El rescate industrial

La desaceleración de la actividad económica, la baja demanda de productos nacionales de exportación y las debilidades del mercado interno han modificado los pronósticos alegres de crecimiento económico para este año.

La encuesta de marzo realizada por Banco de México entre 37 grupos de analistas económicos, augura un crecimiento del PIB para finales de 2014 no mayor a 3.09 por ciento, el pronóstico gubernamental es de 3.9 por ciento.

Georgina Howard Georgina Howard Publicado el
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La desaceleración de la actividad económica, la baja demanda de productos nacionales de exportación y las debilidades del mercado interno han modificado los pronósticos alegres de crecimiento económico para este año.

La encuesta de marzo realizada por Banco de México entre 37 grupos de analistas económicos, augura un crecimiento del PIB para finales de 2014 no mayor a 3.09 por ciento, el pronóstico gubernamental es de 3.9 por ciento.

En lo que va del gobierno de Enrique Peña Nieto, la caída en la economía ha sido la constante, como lo advierte el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz Gallegos.

En su opinión, la actividad industrial requiere de una política económica que atienda la desaceleración en la que se encuentra inmersa.

Tan es así, explica, que las manufacturas evitaron que la industria nacional cayera en cifras negativas, pues su crecimiento de 2.5 por ciento compensó la baja en el sector de la construcción (-2.5), su catorceavo retroceso en forma consecutiva.

Además, este rubro también permitió elevar el incipiente comportamiento de la minería (-0.1) y de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica (0.3) en los últimos 12 años.

Pero el sector manufacturero no podrá erigirse como el pilar la de la economía porque sigue debilitándose, pues solo 12 de sus componentes elevaron su producción en menos de uno por ciento, mientras los otros nueve cayeron.

En pocas palabras, dice, el escenario actual es de una desaceleración que puede generalizarse en el transcurso del primer cuatrimestre del año.

“Los resultados del PIB al cierre de 2013, así como los indicadores de mercado interno de los primeros meses del año, revelan un escenario de debilidad económica”, destaca De la Cruz.

Hasta ahora las manufacturas han sentado su desarrollo en la fabricación de automóviles y en la industria metálica básica, que crecieron 12.1 por ciento.

Pero en el caso de la industria automotriz, alerta De la Cruz, su dependencia al consumo en Estados Unidos la deja expuesta a los vaivenes del mercado interno de aquella nación, y su PIB bajó un punto porcentual más de lo previsto en el último cuatrimestre de 2013.

Cae la confianza

De acuerdo con el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, los indicadores de confianza de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE) se muestran pesimistas.

No solo eso, confirman la disminución en la confianza en sectores estratégicos de la actividad económica como manufacturas, que bajó 4.5 puntos, 2.5 en construcción y 5.1 puntos en comercio.

Las expectativas futuras de estos rubros tampoco son halagüeñas y sí podrían afectar las decisiones de inversión de algunas empresas relacionadas con esos sectores.

En cuanto a la actividad exportadora, con todo y el repunte del sector automotriz, el CIEN destaca que los resultados aún no alcanzan los registrados hace dos años.

“Las tendencias de la actividad muestran señales de estancamiento, situación que sugiere que el ritmo de crecimiento de las exportaciones podría ser moderado durante los próximos periodos”.

Este panorama, para los expertos del TEC, solo anticipa que el sector privado no contribuirá con mayores inversiones, pues se requiere que el sector público genere las garantías y certidumbre suficientes para devolver la confianza y retomar el rumbo de crecimiento económico.

Números lentos

Las cifras muestran la desaceleración en los dos primeros meses del año, aunque las exportaciones totales hayan crecido 4.7 por ciento en ese lapso.

A ello se suma que de febrero del 2013 a igual periodo de este año, el salario mínimo general aumentó 271 mil por ciento contra 700 mil por ciento que lo hizo la inflación.

Es decir, los precios crecieron 2.6 veces más que el minisalario lo que viene a presionar más las expectativas de crecimiento, resume De la Cruz.

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