Troll buscabronca, troll humorista y troll rencoroso. Estos son los usuarios que te puedes encontrar en línea, pero la mayoría quiere ver el mundo arder y alimentar el odio en las redes sociales, pero ¿quiénes son estas personas y por qué lo hacen? Más importante, no hay que caer en su provocación.
El odio está en las redes y no lo decimos nosotros, lo dicen las acciones que Facebook, Twitter, Google y Microsoft realizan para terminar con publicaciones en sus plataformas que sean ofensivas hacia otras y el contenido deberá se eliminado dentro de las siguientes 24 horas.
De acuerdo con Twitter, hasta el 20 de julio los usuarios experimentaron significativamente menos abuso que hace seis meses. Según explicaron, tomaron acciones contra 10 veces el número de cuentas abusivas todos los días en comparación con el año anterior.
En el mundo del Internet, hasta los trolls se separan.
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Están los bots: es una palabra que viene de la jerga informática y es una forma de acortar el vocablo “Robot”.
Se trata de un programa que emula la capacidad comunicativa de las personas y -dependiendo de lo bien programado que esté- puede hacerse pasar por una persona.
“En estrategias de comunicación digital ‘del lado oscuro’ se pueden programar robots para impulsar temas o para crear campañas negativas y multiplicar el alcance de una idea en redes sociales”, explica Mayra Daniel, Maestra en Estrategia de Comunicación en Redes en universidades como La Salle y el Claustro de Sor Juana.
El cyberbully: O acosador cibernético tiene una motivación más específica detrás de su acoso. Muchas veces el cyberbully aprovecha el anonimato para acosar a un objetivo en particular; en otras ocasiones el acosador presenta la misma actitud dentro y fuera de la red.
Y están los trolls, que también podemos ser nosotros: Los trolls (o trols) es el nombre que empezaron a recibir los usuarios que tenían conductas provocadoras en foros, blogs y por extensión, redes sociales; la principal actividad de los trolls es lograr captar atención negativa, a través de la burla, el insulto o la provocación.
Más: El problema sigue
“En muchas ocasiones un usuario “regular” se convierte en troll de ciertos temas. El troll es clasificado así por la persona, empresa u organización que recibe el acoso, pero en muchas ocasiones solo se trata de una búsqueda de atención, ya sea para resolver un problema o con fines de entretenimiento”, afirma la experta en redes sociales y comunicación.
¿Hay más odio en las redes sociales?
Aunque Donald Trump ya tenía un buen ejército de seguidores en Twitter, cuando se convirtió en un potencial candidato a la presidencia de Estados Unidos emergieron usuarios sin temor a secundar lo que el mandatario escribía. Ante esto, se replicaron los mensajes constantes inspirados en los desplantes ya sea contra Hillary Clinton, los Obama, el FBI, los rusos y los mexicaos.
La percepción es, sin embargo, que el sentimiento de odio se acrecentó y se fortaleció en las redes sociales, pero esto podría ser solo nuestra interpretación, según el contexto en el que nos encontremos, afirma Mayra Daniel.
“La facilidad que ofrecen las redes para que reaccionemos, protegidos muchas veces por el anonimato o con poco contexto, debido a las limitaciones de los formatos (140 caracteres en twitter, una impresión de pantalla en WhatsApp, etcétera), da lugar a que la percepción de que la gente ‘Se queja de todo y no aguanta nada’”, considera.
Odio contra “minorías”
Tanto fuera de la red, como dentro, la mayoría de las agresiones se dirigen a grupos vulnerables como la comunidad LGBTTTI que es doblemente ciberacosada en comparación con usuarios jóvenes de las redes sociales que dijeron ser heterosexuales, según una investigación del Centro de Ciberacoso de Estados Unidos. .
Pero en cuanto a la expresión de comentarios negativos en contra de ellos, la experta en redes sociales, comentó que aunque sean mensajes que contengan consignas o valores que puedan parecer muy justas y valiosas para incorporarlas en la sociedad, “habrá un grupo al que dichos mensajes, consignas, pensamientos, acciones y valores les incomoden. Esto puede deberse a que requieran un cambio de su parte o que limiten en algún sentido sus privilegios”.
“Muchas veces detrás de la incomodidad social y el rechazo a estos movimientos hay auténticos procesos de cambio social que están gestándose; movimientos como el sufragio femenino, las escuelas mixtas o el fin del Apartheid no se llevaron a cabo sin detractores, rechazo y haters”, analiza Mayra.
Cómo se dividen los trolls, de acuerdo a la especialista que lo hizo con fines didácticos:
- Trolls buscabronca: estos usuarios solo quieren ver el mundo arder, es el troll al que se recomienda no alimentar o ignorar, ya que está desesperado por atención; se le identifica porque no tiene una temática especial de acoso y cualquier tema le es conveniente para molestar.
- Trolls rencorosos: a veces un cliente insatisfecho o alguien que no recibió un buen trato del área operativa, un ex alumno molesto, un ex novio, suele tomar actitudes de troll contra una persona o una institución; en este caso muchas veces es necesario rastrear cual es el origen de la inconformidad. Para algunas empresas y organizaciones es bueno tener este tipo de trolls bajo observación porque les permiten saber cuando hay potenciales eventos que pueden representar una crisis de reputación, así que a veces puede emplearse una estrategia de seguimiento con ellos.
- Trolls humoristas: Hay usuarios que no son trolls de manera permanente, pero aprovechan situaciones de crisis para hacer bromas o tratar de ganar seguidores o tener alcance con situaciones con un potencial de alcance en redes sociales. A este tipo de trolls se les puede desalentar con una broma o incluso puede ser una oportunidad para entablar una relación positiva; sin embargo no siempre responden de manera predecible, por lo que es necesario estudiar la respuesta y ver si un posible detractor se puede neutralizar o hasta convertir en un fan a través de algún comentario inteligente.