El proyecto de integración panamericano de AMLO
Desde mecanismos como el T-MEC o la CELAC, Andrés Manuel López Obrador ha planteado la integración no solo de Norteamérica o Latinoamérica, sino del continente entero, algo que a consideración de especialistas, resulta más un posicionamiento retórico que un proyecto viable
Carlos MontesinosEl presidente Andrés Manuel López Obrador dejó en manifiesto un proyecto tan ambicioso como ambiguo: la integración del continente americano con un modelo similar al de la Unión Europea, mismo que planea dar a conocer en próximas fechas cuando haga una gira por Centroamérica y realice su cuarta visita a territorio estadounidense.
Desde el año pasado, el primer mandatario ha dado señales en favor de la integración en Norteamérica mediante el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), y en Latinoamérica, con la reactivación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). Pero ahora apunta a entremezclar estos objetivos.
El pasado 3 de marzo, tras el discurso del Estado de la Unión del presidente estadounidense Joe Biden, López Obrador planteó fortalecer la región del T-MEC para que funcione como punto de partida de una integración a nivel continental con miras a hacer frente a otras regiones, particularmente Asia y el crecimiento de China.
“Va a requerir de convencer a quienes tienen desconfianza sobre la actitud de intervención, de falta de respeto a las soberanías y de convencer también a quienes han sido hegemónicos de que ya no es el tiempo de antes, de los espías, la promoción de los golpes de Estado, poner y quitar gobernantes a su antojo, lo de los bloqueos”, dijo aquella vez.
Este posicionamiento ocurre en contextos simultáneos, el acercamiento que el Gobierno estadounidense inició con Venezuela el fin de semana posterior a la declaración de López Obrador. Buscando reabrir la compra de petróleo como consecuencia de las sanciones comerciales que la administración de Joe Biden ha impuesto a Rusia por su invasión a Ucrania.
En entrevista con Reporte Índigo, la maestra Raquel Saed, académica de la Universidad Iberoamericana y especialista en política y medios estadounidenses, considera que se trata principalmente de un recurso retórico por parte del presidente López Obrador dado su historial reciente con sus dos últimos homólogos en la Casa Blanca.
“En realidad, López Obrador se ha portado un poco distante con Biden y demasiado cercano con Trump, a quien de hecho le ayudó con las imágenes políticas como irse a tomar la foto a Washington y una serie de cosas que él había dicho que no iba a hacer. A Biden hasta se tardó en felicitarlo cuando fue su victoria en las elecciones de 2020”.
Sin embargo, en el contexto de la invasión de Rusia a Ucrania y las sanciones económicas en respuesta, el Gobierno de Estados Unidos ha tenido que apostar por nuevas opciones. Lo que ha abierto la puerta a especulaciones respecto a si el régimen de Nicolás Maduro está cobrando nuevos aires políticos.
“A Biden no le queda de otra más que reforzar las alianzas que tiene en Latinoamérica y en otros lugares del mundo para poder compensar lo que no le está comprando a Rusia. Aquí también sabemos que los primeros que se benefician son los países del golfo pérsico, pero México no produce una cantidad de gas natural como para poderla vender a Estados Unidos”.
En resumen, la maestra Saed destaca que “¿beneficia a Venezuela? Sí la beneficia. ¿Se están aprovechando otros, como López Obrador, de la coyuntura para decir ‘miren, hasta Estados Unidos está que- riendo entablar diálogo con Venezuela’? También, pero hay otros temas”.
Entre ellos destaca el fenómeno que comienza a identificarse como “la segunda vuelta a la izquierda” de Latinoamérica. Para lo que el mandatario argentino Alberto Fernández incluso le escribió a López Obrador con la intención de apoyar a Luiz Inácio Lula da Silva en campaña presidencial y poder afianzar un eje México-Brasil-Argentina.
El doctor Eduardo Rosales Herrera, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializado en tema latinoamericanos, tampoco ve viable el poder impulsar un proceso de integración que abarque el continente entero.
“No le veo ninguna posibilidad de prosperar a esa famosa propuesta de integración. Ni latinoamericana, mucho menos a nivel continente americano. Hoy más que nunca, esta región está absolutamente dividida. Nada más por señalar un ejemplo, vemos la polarización que hay en la Organización de los Estados Americanos”.
En este sentido, recuerda que, además de mecanismos como la CELAC o la Asociación Latinoamericana de Integración, “ha habido cualquier cantidad de intentos de integración. Incluso colocando a Estados Unidos y Canadá como locomotoras, como aquel famosa Área de Libre Comercio de las Américas”.
A esto agrega las marcadas diferencias a lo largo del continente e, incluso, en la misma región latinoamericana, donde, “a nivel países, unos están relativamente experimentando una democracia electoral y otros alejándose cada vez más de ella, me refiero a países como Nicaragua, por ejemplo”.
Por tal, ve poco probable que EU y Canadá consientan un proceso de integración con países como Nicaragua, además de la evidente desigualdad en las condiciones económicas entre estas naciones del norte del continente y el resto de las que componen la región latinoamericana del mismo.
A esto agrega factores como que China o la misma Rusia han cobrado relevancia en el contexto lationamericano mediante su acercamiento con distintos países con la intención de romper la hegemonía regional de EU, a lo que atribuye el acercamiento de este con Venezuela como una maniobra para romper la relación de esta con el gobierno de Vladimir Putin.
Sobre la postura de López Obrador, considera que “sirve como un posicionamiento para consumo mediático, para cerrar filas en estos momentos de tanta tensión a nivel internacional. Pero las posibilidades de que esto se lleve a cabo son muy pocas por las enormes diferencias, disparidades, abismos, confrontación y diversidad de puntos de vista”.