Hace unos meses, Reporte Indigo dio a conocer que como jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard otorgó en 2008 a Telmex un contrato por 459 millones y medio de dólares para inundar de cámaras la ciudad.
Con esa cantidad se implementó el proyecto “Ciudad Segura”, que incluyó la instalación de 12 mil cámaras de seguridad y un centro de control para coordinarlas. Sin embargo, este “Big Brother” (“Gran Hermano”) capitalino estaba dormido el día en que secuestraron a 12 jóvenes en el bar Heaven de la Zona Rosa.
Según una nota publicada ayer por el diario El País, este sistema tampoco captó cuando otras cinco personas desaparecieron en un centro nocturno un mes antes.
“Puntos ciegos que han empañado lo que se supone que es un eficiente Gran Hermano”, señala Paola Chouza en su artículo titulado “El Gran Hermano mexicano está tuerto”.
La autora no se explica cómo es que se les puede escapar una de las zonas más céntricas de la ciudad, “es como si en una zona tan transitada como Times Square en Nueva York hubiera puntos ciegos”, escribe.
A pesar de las miles de cámaras, y de que el sistema de vigilancia se ha ido sofisticando, Chouza menciona que la percepción de inseguridad ha aumentado.
Y lo cierto es que en estos dos casos de desapariciones, el ojo que vigila la capital mexicana no ha sido de mucha ayuda. Para El País, una urbe tan grande requiere de un “hermano” aún mayor, porque el que está ahorita está un poco ciego.