El peso del voto ‘nini’ en las elecciones de 2021

Con más de 2 millones de jóvenes que no estudian o trabajan, situación que solo empeoró con la pandemia, este sector de la población se encuentra vulnerable al control político tanto del Gobierno federal como de la oposición que critica los apoyos que les dan
Carlos Montesinos Carlos Montesinos Publicado el
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La población de jóvenes que no estudian o trabajan en México supera los dos millones y la situación solo empeoró con la emergencia sanitaria. De cara a las elecciones del próximo 6 de junio, el partido oficial mantiene el discurso que dirigió desde hace tres años a este sector, mientras que la coalición opositora continúa con una postura crítica al respecto y sin hacer planteamientos concretos para atender la problemática.

En 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su Perspectiva de la Población Joven en México, contabilizó más de dos millones 156 mil jóvenes entre 18 y 24 años de edad que no asistían a la escuela ni eran económicamente activos. De estos, más de un millón 694 mil no tenían interés en los mercados de trabajo, mientras que los 462 mil restantes no se incorporaban a estos puestos por algún tipo de restricción o de discapacidad para laborar.

Con la pandemia de COVID-19 y la crisis económica que provocó, la población desocupada creció durante 2020

De acuerdo con el informe “¿Una década perdida?” presentado por el Banco Interamericano de Desarrollo en noviembre de dicho año, la emergencia sanitaria provocó que más de 462 mil jóvenes en México se sumaran a la población que no estudia ni trabaja. Siendo el segundo país latinoamericano con el mayor incremento, solo por debajo de Brasil.

En este contexto llega México a las elecciones de 2021. En donde los dos principales bloques electorales, el oficial que encabeza Morena y el opositor que conforman PRI, PAN y PRD, mantienen discursos opuestos en materia de desigualdad social y de oportunidades. Particularmente en el caso de los jóvenes que no estudian o trabajan, siendo que las acciones dirigidas a este sector de la población han sido de las medidas más cuestionadas de este gobierno.

En entrevista con Reporte índigo, el doctor Víctor Alarcón, académico del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, analiza el contexto en el que se encuentran los jóvenes que no estudian o trabajan. Siendo que no se trata de una comunidad homogénea, sino de un sector de la población en el que influyen distintos factores para afectar su acceso a oportunidades de educación y trabajo.

“Sí es un punto de preocupación muy relevante dentro de lo que se va mostrando en el desarrollo de la pirámide demográfica del país. Esto sí es un factor muy importante de preocupación porque la gran mayoría, en todo caso, termina empleándose en dinámicas muy informales, con salarios muy bajos, con poco valor agregado a la propia estructura económica. Ni siquiera pueden ser personas sustanciales en cuanto a la aportación en materia de impuestos, por ejemplo”, dice.

Carnada electoral

Desde 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha apelado a este sector de la población acusando que la falta de oportunidades fue originada por la corrupción de gobiernos anteriores, los cuales solo los estigmatizaron con el término “nini”.

Para contrarrestar esto, su administración lanzó el programa social Jóvenes Construyendo el Futuro, que en sus primeros dos años sumó un millón 607 mil aprendices y este año busca llegar a otros 500 mil con becas mensuales de 4 mil 310 pesos.

El doctor Alarcón analiza que “ciertamente esto ha generado una base de apoyo, un proceso de legitimación a la gestión de gobierno, pero no tiene una naturaleza distinta a lo que, en otros momentos, fueron los programas asistencialistas. Que incluso se echaron a andar desde la época de Carlos Salinas de Gortari. Solidaridad, Oportunidades, todos estos programas son simplemente paliativos, no nos permiten ir más allá de un cierto nivel de atención”.

Estos programas sí son un paliativo, pero tenemos que visualizar cómo y desde qué punto podrá hacerse. En este punto, tampoco la oposición nos ha dado muchas claves de qué podría funcionar como alternativa al respecto
Víctor AlarcónAcadémico del Departamento de Sociología de la UAM

Incluso identifica un “discurso del miedo” en los comentarios hechos por el primer mandatario y la estrategia electoral empleada por su partido, en la cual advierten a la población de que si pierden los elecciones del 6 de junio la oposición buscará desaparecer este tipo de programas sociales.

En diciembre pasado, López Obrador declaró en su conferencia que la coalición Va Por México busca “quitarle el dinero a los pobres”, por lo que el INE comenzó a pronunciarse sobre las conferencias.

“Si bien es menos perjudicial, observar que estos jóvenes puedan ser atendidos mediante políticas sociales, que por lo menos faciliten su mantenimiento dentro de la estructura social, también puede ocasionar situaciones donde estos jóvenes tampoco tengan ninguna otra motivación para insertarse en la vida social”, agrega Alarcón al apuntar que, desde hace años, el crimen organizado se convirtió en una vía para los jóvenes en estas condiciones.

‘Quién acarrea más’ en las elecciones

Las “becas ninis” han sido altamente criticadas por la oposición al considerarlas un programa electoral.

El análisis a la Cuenta Pública de 2019, elaborada por la Auditoría Superior de la Federación, reveló irregularidades por 5 millones 396 mil pesos por casos como becarios que recibieron pagos después de fallecidos, centros de trabajo “fantasma” o que no se verificó que 33 mil 909 beneficiarios recibieran capacitación en entidades del sector público o privado.

Sobre la postura crítica del bloque opositor, Alarcón ve una falta de propuestas para atender la problemática mediante acciones gubernamentales distintas hasta las ahora empleadas.

“Estos programas sí son un paliativo, pero tenemos que visualizar cómo y desde qué punto podrá hacerse. En este punto, tampoco la oposición nos ha dado muchas claves de qué podría funcionar como alternativa al respecto”, dice.

Por el contrario, apunta que las quejas de que estos programas son el caballito de batalla del gobierno y que obligan a que los partidos de oposición, donde gobiernan, apliquen las mismas medidas.

“Aquí básicamente lo que estamos viendo es que la única diferencia es quién acarrea más gente. Eso no es algo que uno pueda decir que la oposición esté haciendo distinto. Desgraciadamente así son las condiciones, desde hace muchos años, respecto a las contiendas electorales”.

Para atender a la población de jóvenes que no estudian o trabajan, Alarcón propone no solo transparentar los recursos destinados a programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y evitar que se vuelvan una herramienta de control político, sino también que deben enfocarse en la capacitación para que los beneficiarios tengan un mínimo de oportunidades de insertarse al mercado de trabajo.

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