El reto de La Maestra

Elba Esther Gordillo sorprendió ayer a propios y a extraños con la siguiente declaración:

“Que nadie se preocupe. Nunca pensé en ser secretaria de Educación, ni sirvienta de nadie, más que del SNTE”, exclamó La Maestra al calor del pódium, la porra y el aplauso sindical, en un discurso improvisado con enjundia ante una audiencia de líderes eufóricos por la emotividad del discurso.

Y es que su discurso durante la apertura del Sexto Congreso Nacional Extraordinario del SNTE, que arrancó ayer en Cancún, fue como un reto para quienes creen que llegó el momento de su retiro.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Elba Esther Gordillo sorprendió ayer a propios y a extraños con la siguiente declaración:

“Que nadie se preocupe. Nunca pensé en ser secretaria de Educación, ni sirvienta de nadie, más que del SNTE”, exclamó La Maestra al calor del pódium, la porra y el aplauso sindical, en un discurso improvisado con enjundia ante una audiencia de líderes eufóricos por la emotividad del discurso.

Y es que su discurso durante la apertura del Sexto Congreso Nacional Extraordinario del SNTE, que arrancó ayer en Cancún, fue como un reto para quienes creen que llegó el momento de su retiro.

No faltaron las pifias y las declaraciones en las que parece que La Maestra se hace bolas, como cuando dijo que “(…) en el SNTE, y que lo oigan bien todos, no caben los líderes morales y menos los vitalicios”.

Después se retractó de lo dicho. “Pido una disculpa pública,

por usar esa palabra (sirvientes), no era mi intención”, expresó Gordillo. Ante medios de comunicación, dijo no era su intención denostar a los servidores públicos.

“Compañeros, compañeras, este evento debe ser puntual y claro, en el SNTE, y que lo oigan bien todos, no caben los líderes morales y menos los vitalicios”. Además, Gordillo aceptó que el SNTE rinda cuentas, a cambio de que otros sindicatos también lo hagan.

Un viejo recuerdo

Desde que arribó al evento, La Maestra parecía estar dispuesta a demostrarle a cualquiera que aun mantiene un control absoluto del sindicato más grande de América Latina. 

La líder magisterial no llegó sola al evento de maestros.

La escoltaba Carlos Romero de Champs, el poderoso líder del sindicato de PEMEX.

La presencia de ambos personajes en el evento, hacía inevitable evocar el recuerdo de aquellos dos viejos líderes sindicales: Joaquín Hernandez Galicia, la “Quina”, de PEMEX y Carlos Jongitud Barrios, de Educación.

En 1988 los dos líderes eran tan poderosos que parecían inamovibles. Sin embargo, en cuanto Carlos Salinas asumió el poder, ambos cayeron.

Hernández Galicia fue a dar a la cárcel. Jongitud Barrios le ofreció su renuncia a Carlos Salinas. A la Quina lo sustituyó Carlos Romero de Champs. A Jongitud lo remplazó La Maestra Elba Esther Gordillo.

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