El rostro de los señalados

Algunos de los policías municipales de Iguala señalados de participar en el ataque contra los estudiantes el 26 de septiembre pasado, argumentan que ese día les tocó descansar y no estuvieron de labores.

Otros aseguran que no escucharon nada por la radio de la policía.

Hay quienes aseguran que ese viernes se fijaron dos objetivos principales: garantizar la seguridad en el Segundo Informe de labores de la presidenta del DIF, María de los Ángeles Pineda, y vigilar que el encuentro deportivo de futbol en el que jugaron Los Avispones transcurriera con calma.

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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http://youtu.be/iXlL105AeHQ

Algunos de los policías municipales de Iguala señalados de participar en el ataque contra los estudiantes el 26 de septiembre pasado, argumentan que ese día les tocó descansar y no estuvieron de labores.

Otros aseguran que no escucharon nada por la radio de la policía.

Hay quienes aseguran que ese viernes se fijaron dos objetivos principales: garantizar la seguridad en el Segundo Informe de labores de la presidenta del DIF, María de los Ángeles Pineda, y vigilar que el encuentro deportivo de futbol en el que jugaron Los Avispones transcurriera con calma.

Pero todos se dicen inocentes, a pesar de que todos aparecen en una lista, o porque fueron reconocidos por los normalistas o porque la noche del ataque manejaron algunas de las patrullas identificadas en las declaraciones.

Uno de los jefes de turno de esa noche fue Fausto Bruno Heredia. En su declaración ministerial, el mando policiaco reconoce que sí recibió el reporte de que en la Central de Autobuses se habían robado unos camiones.

Asegura que pese a que varios de sus compañeros (sin mencionar nombres) protagonizaron una persecución de los autobuses, los policías los dejaron ir para evitar dañar más sus patrullas por las piedras que les aventaban los estudiantes.

Este es su relato:

“…decidí dejar que siguieran su camino estas personas ya que estaban muy agresivos, y yo me quedé en el centro por el evento que se llevaba a cabo.

“Posteriormente me enteré por la misma vía de radio, que había problemas en el periférico Norte y por mi parte yo no me acerqué, de ahí se quedó en silencio el radio (…) de aquí en adelante ya no me di cuenta de nada.

“Posteriormente de esto, decidí realizar recorrido por las colonias de la periferia, que no escuché ningún disparo ese día de los hechos. Posteriormente, vía radio, recibimos reporte que había personas armadas por la calle de Galeana y decidimos no ir para evitar que nos fueran a agredir”, relató.

Heredia manifestó que nunca estuvo cerca de las personas que se llevaron los autobuses, por temor a ser agredido.

“También manifiesto que no me percaté si alguno de mis compañeros policías preventivos realizó algún disparo y que yo por mi parte nunca disparé”, agregó.

El jefe de turno dijo que el día de los hechos se encontraban laborando la mayoría de las patrullas, de las cuales no me recordó su numero económico.

Activan la alerta roja

La noche del viernes 26 de septiembre, Natividad Elías, el encargado de operar la frecuencia de la policía, activó la alerta roja.

Ahí se escuchó el reporte en clave que había diversos 10 y 11 (muertos y heridos).

Emilio Torres Quezada, uno de los 22 elementos consignados por los hechos, declaró ante las autoridades que fue alrededor de las nueve de la noche del viernes cuando los radios se volvieron locos.

“Escuché las voces de los compañeros que mencionaban sobre la persecución de un autobús indicando las calles hacia dónde se dirigía.

“La comunicación era intensa, por lo que supongo participaron varias patrullas ya que se escuchaban varias voces de las cuales no pude identificar a nadie ya que el canal es abierto.

“Quince minutos después, escuché que ya había logrado detener al autobús y que lo tenían abajo del puente de la autopista México-Acapulco”, recordó Torres Quezada.

Refirió que se trasladó hasta ese punto para apoyar a sus compañeros, pero que no supo ni cuántas personas estaban a bordo ni cuáles compañeros tenían detenido al autobús.

Él también negó haber disparado contra los estudiantes y declaró que solo atravesó su patrulla frente al autobús.

Otro de los elementos que aparecen en la lista de involucrados, Marco Antonio Ramírez Urban, aseguró que el viernes le tocó descansar, por lo que estuvo viendo televisión en su casa hasta la noche que asumió el turno en la patrulla 17, una de las reconocidas por los normalistas de Ayotzinapa que sobrevivieron.

“Escuché rumores de varios compañeros en el pase de lista,  que se habían suscitado unos hechos relacionados con los estudiantes con la escuela Normal de Ayotzinapa, sin más detalles precisos sobre dichos hechos, los cuales yo desconozco totalmente”, recalcó.

Ramírez Urban señaló que apenas iniciaba su turno cuando fue notificado que regresara a la comandancia para entregar su arma, ya que el personal de la Policía Ministerial del Estado había llegado a las oficinas.

“Nos preguntaron quiénes eran los tripulantes de la patrulla 17, en la cual habíamos llegado al cuartel. Fue así que el elementos ministerial le ordenó al chofer que metiera el vehículo al interior del cuartel… que los ocupantes de la patrulla 17 entregáramos de manera inmediata las armas”, recordó el policía.

Zulaid Marino Rodríguez, otro de los inculpados en el caso,  confesó que no era la primera vez que lo detenían, pues en Teloloapan, Guerrero, fue acusado de uso indebido de funciones.

El policía municipal recalcó que no escuchó nada anormal hasta el amanecer del sábado cuando supo de la orden del secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez para que se presentaran al cuartel de la policía y entregaran sus armas.

Así fue como se formó el grupo de los primeros 22 presuntos responsables del ataque de los normalistas y de los jugadores del equipo de futbol Los Avispones.

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