con la muerte en 1997 de Amado Carrillo, líder del Cártel de Juárez, esta organización quedó dirigida por sus hermanos, Vicente Carrillo Fuentes “el Viceroy” y Rodolfo Carrillo Fuentes el “Niño de Oro”.
Pactan con Ismael “El Mayo” Zambada, y con Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” Guzmán llamar la alianza Triángulo de Oro. Completamente fortalecido, “El Chapo” se niega a pagar el derecho de piso a los hermanos Carrillo Fuentes, y se termina esta alianza en enfrentamiento con la muerte de varios capos.
“El Mayo” se quedaba al margen de esta disputa, pues era un capo de bajo perfil.
Una alianza similar se tenía con el Cartel del Golfo, con base en Tamaulipas, que era liderado por Juan García Abrego, quien también cobra piso a la organización del Cártel de Sinaloa por el trasiego de droga a Estados Unidos.
Abrego fue detenido en Nuevo León 1996 en un rancho en Cadereyta por agentes federales, y con esto acabó con la vieja guardia del Cartel del Golfo, pues tomó el control Oziel Cárdenas Guillen en 1999.
Y con Cárdenas Guillen comenzó una nueva era de narcotráfico al norte de México, pues era uno de los capos más violentos, incluso fue el creador del Grupo de Los Zetas.
Guillen sedujo a un grupo de militares para que fueran su brazo armado y de custodia entre destaca Heriberto Lazcano Lazcano, alias “El Lazca”, Miguel Treviño Morales, alias “El Z-40” y Jaime González Durán, alias ‘El Hummer’.
Oziel, detenido en 2003, el grupo armado se convierte en una célula criminal conocida hoy como el Cartel de los Zetas, quienes disputan la plaza de Tamaulipas con los integrantes que quedaron del Cartel del Golfo.
Una guerra que llegó a Nuevo León y que hoy continúa con ejecuciones entre miembros de ambos bandos.