Ante el incremento de la violencia en diferentes regiones del estado de Michoacán, y el país en general, el uso de las células de autodefensa es una mala opción porque todos están coludidos con la delincuencia organizada, asegura el sacerdote Gregorio López Gerónimo, conocido como Padre Goyo.
“Es necesario que el gato no se duerma para que los ratones no hagan fiesta”, dice el presbítero al explicar la situación en esa zona. “Es necesario que el Gobierno esté ahí pero que no se vengan unidos a un cártel, que no vengan a unirse a nadie…
“Todos. Todos (los grupos de autodefensas están coludidos). No hay uno solo que no y yo reto a los presidentes municipales, los reto, a que me demanden y que me demuestren que no están metidos con la delincuencia”, expone.
Considera que la incursión del Ejército y la Guardia Nacional es sólo un remedio que no resuelve de fondo los problemas que generan la violencia. De acuerdo con López Gerónimo, las montañas de la Tierra Caliente están repletas de criminales que conocen la zona y la autoridad carece de conocimientos para penetrar en esos escondites.
Una vez que las fuerzas federales se retiren, estos regresarán de nuevo y se puede desatar otra ola de violencia, por ello considera que es importante una estrategia de fondo.
Michoacán tiene días que ha reportado diversos actos de violencia. El 27 de febrero en San José de Gracia hombres armados dispararon contra personas en un domicilio del centro de esa población colindante con Jalisco; de manera extraoficial se dijo que fueron asesinadas 17 personas. En tanto, el gobierno no ha encontrado restos de los cadáveres y el material genético encontrado en el área de la matanza indica que se trata de 11 perfiles de personas diferentes.
El domingo pasado, en un palenque clandestino de Zinapécuaro, Michoacán, una población cercana a la capital, Morelia, fueron asesinadas 20 personas en un ataque que la autoridad local identifica como pugna entre grupos delictivos rivales.
En las diferentes poblaciones del estado, es notoria la incursión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que busca desplazar a las diferentes remanentes del otrora poderoso cártel de La Familia Michoacana y que se dedican al cobro de cuotas en comercios y otras actividades ilícitas.
La llegada de la Guardia Nacional a estas poblaciones, de acuerdo con el padre Goyo, es un asunto de “relumbrón” y que ayuda en el corto plazo, pero la población se mantiene en riesgo.
Afirma que en esa zona serrana existen al menos 50 pueblos en toda una franja que se conforma como un corredor de la delincuencia organizada en el que el Estado es inexistente.
“El cerro está plagado de delincuentes. Sí, los sacaron de las comunidades pero están en los malpaíses, como le decimos acá, un malpaís es la zona rocosa, agreste o difícil de subir, difícil de entrar para los militares, difícil de acceso en cualquier vehículo, ni siquiera un 4×4 o motos pueden subir”, expone.
“Allá es a pie. Hoy en Michoacán, y te lo puedo decir con toda certeza, hay zonas francas de la delincuencia, tipo las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), donde no entra un solo militar. Toda la franja de Tumbiscatío hasta llegar a Aquila, toda la parte de sierra donde es Playitas, San Francisco, Tototán, Cerro Prieto, Barranca Adentro, la Mesa de la India, Palma Real, toda esa parte de La Lima hasta bajar a Puerto de Toros. En toda esa parte no hay gobierno”, asegura el sacerdote católico.
Gregorio López Gerónimo conoce bien la zona de Tierra Caliente. Advierte que los delincuentes se están haciendo de diferentes negocios ilícitos, desde juegos que son fraudes hasta la prostitución en esa zona.
“En Apatzingán al jefe de plaza le dicen El Metro y El Centímetro le dicen al presidente porque él no gobierna. Toda la seguridad pública está en nombre de la delincuencia, obra pública, los giros rojos. Hay una red de prostitución de más de 500 chicas que se ha desbordado. El tema de las cantinas, han aumentado 500 por ciento. Hay tantos fraudes en todos lados. Hay huachicoleo, robos a mano armada, descarados”, explica el sacerdote.
Dice que la colusión entre el crimen organizado y la autoridad está a la vista de todos.
“Yo tengo ahorita quien me da testimonio de quién le lleva ahorita cada mes el pago a los jefes de plaza de Apatzingán, tenemos quién firma, hasta la firma ahí de recibido. Todo está documentado. Y eso lo sabe Gobernación, pero como son de la 4T van a ir a cubrirlos”, explica.
El ministro de culto tiene una estadística de la colusión de los alcaldes en los 113 municipios del estado de Michoacán.
“Setenta y dos alcaldes de Michoacán se vendieron con la delincuencia organizada, sólo 41 encuentro que más o menos están limpios. Por eso me urge que hagan una limpia, que llamen a cuentas, comenzando por el de Apatzingán, comenzando por el de Tepalcatepec y toda esa región, que están coludidos hasta el cuello con la delincuencia organizada y desde la elección fueron pagados por la delincuencia”, expresa.