Durante la reunión de seguridad entre México y Estados Unidos no se abordó oficialmente el tema de la migración, pero el secretario de Estado, Antony Blinken, declaró que una de las prioridades de su país es atender las causas que originan la migración de personas centroamericanas y del Caribe.
Tanto Blinken como el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, negaron hablar sobre el programa estadounidense Permanecer en México, que obliga a los solicitantes de asilo a quedarse en territorio nacional mientras esperan una respuesta de las autoridades.
Close cooperation between the U.S. and Mexico is essential to overcome our shared security challenges. Ahead of today’s High-Level Security Dialogue, I met with Mexican President @lopezobrador_ to discuss progress on these and other regional issues. pic.twitter.com/vvMsbtwjrE
— Secretary Antony Blinken (@SecBlinken) October 8, 2021
Del Título 42, el funcionario estadounidense insistió en que atenderán las causas de la migración y recordó que su país invertiría en los próximos cuatro años 4 mil millones de dólares para desarrollar Centroamérica.
Por su parte, Ebrard señaló que México espera tener empleo para 40 mil personas migrantes para inicios del próximo año y que no habría problemas para el país si llegan alrededor de 15 mil personas de Haití.
Al respecto, Rodolfo Casillas, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y especialista en migraciones indocumentadas, comenta que el perfil de los migrantes que están llegando a México es uno de bajo nivel educativo y escasamente calificado en temas laborales.
“El problema va a continuar porque a esos países expulsores: Guatemala, Honduras, El Salvador, y ahora Haití, no les interesa oponerse a la emigración de sus connacionales porque eso representa una reducción de la presión interna de generación de empleos y mejora de salarios y en un futuro esos connacionales mandarán remesas, lo que se convierte en un tanque de oxígeno para esos países”, agrega.
Además de estar en medio del camino de los migrantes que provienen de Centroamérica y buscan llegar a Estados Unidos, el especialista comenta que el problema a México también se le comienza a complicar por la salida de sus propios habitantes.
“México por un lado trata de detener a los migrantes centroamericanos y por el otro tiene otro país, Estados Unidos, que le está exigiendo frenar esa migración, entonces ya se le complicó esta situación porque en los últimos tres años ha habido un nuevo auge de mexicanos que intentan irse a Estados Unidos, un 35 por ciento de los que llegan a la frontera sur de Estados Unidos son mexicanos”, concluye.