El poder de la competencia

La asociación entre empresas extranjeras y mexicanas es un factor clave para el desarrollo del sector de la construcción en el país, asegura Gustavo Adolfo Arballo Luján, secretario nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

“Nosotros creemos que es lo correcto, tenemos que propiciar el que las empresas constructoras en México tengan ese crecimiento, no podemos quedarnos solo como espectadores de las empresas extranjeras que llegan a México porque ven un país de oportunidad”, dice el empresario en entrevista con Reporte Índigo.

Mauricio Ferrer Mauricio Ferrer Publicado el
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50,000
millones de pesos era el costo estimado para el tren México-Querétaro
“Nosotros en la Cámara de la Construcción tendemos mucho a la cultura del asociacionismo. De hecho tendemos, buscamos, lo promovemos, invitamos en los diferentes estados del país, les decimos señores, algunas o muchas obras, serán bajo esa estructura”
Gustavo Arballo secretario nacional de la CMIC
"Estoy de acuerdo en que vengan a hacer una plataforma marina especial, donde no hay empresas mexicanas que lo hagan, que venga alguien de fuera. Es la única posibilidad que tiene un país como México para poder seguir creciendo"
Gustavo Arballosecretario nacional de la CMIC
http://youtu.be/dREgTQrnC6g

La asociación entre empresas extranjeras y mexicanas es un factor clave para el desarrollo del sector de la construcción en el país, asegura Gustavo Adolfo Arballo Luján, secretario nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

“Nosotros creemos que es lo correcto, tenemos que propiciar el que las empresas constructoras en México tengan ese crecimiento, no podemos quedarnos solo como espectadores de las empresas extranjeras que llegan a México porque ven un país de oportunidad”, dice el empresario en entrevista con Reporte Índigo.

Para Arballo, una sinergia con compañías extranjeras obliga a las nacionales a contar con capacitación y certificaciones, que les permita estar al mismo nivel de sociedad con las firmas provenientes de fuera.

Desde la CMIC, dice, se trabaja en dos vertientes para alcanzar tal objetivo. Una, hacia el interior de la Cámara, ha sido enfocada en la capacitación, preparación y certificación de diferentes normas para todos sus miembros. La otra, del tipo exterior, radica en una insistencia hacia las dependencias de los tres niveles de gobierno, responsables de los contratos, para que tengan una apertura hacia tales asociaciones.

“Si nos quedamos en la misma segmentación en la que estamos, vamos a terminar siendo destajistas de las grandes empresas extranjeras que van a llegar o que ya han llegado a México, como el clásico ejemplo de las empresas españolas, que son las que más llegan a nuestro país”, añade Arballo.

España, China, Italia, Estados Unidos, Francia y Alemania, son los países más interesados en invertir en el sector de la construcción de México, de acuerdo con el secretario nacional de la CMIC.

“El curso que le estamos dando al tema de promover alianzas, asociaciones, esquemas en conjunto, es para que no vengan  a subcontratarnos, sino en un plan de socios, para que aprendamos de ellos y el día de mañana, no necesitarlos y por qué no, ir a otros países a hacer lo mismo”, dice.

Tren México-Querétaro

La revocación del contrato para construir el tren México-Querétaro, no significa un escenario fatalista para el sector de la construcción, según el representante de la CMIC.

La empresa China Railway Construction Corporation había ganado, mediante un consorcio con empresas mexicanas, la licitación para concretar la infraestructura de 210 kilómetros que conectaría la capital del país con la ciudad de Querétaro, cuyo costo asciende a poco más de 50 mil millones de pesos.

Arballo describe que, por la magnitud del proyecto, un consorcio entre la empresa china y otras mexicanas, era obligatorio para sacar adelante al mismo.

“Una sola empresa, y hablo de las empresas de este país, mexicanas, no es que no sean capaces, tienen que ir en una línea de crecimiento y desarrollo; eso las obliga a buscar alianzas con empresas que tengan capacidades más fuertes o experiencias similares que obvio, existen en otros países.

“Únicamente quedó un solo consorcio, parece que es la empresa que más factura en ese tipo de servicios en el mundo, lo cual hace sentido porque en el país no existe ese tipo de tecnología, hablo en vagones y de rodamientos”, según el empresario mexicano.

Arballo Luján hace énfasis en que lo único que se revocó fue el fallo de la licitación no así el proyecto, el cual sigue, lo cual es algo común en procesos de ese tipo.

“Nos da gusto que es un proyecto que no se cancela, solo se pospone […] esa misma empresa va a estar participando, no veo algo tan fatalista, al contrario, esa empresa tiene los ojos puestos en el mundo donde existen proyectos de tal naturaleza. Hasta donde tengo entendido, tienen gente en México y en otras partes del mundo esperando proyectos de esta naturaleza”, dice el constructor.

Un modelo ‘asociacionista’

“Nosotros en la Cámara de la Construcción tendemos mucho a la cultura del asociacionismo. De hecho tendemos, buscamos, lo promovemos, invitamos en los diferentes estados del país, les decimos señores, algunas o muchas obras, serán bajo esa estructura”, reconoce Gustavo Arballo Luján.

Esa cultura del asociacionismo, describe, busca empujar a las empresas del país: que las pequeñas se vuelvan medianas, las medianas grandes y las grandes estén a la misma altura que sus similares de otras naciones, de acuerdo con el secretario nacional de la CMIC.

“Estoy de acuerdo en que vengan a hacer una plataforma marina especial, donde no hay empresas mexicanas que lo hagan, que venga alguien de fuera. Es la única posibilidad que tiene un país como México para poder seguir creciendo, de otra manera va a ser el clásico país que va a seguir, podrá tener infraestructura, sacar petróleo, pero de qué sirve si a la economía interna no le damos oportunidad de que crezca”, expresa el experto.

Gustavo Arballo rechaza que al interés de empresas extranjeras para invertir en México aliente las diferencias entre la competencia y signifique una intromisión en el sector local.

“Tratándose de inversión extranjera no hay intromisiones, sino bienvenidos. Donde no estaríamos de acuerdo es cuando vengan a participar en las obras con recursos fiscales del país, esa es competencia directísima y nos podemos quedar afuera. Ahí no traen dinero, sino únicamente los deseos de participar con su infraestructura y demás”, concluye.

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