El maíz es el cultivo más representativo para los mexicanos por su importancia económica, social y cultural. Incluso, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo calificó como una “planta bendita”.
“De México es originario el maíz, esa planta bendita y somos la nación que más importa maíz en el mundo”, mencionó en su discurso de toma de protesta, al hablar de los saldos de la política económica neoliberal.
El tabasqueño se ha comprometido a que durante su gobierno el país producirá todo lo que consume con el fin de rescatar al campo y de no tener dependencia extranjera. Incluso, presentó a Víctor Suárez Carrera como subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, órgano que forma parte de la nueva Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, encabezada por Víctor Villalobos.
La propuesta del titular del Poder Ejecutivo tiene el respaldo del senador José Narro Céspedes, presidente de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural. El legislador de Morena presentó un punto de acuerdo para discutir los esquemas de producción de granos y calificó como un mito que México sea una potencia alimentaria.
“Tiene muchos años, 35 años de este modelo neoliberal en el que los apoyos a este sector han quedado en el abandono”, menciona el morenista en entrevista con Reporte Índigo.
Y es aquí donde inicia el debate. La autosuficiencia que López Obrador plantea podría atentar contra la introducción de México en la economía global.
“La frase textual de Obrador es producir todo lo que consumimos. Insisto en el todo porque así lo ha dicho él, es una absoluta ‘barrabasada’ económica el plantear eso. Necesitarías proteccionismo, cerrar fronteras, anular producción que vaya enfocada a exportación. Ejemplo extremo: dejar de producir aguacate para producir maíz y frijol”, menciona en entrevista Sergio Negrete, profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
El legislador de Morena argumenta que México no solo debe cubrir la demanda de alimentos. El país debe ser capaz de tener sus propias materias primas.
“Que seamos autosuficientes en el terreno alimentario. Los países europeos y asiáticos buscan su propia autosuficiencia porque es muy importante tener los alimentos que el país necesita. Así como planteamos ser soberanos en el terreno energético no hay que olvidar el tema alimentario”, explica Narro Céspedes.
De acuerdo con la Planeación Agrícola Nacional 2007-2013 realizada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el maíz blanco representó 86 por ciento de la producción y se destina principalmente al consumo humano. Mientras que el maíz amarillo, de uso industrial, ocupó el 24 por ciento.
La demanda de maíz blanco se puede cubrir al 100 por ciento con la producción nacional. Pero la producción de maíz amarillo sólo satisface 23.95 por ciento de los requerimientos mexicanos.
“El país ideal sería aquel que consuma todo lo que produce o que todo lo que necesita lo pueda generar”, sostiene el senador del PAN, Erandi Bermúdez, también integrante de la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural del Senado en entrevista con Reporte Índigo.
Sin embargo, esto no ocurre en México, donde el sector agroalimentario enfrentará una paradoja. Las proyecciones al año 2030 estipuladas en el documento de la Sagarpa señalan que el consumo de maíz blanco, que se produce con suficiencia, tendrá un descenso de 3.4 por ciento en el consumo y un aumento en su producción de 74.34 por ciento anual.
El maíz amarillo, que no alcanza a satisfacer su demanda actual, tendrá un incremento acumulado de 56.87 por ciento en consumo. Aunque la producción también aumentará en 38.45 por ciento, esta no será suficiente.
Defender el maíz sin atentar en su contra
La defensa del cultivo de maíz y de sus productores ha generado opiniones encontradas en el Senado. Por una parte, hay quienes dan su voto de confianza a la autosuficiencia planteada por el presidente; otros expresan que el flujo de importación y exportación es natural en el mercado.
“México depende de la importación de granos de otros países, básicamente de Estados Unidos, de maíz en particular y eso obedece a una situación de mercado. Es mucho mayor el rendimiento porque resulta más barato comprarlos que producirlos por el tema de los costos”, sostiene Erandi Bermúdez del PAN.
“El arroz le sale seis veces más caro a Japón y lo produce. No es un tema de precios”, advierte el senador de Morena, Narro Céspedes.
El fin es apoyar a los pequeños agricultores de maíz para que puedan competir con los llamados grandes productores. Es decir, que no sólo sean vistos como un eslabón a nivel primario, sino que puedan insertarse en el sistema de comercialización.
“Estamos planteando rescatar el ejido y las comunidades indígenas, darles certidumbre para que la tierra deje de ser víctima del atraco, del despojo, del robo”, defiende el morenista.
En tanto el senador panista Erandi Bermúdez, habla de una inclusión a partir de la tecnificación.
El 1 de diciembre, durante su discurso en el Zócalo, el presidente recordó uno de los 100 compromisos de su gobierno.
“A los pequeños productores de maíz, frijol, arroz, trigo y leche se les comprarán estos alimentos a precios de garantía en almacenes o depósitos de Diconsa y Liconsa”, dijo el tabasqueño.
Para Sergio Negrete, investigador del ITESO, esta podría ser una alternativa en beneficio del campo en lugar de cerrarse a la autosuficiencia alimentaria.
“Fijar precios de garantía no implica cerrarte a la importación. Es un incentivo donde dices yo mínimo te doy tanto por cosechar eso. Es una propuesta diferente a lo de producir todo lo que consumimos, va en otra dirección. También es campo, es cuestión rural y se trata de impulsar a ciertos productores a producir algo porque les estás garantizando un precio mínimo”, concluye.
La estrategia de mercado que planteó la Sagarpa de la administración pasada comprende tres ejes tanto para el maíz blanco como el amarillo: consolidar, expandir y desarrollar tomando en cuenta la relación económica actual y las futuras negociaciones propias del modelo que ya se tiene.