El regionalismo de Movimiento Ciudadano en NL y Jalisco
El gobernador de Jalisco y el mandatario electo de Nuevo León, emanados de Movimiento Ciudadano, han manifestado su intención de priorizar el bien de sus estados por sobre todo lo demás, un discurso que no solamente los posicionó como un nuevo eje de la oposición, sino que también les permitió acercarse a la administración federal de AMLO
Carlos MontesinosTanto Enrique Alfaro en Jalisco como Samuel García en Nuevo León de Movimiento Ciudadano han adoptado el regionalismo como bandera, con lo que pasa de ser parte de un discurso electoral a una estrategia gubernamental al tener bajo su mando las dos entidades de mayor relevancia en el país después de la Ciudad de México.
Durante las campañas, Movimiento Ciudadano (MC) apostó por encender los ánimos entre los habitantes de determinados estados. En Jalisco, donde Alfaro Ramírez enfrentaba los comicios de medio mandato, su lema fue el de “seguir defendiendo” al estado.
Mientras que en su campaña para gobernador de Nuevo León, García Sepúlveda también recurrió a discursos de esta índole, lo que incluso le valió críticas a nivel nacional.
Ya con los resultados del 6 de junio en la mano, los mandatarios emanados de Movimiento Ciudadano han dejado entrever que el regionalismo seguirá formando parte de su estrategia gubernamental, tanto para la segunda mitad de la administración de Alfaro como para el arranque del sexenio de García, quien formalmente relevará al gobernador Jaime Rodríguez, “El Bronco”, el próximo 3 de octubre.
El principal ejemplo del uso político del regionalismo es la insistencia que ambos han tenido por modificar el Pacto Fiscal con la Federación. Apenas un mes después de las elecciones, el primero de julio, Alfaro y García confirmaron su intención de impulsar la revisión del Convenio de Coordinación Fiscal ante lo que perciben como un “trato injusto histórico” por parte del Gobierno federal hacia sus estados, a los cuales calificaron como “potencias” del país.
Con esto se reaniman las discusiones que iniciaron a mediados del año pasado, cuando los 10 gobernadores que integran la Alianza Federalista, lanzaron la demanda al Presidente Andrés Manuel López Obrador de modificar el Pacto Fiscal.
Ante la negativa del primer mandatario, los gobernadores optaron por recurrir a la consulta ciudadana respecto al tema, sumando también a otros cuatro mandatarios emanados de Acción Nacional.
Sin embargo el tema fue perdiendo relevancia, incluso entre los mismos integrantes de la Alianza Federalista y la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional.
Ahora, Alfaro y García han aprovechado los triunfos locales de Movimiento Ciudadano el pasado 6 de junio para retomar la discusión. Siendo que el primero ya inició un proceso de consulta popular al respecto y el segundo hizo la promesa de campaña de lograr un nuevo Pacto Fiscal.
La estrategia del regionalismo parece haber quedado por completo en la cancha de Movimiento Ciudadano ya que, de los 10 gobiernos que integran la Alianza Federalista, Michoacán y Colima pasaron a manos de Morena. Mientras que los de Tamaulipas, Durango, Aguascalientes, Chihuahua y Guanajuato, emanados del PAN, han dejado de pronunciarse sobre el tema. Esto pese a que, con excepción del primero, todos cosecharon resultados positivos el 6 de junio.
Mientras cuatro de los gobiernos integrantes de la Alianza Federalista estuvieron en juego en las pasadas elecciones, con tres cambiando de partido ya incluyendo a Nuevo León, el año entrante se renovarán los de Aguascalientes, Durango y Tamaulipas. En tanto que el nuevo mandatario de Coahuila se elegirá en 2023, contienda para la que el PRI llega con antecedentes positivos en los comicios locales de 2020 y 2021.
Para estudiar este panorama, Reporte Índigo entrevistó a Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador del Centro de Análisis de Seguridad con Democracia. Quien considera que la estrategia del regionalismo ha sido redituable para Movimiento Ciudadano dado que, con sus dos perfiles con relevancia nacional, termina mejor posicionado que otros partidos de la oposición de cara a futuras citas electorales.
De igual manera, recuerda que el tema del regionalismo, aplicado como una visión de utilizar el federalismo dentro de la estructura de la gobernanza a nivel estatal, inició prácticamente a la par del sexenio de López Obrador, siendo su punto clave la ruptura al interior de la Conferencia Nacional de Gobernadores, impulsada en buena medida por Alfaro, para crear la Alianza Federalista, misma que parece haber perdido fuerza con el proceso electoral.
“Tiene muy poco liderazgo, no están dentro de esos grandes capitales políticos que tuvieron en su momento Cabeza de Vaca, Riquelme, Corral, Alfaro, personalidades más beligerantes frente al liderazgo del presidente. De hecho, los únicos que van a quedar con ese protagonismo van a ser Enrique Alfaro, que sigue posicionando su discurso, y ahora Samuel García, que no dice muchas cosas viables, pero que sí tienen una repercusión interesante en el contexto político.”
Aguilar Antonio explica que, mientras Movimiento Ciudadano logró posicionar a estos dos perfiles y Morena se hizo con la mitad de las gubernaturas en apenas dos procesos electorales, los gobernadores electos del PAN no tienen la misma proyección ni el liderazgo político que tienen sus antecesores. En tanto que el PRI y el PRD se fueron en limpio al no ganar una sola elección estatal, con lo que el tricolor queda con solo cuatro mandatarios y el Sol Azteca con ninguno.
Aunque el especialista augura éxito en el futuro del partido naranja, también manifiesta sus dudas sobre el desempeño que tendrá Samuel García al frente de Nuevo León. No solo por las difíciles promesas por cumplir, también por el riesgo de que se reanuden las investigaciones por presuntos actos ilícitos cometidos en su campaña; además alerta del riesgo de que “se convierta, con la proyección mediática, en un Manuel Velasco que se termine por desinflar completamente”.