El paraíso perdido

El año pasado, durante su último informe de gobierno, Mario Anguiano Moreno, presumió Colima “como una entidad, donde predomina la paz y la tranquilidad”.

En menos de medio año, ese paraíso se ha ido perdiendo.
De acuerdo a la estadística de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), durante el primer bimestre del año, Colima se colocó como el primer estado en cuanto a homicidios dolosos en proporción al número de habitantes.

Oficialmente, ha entrado ya al grupo de los estados más violentos del país, compartiendo sitio con Veracruz, Guerrero, Jalisco, Sinaloa, Tamaulipas y Michoacán.

El exgobernador del PRI, Mario Anguiano, dejó como herencia una entidad inmersa en la violencia y envuelta en una crisis de inseguridad sin precedentes en su historia.

Anguiano inició y concluyó su sexenio entre atentados en contra de exgobernadores: el exmandatario Silverio Cavazos fue asesinado en su casa en el primer año de la administración y semanas antes de concluir su mandato acribillaron al exmandatario Fernando Moreno, quien logró sobrevivir al ataque.

Ese fue el Colima que recibió el ahora gobernador José Ignacio Peralta, priista quien tuvo que confirmar su triunfo en una elección extraordinaria tras la anulación que hizo el Trife de la elección constitucional del 7 de junio.

El actual gobernador de Colima reconoce que la infiltración del crimen organizado en su estado es intensa.

Funcionarios de la PGR dijeron a Reporte Indigo que una de las causas por las que se ha disparado el índice de homicidios en Colima, podría obedecer a la disputa que cárteles de la droga mantienen por el control del puerto de Manzanillo.

Estos grupos criminales serían el cártel de Los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y sus aliados del cártel de Sinaloa, los que mantienen predominio en la zona desde hace más de 8 años.

El interés por el control de Manzanillo, señalaron las fuentes, obedece a la posibilidad de conexión con algunos puertos del sureste asiático, lo que posibilita el ingreso al país de metanfetaminas para la elaboración de drogas sintéticas.

Los decomisos de anfetaminas y otros materiales ilegales en el interior del recinto portuario de Manzanillo sostienen la tesis de la disputa de los cárteles por el control de ese punto aduanal: solo entre el 2005 y el 2014, indican los datos oficiales de la PGR, se lograron 2 mil 778 aseguramientos  de anfetaminas, dinero, minerales o maderas preciosas.

En ese punto de Colima, las autoridades aduanales, en coordinación con elementos de la Marina y de la PGR, también han logrado decomisos importantes de cocaína, proveniente de sur del continente americano, principalmente Colombia y Perú. Solo entre el 2014 y el 2015 se logró incautar un total de 570 kilos de la droga.

Otros decomisos importantes que se han registrado en el puerto de Manzanillo fue el que se hizo en el 2014, cuando se evitó el tráfico ilegal de hierro proveniente de Michoacán con destino a China, por el orden de los 268 mil toneladas de minerales.
 
El efecto cucaracha

Desde la óptica de algunos jefes de los grupos de autodefensa que operan en Michoacán, los que combaten frontalmente a Los Caballeros Templarios y Jalisco Nueva Generación,el alza en el índice de homicidios que se registra en Colima obedece al “efecto cucaracha”.

De los 71 homicidios dolosos que ha cuantificado la Comisión Nacional de Seguridad –ocurridos en el primer bimestre de este año– al menos 68 de ellos se han relacionado con la presencia del crimen organizado en Colima.

¿Un estado pacífico?

De acuerdo a las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), en el primer trimestre del 2015, Colima fue una de las entidades más pacificas del país.

El número de homicidios registrados en ese periodo fue de 47; de esos, 37 fueron culposos y solo 10 se registraron como dolosos, con conexión directa con la presencia del crimen organizado. De la misma forma, en ese mismo periodo se registraron solo 2 extorsiones y fue una de las pocas entidades que no registró ningún secuestro.

El índice de secuestros, que en el primer trimestre del 2015 se ubicó en 340 en todo el país, hizo que Colima se distinguiera como uno de los estados más seguros de México al reportar cero plagios, en contraposición a Veracruz que cuantificó 27, Tamaulipas con 93 y el Estado de México con 51.
Pero esa historia comenzó a cambiar en el 2016.

Las cifras dadas a conocer por la CNS indican que en los primeros tres meses de este año ya se han registrado en Colima 157 homicidios, dos secuestros y 11 extorsiones.

En cifras llanas el número de homicidios en el estado puede ubicar a esta entidad dentro del promedio nacional, pero en forma proporcional al número de habitantes, Colima se coloca en los niveles de violencia que se registra en entidades como Veracruz, Tamaulipas, Guerrero, Jalisco y Michoacán.

Tierra de cárteles

Aunque con cárteles menos violentos, Colima no se ha visto ajeno a la presencia de estos grupos criminales. Desde el 2000 diversas el crimen organizado mantienen presencia activa en toda la entidad.

El primer cártel en mantener un control extremo sobre las principales ciudades del estado, principalmente en Manzanillo, Colima y Tecomán –rutas obligadas para el trasiego de drogas desde el puerto hacia el centro y norte del país- fue el de Ignacio “Nacho” Coronel, una extensión del cártel de Sinaloa, el de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Posteriormente, tras pactos, acuerdos y alianzas, Coronel permitió la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación en la entidad, dada la cercanía que mantuvo con el michoacano Nemesio Oseguera Cervantes.

Con la llegada del CJNG, otros grupos aliados comenzaron a registrar presencia, como el cártel de Los Valencia, una agrupación también de origen michoacano que se alió para encarar a Los Zetas que en ese tiempo –hacia el 2005- encabezada Carlos Rosales Mendoza, “El Carlitos”.

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>COLIMA ENCABEZA TASA DE HOMICIDIOS  Por J. Jesús Lemus