El triunfo de Mezcala
La comunidad indígena coca de Mezcala ganó una batalla para recuperar sus tierras luego de que autoridades judiciales reconocieran que el invasor de sus terrenos no es un comunero de la zona, como se había amparado para hacer uso de las hectáreas
Jonathan Ávila“Mezcala ganó una batalla más. El paso que se logró es grande y aunque faltan otras batallas, éstas serán menos complicadas”, expresó en redes sociales la comunidad indígena coca de Mezcala tras casi una década de conflicto por su territorio.
Las batallas de la comunidad en Mezcala, municipio de la Ribera de Chapala, han encontrado justicia a partir de lo resuelto por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa y del Trabajo del Tercer Circuito del Consejo de Judicatura de la Federación.
Desde hace 19 años la comunidad coca ha solicitado la restitución de tierras invadidas por Guillermo Moreno Ibarra. Él es un empresario tapatío que ha realizado diversas acciones para protegerse y acosar a la población indígena que lucha por las 12 hectáreas del Cerro de El Pandillo, que forma parte de un bosque perteneciente a la comunidad y un espacio fundamental para esta población.
La resolución del tribunal es fundamental para el futuro de la lucha por recuperar sus tierras, pues se determinó que Moreno Ibarra no es un comunero de Mezcala sino un invasor que se apoderó de este espacio.
Negar la condición de comunero era importante, pues bajo este fundamento legal el empresario tenía ciertos derechos sobre la zona al igual que la comunidad coca. La invasión de la tierra se hizo vía Crescenciano Santana, uno de los prestanombres de Moreno Ibarra, y su condición comunal la obtuvo al falsificar la firma de uno de los miembros amparándose en que cada comunero puede nombrar a un sucesor en vida.
“Lo que acaban de resolver es que el Tribunal Superior Agrario en México tiene que juzgar al señor como invasor y no como comunero. Van a regresar el expediente a México otra vez para que el tribunal resuelva si es correcto lo que dijo el Tribunal de Guadalajara de que el señor tiene que regresarle la superficie a la comunidad (…) Lo más seguro es que en México se tiene que decir que efectivamente el señor tiene que regresarle la tierra a la comunidad”, detalló Rubén Ávila, abogado de la comunidad.
Pero la lucha no termina. Como explicó Rubén Ávila, este es un primer paso para poder llegar a la entrega del territorio invadido, donde uno de los obstáculos era la condición de comunero para Guillermo Moreno Ibarra. De tal modo que esta apenas es una batalla en su larga lucha, como lo explicó también Rocío Moreno, una de las integrantes más visibles de los cocas en Mezcala.
“Desde hace 19 años recuerdo muy bien que los comuneros decían que prácticamente iba a ser una lucha contra el capital, una lucha contra el dinero. Y que el ganar, el tener este triunfo, iba a depender totalmente de que venciéramos esta idea que tenemos de que solamente ellos pueden modificar y hacer sus leyes por estar en una postura económica distinta a la de nosotros”, expresó la comunera.
Años en incertidumbre
Por poco más de un mes la resolución estuvo en suspenso. Desde el 13 de septiembre el tribunal debía emitir su dictamen al respecto de una disputa que ya acumulaba alrededor de dos décadas. Pero los magistrados argumentaron que se debía revisar a mayor profundidad el conflicto, esto a propuesta de José Manuel Mojica Hernández, ministro ponente del juicio de amparo 390/2016.
Rubén Ávila Tena también advirtió que existe la posibilidad de que Guillermo Moreno Ibarra utilice un último recurso judicial, vía el amparo, en caso de que el Tribunal Superior Agrario confirme la condena al empresario y éste tenga que regresar las tierras a la comunidad.
En caso de que le sea negado el amparo, Guillermo Moreno no podría tener más recursos con los cuales blindar la devolución de las 12 hectáreas. De este modo la comunidad ha expresado que el juicio en el Tribunal Unitario Agrario para la restitución de la tierra podría tener efectos entre seis meses y un año.
Este empresario había talado y desmontado área forestal, construyó una vivienda cercada con una valla eléctrica y una brecha de circulación exclusiva para sus vehículos, así como el desvío del cauce de un río, que afectó principalmente a los cocas de Mezcala.
Además, desde 2011 la comunidad había denunciado la intimidación por parte de grupos armados y con el rostro cubierto para proteger el predio invadido.
Ante este triunfo Salvador Magallón, presidente de bienes comunales, ha expresado que la unidad de la comunidad es crucial para seguir con su lucha: “nos sentimos muy contentos ahora sí, ahora sí le damos gracias a dios. Hemos ido avanzando y esperamos seguir adelante y no aflojar porque esta lucha la vamos a ganar.
Las denuncias y juicios que ha llevado a cabo la comunidad para recuperar sus tierras datan desde 1999, cuando se hizo la denuncia de invasión. Pero desde 2006 se han llevado a cabo diversos juicios, en ese año se inició el juicio agrario por restitución de las tierras comunales en el Tribunal Unitario Agrario 16, con sede en el municipio de Atotonilco. Así como el juicio penal de un presunto secuestro a Guillermo Moreno por tres comuneros.
La lucha de Mezcala ha tenido repercusión local, nacional e internacional a través de foros y expresiones en diversos medios de comunicación. Además de que los cocas han recibido el apoyo del Congreso Nacional Indígena, que desde septiembre pasado se posicionó en el contexto previo a la determinación de alargar el juicio.
“Abrazamos la dignidad que no se vende, no se rinde y no claudica de los compañeros de la Comunidad Indígena de Mezcala, pese a la represión e intentos de división, de intentos de que se olviden de que la tierra fue suya alguna vez. Eso, sabemos que no es, ni será fácil, sino que es el reflejo de la vida”, expresó el CNI en su comunicado.
Larga lucha
> 19 años tiene la comunidad de solicitar tierras invadidas por Guillermo Moreno Ibarra, empresario tapatío que ha realizado diversas acciones para protegerse
> 12 hectáreas de cerro son reclamadas por la comunidad, las cuales incluyen parte de un bosque considerado un espacio fundamental para esta población