Vecinos de la Ciudad de México advierten que el llamado Cártel Inmobiliario podría regresar en la etapa post COVID-19.
Colonos afectados por el desarrollo inmobiliario sin control durante el sexenio de Miguel Ángel Mancera, consideran que si el actual Gobierno capitalino busca que la construcción sea el eje de la recuperación económica, existe el peligro de que vuelvan las malas prácticas.
Las irregularidades cometidas durante el sexenio pasado fueron evidenciadas en un informe de actividades de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el 17 de marzo de 2019.
En ese entonces, dio a conocer que del análisis de 174 polígonos de actuación, se encontraron irregularidades en 48.
Lo anterior significa que del total de áreas donde se permitió la proliferación de la construcción inmobiliaria, en el 27 por ciento habían anomalías como la falta de permisos o el incumplimiento de normas.
Esto provocó, según denuncias públicas vecinales en el sexenio pasado, carencias de agua, daños a propiedades colindantes a megaconstrucciones y problemas de movilidad en colonias de las alcaldías Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán, principalmente.
En total, el Gobierno capitalino contempla que el plan genere 271 mil empleos directos e indirectos.
Sin embargo, vecinos acusan que apostar por la construcción, podría traer los mismos estragos que en el pasado trajo el Cártel Inmobiliario.
Cabe destacar que en la capital esta actividad industrial es una de las más importantes y una gran parte del total del país se concentra en la Ciudad de México.
De acuerdo con los Indicadores de Empresas Constructoras del mes de abril de 2019 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la ciudad concentra el 7 por ciento del valor total nacional de la producción de construcción.
Esto la ubica en el tercer lugar de las entidades con mayor valor de producción a nivel nacional por debajo del Estado de México y Nuevo León.
Más caro construir que la pandemia
René Rivas, vecino de Benito Juárez e integrante del Movimiento de Unidad y Encuentro Vecinal (Mueve), considera que la política en construcción no ha cambiado pese a que el Gobierno de la Ciudad de México sometió a revisión 174 polígonos, suspendió 8 mega proyectos e impuso una veda de construcción durante 2019.
Rivas afirma que las acciones del gobierno no son suficientes, porque no se canceló la política de polígonos de actuación que fomenta el desarrollo inmobiliario en zonas céntricas de la ciudad y se está apostando a la construcción como medida para rescatar a la capital de la crisis económica.
“No vemos una modificación al esquema, nos hicieron una promesa, se han revisado construcciones pero también se nos prometió que iban a terminar los polígonos de actuación y siguen. Muchas de las mega construcciones continúan con los permisos aprobados en el gobierno anterior”, dice.
Afirma que tanto al largo y corto plazo construir resultará más caro que los efectos económicos que dejará la pandemia.
“La pandemia no será tan cara cuando haga falta agua, haya edificios dañados y la movilidad de la ciudad quede colapsada por tantos automóviles que provocarán los mega proyectos”, considera.
Rivas reconoce que la construcción es importante, pero señala que no se puede llevar a cabo sin garantizar las necesidades básicas de los capitalinos ni tener en norma a todas las empresas y obras.
Construcción, arrastre económico
Carlos Alberto Jiménez, especialista en economía de la Facultad de Negocios de La Salle, afirma que la construcción como eje de la reactivación económica tras la pandemia por COVID-19 es positiva porque es un industria que “arrastra” a otras.
El académico detalla que la construcción impulsa a la industria del acero, de los materiales y plásticos, en el ramo de materias primas.
Mientras que en otros ramos impulsa a los seguros, el mercado inmobiliario e hipotecas.
“Solo apoyando a los enclaves de la economía como la construcción, se arrastra a los demás sectores. Entonces, se focalizan ciertas actividades y hace que las demás puedan crecer”, dice.
Sin embargo, para que no se vuelvan a repetir los errores del pasado que fomentaron la corrupción inmobiliaria como los permisos de construcción irregulares al Cártel Inmobiliario o la colusión entre funcionarios y empresarios, se necesita la participación ciudadana y la transparencia, menciona.
“Que todas las obras sean transparentadas entre los vecinos, que sea algo similar a las asambleas de los presupuestos participativos, que haya consenso e interlocución, eso va a evitar la corrupción”, afirma.