El PRI define todo en la Reforma energética de AMLO

El PRI tiene los votos que definirán la reforma energética con la que AMLO busca dar marcha atrás a las modificaciones constitucionales aprobadas el sexenio anterior. Además de las presiones externas, tanto del oficialismo como de la oposición, el tricolor vive el contraste de posturas en su interior, por lo que llamó a un parlamento abierto
Carlos Montesinos Carlos Montesinos Publicado el
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El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha cobrado un gran protagonismo de cara a la aprobación de la nueva reforma constitucional en materia energética del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con Grupos Parlamentarios de 71 diputados federales y 13 senadores que le bastarían al bloque oficialista para alcanzar la mayoría calificada, el tricolor ya recibe presiones de sus aliados para mantener el frente opositor al Gobierno con el que participó en los comicios pasados.

A dos semanas de darse a conocer la iniciativa que el primer mandatario envió al Poder Legislativo para reformar el sector energético, el PRI se posicionó en favor de debatir públicamente las propuestas.

En mensajes consecutivos, tanto el dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, como Rubén Moreira, coordinador del partido en la Cámara de Diputados, adelantaron que se consultará a distintos sectores de la población y descartaron la posibilidad de “tirar línea”.

“Somos un partido con una gran responsabilidad histórica, por lo tanto hemos fijado nuestra postura de analizar la iniciativa del Ejecutivo y confrontarla con la ley actual, con lo que hoy está en la Constitución para ver dónde hay diferencias, aunque hay algunas que son evidentes.

“Queremos que se debata la reforma de Peña y la propuesta de reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador con una confrontación de ideas entre los actores de la población, académicos, entre quienes promovieron la pasada reforma y los empresarios que invierten en las energías limpias”
Rubén MoreiraCoordinador de los Diputados del PRI

Pese al mensaje institucional, los ánimos al interior del partido parecen encontrados. La senadora Claudia Ruiz-Massieu, expresidenta nacional del PRI y dos veces secretaria de Estado, de inmediato se posicionó en contra de revertir la reforma energética impulsada el sexenio anterior.

En el extremo contrario está Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, que entra en su último año de administración y quien también integró el gabinete de Enrique Peña Nieto.

Tras asistir al 200 Aniversario de la Marina Armada en Veracruz, evento encabezado por López Obrador, el mandatario estatal fue captado comiendo con la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien confió que había que darle una oportunidad a esta nueva reforma en el sector.

En entrevista con Reporte Índigo, el doctor José Antonio Crespo, académico del Centro de Investigación y Docencia Económica, estima que los legisladores del PRI terminarán votando de manera dividida. Ya que, al no haber un Presidente de la República emanado de sus filas para darles instrucciones, algunos tendrán razones personales, políticas y hasta legales para apoyar a Morena. En tanto que otros se decantarán por mantener una postura opositora.

“Muchos harán el cálculo de que, al jugar con Morena, más allá de posturas personales respecto a la reforma, el PRI se va a acabar. Ya no van a votar por ellos porque los obradoristas no votan por el PRI, votan por Morena, y los antiobradoristas ya no van a votar, ni en coalición ni en nada si votar por el PRI es votar por Morena, se acabó. Eso puede mandar al PRI muy abajo en estos tres años, no sé si perder el registro, pero sí como un partido insignificante”.

Crespo ve en las posturas contrastantes de Murat y Ruiz-Massieu un indicio de esta división que, si bien no considera una escisión completa del partido, sí mantendrá la incógnita respecto a cuántos votos aportará el PRI a favor o en contra de la reforma energética hasta la decisión final en el pleno legislativo. Entre tanto, vislumbra que los priistas que han pedido estudiar y consultar la iniciativa, eventualmente, terminarán por pronunciarse a favor.

En ese sentido, también analiza la posibilidad de que no solo el partido en sí, sino legisladores que aprobaron la reforma energética de 2013, ahora podrían terminar por darle los votos a Morena para revertirla. Señalando que, si bien puede haber costos políticos, es habitual que los políticos se desdigan, recordando que Mario Delgado, hoy presidente nacional de Morena, votó en favor y hasta defendió la reforma educativa del sexenio pasado y al inicio del actual operó su abrogación.

“Los políticos cambian según circunstancia y oportunidad. Lo que dijeron lo niegan, tiran justificaciones. Podrían ser varios priistas que votaron en favor de la reforma de Peña Nieto, ya escuché a alguno que dijo: ‘es que no cumplió con lo esperado, no bajaron los precios, hay corrupción’, lo que dice López Obrador. Excusas no les van a faltar, la gente podrá verlos como que están traicionando su propia plataforma, pero los políticos hacen lo que les conviene.”

En contraste, José Luis Camacho, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y del Posgrado en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenta que la postura del PRI muestra un gran oficio político en un momento donde el Poder Legislativo se encontraba dividido por posturas tajantes.

“Salió a relucir el oficio político de este partido. Mientras todos en la oposición rechazaron esta reforma energética, el PRI les comió el mandado”.

La senadora Claudia RuizMassieu y el diputado Jericó Abramo adelantaron su rechazo a la iniciativa de AMLO. Mientras el gobernador Alejandro Murat pidió darle una oportunidad

Si bien aplaude que se abra un debate para escuchar las opiniones a favor y en contra de la iniciativa de López Obrador, también espera que se aclaren a la brevedad aspectos clave como el tema del litio para que la ciudadanía y los mismos legisladores puedan tomar partido. Recalcando que una cuestión de primera importancia como esta no debería ser modificada gobierno a gobierno.

“Que sean muy cuidadosos todos los Grupos Parlamentarios en su voto porque no pueden estar haciendo reformas a cada rato. Esto se transforma, sí, pero no cada tres o seis años se va a modificar la política energética. Debe ser una política de Estado, no de gobierno”.

Con esta postura concuerda Rubén Moreira, quien dice que lo que espera tanto él como los diputados del PRI “es que termine esta discusión, este debate, porque no podemos estar cada seis años utilizando recursos jurídicos para tratar de darle la vuelta a las reformas”.

Sin embargo, Moreira también mencionó un tema concreto: el litio, el cual, agregó, no fue discutido en la reforma de Peña Nieto.

“El litio es el elemento principal con el cual se hacen las baterías, a mí como ciudadano, no como diputado, me preocuparía eso. Está también el tema de los famosos contratos legados, el medio ambiente y cómo va a ser el proceso de transición”, destacó el coordinador del tricolor.

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