El reto es hacer valer la ley

A tres años de la aprobación de la reforma en derechos humanos en México, se hizo un balance de cómo se ejecuta, implementa y da seguimiento a la misma.

En el foro “Actualidad, retos y prospectiva de la reforma constitucional en materia de derechos humanos”, que concluyó ayer, se revisaron los avances y pendientes en la materia, analizando qué medidas le están dando efectividad a esta legislación.

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A tres años de la aprobación de la reforma en derechos humanos en México, se hizo un balance de cómo se ejecuta, implementa y da seguimiento a la misma.

En el foro “Actualidad, retos y prospectiva de la reforma constitucional en materia de derechos humanos”, que concluyó ayer, se revisaron los avances y pendientes en la materia, analizando qué medidas le están dando efectividad a esta legislación.

En el foro, organizado por la UNAM, la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Instituto Mexicano de Derechos Humano y Democracia (IMDHD), participaron funcionarios públicos, integrantes de los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo, a nivel federal y local, así como académicos y miembros de la sociedad civil.

Los participantes, reunidos en el Auditorio Gustavo Baz Prada del Palacio de Medicina de la UNAM, coincidieron en que se dio un paso adelante al concretar la reforma promulgada en 2011, pero el reto es que esta devenga en una reforma cultural para establecer una relación distinta entre los ciudadanos con derechos frente a la autoridad y también en la organización y funcionamiento de las instituciones.

Lo anterior para que el trabajo, las actividades, la política pública y los programas que se llevan adelante comiencen a ser concebidos y evaluados en términos de derechos humanos.

Rocío Culebro, directora ejecutiva del IMDHD, destacó que si bien se reconoce lo bueno de haber reformado 11 artículos de la Constitución y en especial el Artículo 1º, que concentra la esencia de un nuevo paradigma en materia de derechos humanos, se requiere pasar del enfoque de individual o de garantías al de derechos y personas.

Más que un discurso 

En la primera de las siete mesas en que se dividió el foro, se analizó el papel del Poder Ejecutivo en la reforma. Los ponentes coincidieron en que para que la ley avance debe trasladarse al funcionamiento de las instituciones. Tal proceso será efectivo en la medida en que los funcionarios no solo conozcan la reforma sino que participen y generen incentivos en términos de compromisos con los derechos humanos, para que trasciendan “el discurso hueco”.

En esta mesa se destacó que hasta hoy el Programa Nacional de Derechos Humanos que recién se publicó aún no está presente porque, consideran algunos expertos, no tiene la relevancia ni el peso suficiente para darle continuidad y efectividad a la reforma aprobada en 2011.

Otra cosa que se mencionó es que la reforma tendría que llevar a definir y discutir qué es un derecho humano y qué no.

También se insistió que esta discusión debería llevar a la revisión de la política social y la de desarrollo teniendo a los derechos humanos “como indicadores de efectividad y de resultados y no solo de discursos en boga que han servido para menoscabarlos”, explicó Édgar Cortez, integrante del IMDHD.

El investigador dijo a este medio que la expectativa del foro es que sea “un banco de ideas, viables y concretas” que permitan darle continuidad a la reforma en derechos humanos en varios niveles, para que emerjan propuestas prácticas y operativas para las instituciones federales y estatales. 

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