Aunque se trata de los mismos rostros que en los últimos años se han encargado de administrar a la Universidad de Guadalajara, el conocido Grupo UdeG ha tenido que reestructurarse de forma interna ante las posibles adversidades con los nuevos gobiernos, coinciden los análisis locales.
Esta reestructura se ha realizado con el posicionamiento de figuras clave en instancias universitarias que también han servido como coto de poder, donde el grupo del nuevo rector, Ricardo Villanueva Lomelí, encabezado por el exsecretario Alfredo Peña Ramos, podría ser uno de los más favorecidos para mantener su control sobre las organizaciones estudiantiles.
Este cargo era una pieza clave del grupo que integra Ricardo Villanueva y lideraba Peña Ramos. Desde ahí tenía el control institucional y fáctico con los tres principales pilares que sostienen el Grupo UdeG: la Federación de Estudiantes Universitarios; los sindicatos de trabajadores y administrativos; y los trabajos del Consejo General Universitario.
Alfredo Peña Ramos integra el llamado ‘Sanedrín’, grupo compacto que se reparte el poder de la casa de estudios junto a Trinidad Padilla López, Tonatiuh Bravo Padilla y Raúl Padilla López, pero este último tiene la última palabra en las decisiones.
Aunque se mencionó como el siguiente en ocupar la rectoría, dos de sus cercanos sí se postularon y la victoria de Villanueva Lomelí marcó su llegada al máximo poder administrativo de la universidad.
La llegada de Guillermo Gómez Mata a la secretaría general marcaría un cambio en los equilibrios de este grupo, ya que el exrector del Centro Universitario de Los Altos es más cercano a Raúl Padilla y ha sido varias veces integrante en los consejos de administración de sus negocios culturales, como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Feria de Los Ángeles y el Festival Internacional de Cine.
Además, como señaló este viernes el analista Pedro Mellado en su columna, Gómez Mata es hijo de Guillermo Arturo Gómez Reyes, expresidente de la extinta Federación de Estudiantes de Guadalajara y exsecretario general de Raúl Padilla López, y tuvo un papel importante en los inicios del hoy líder del Grupo UdeG.
No obstante, como recalcó recientemente Agustín del Castillo en uno de sus análisis, el poder del Grupo UG aunque no es legal se sostiene por sus habilidades orgánicas, es decir, se funda en el reparto de cuotas y el libre juego de actores contrapuestos.
Sin poder absoluto
El poder repartido no puede llegar a ser absoluto, como ha dejado entrever Roberto Castelán Rueda, cercano al Grupo UdeG y quien recientemente publicó su novela “El Rector”.
En ese sentido, aunque destituido del mando que tenía desde la Secretaría General, el grupo de Alfredo Peña conserva sus espacios clave en el control ejercido sobre los estudiantes desde que se le asignó la tarea de organizar a la FEU en sus inicios.
Con el Gobierno federal pesan las diferencias que desde antaño han tenido Andrés Manuel López Obrador y el exrector Raúl Padilla López, líder de la cúpula universitaria
De las figuras que han crecido bajo su cobijo y ahora han sido designadas para un cargo en la administración central en la UdeG destacan José Alberto Castellanos Gutiérrez, exrector del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), que será el titular de la Coordinación General de Servicios a Universitarios (CGSU), entidad desde donde se gestiona la relación con la FEU.
También del grupo se eligió a César Barba Delgadillo, expresidente de la FEU y excoordinador de la CGSU, como director del Sistema de Educación Media Superior, desde donde se tiene el control de la operación en las preparatorias adscritas a la UdeG. Así como a Gerardo Alberto Mejía Pérez, exrector del Centro Universitario del Norte, que fungirá como coordinador general de Extensión, donde una de las actividades relevantes es supervisar los procesos de servicio social de todos los estudiantes
Para el ahora exsecretario general y líder de la corriente Proyecto U, Alfredo Peña Ramos, los trascendidos señalan que se le podría dar la rectoría del Centro Universitario de Tonalá, un coto adquirido del grupo cuando llegó Villanueva a ocupar el máximo cargo en ese lugar.
Entre los nombres se menciona a Trinidad Padilla López, exrector general, actual procurador de Desarrollo Urbano, exdiputado del PRI y hermano del líder universitario, como próximo rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Gustavo Padilla Montes, medio hermano de Raúl Padilla López y actual directivo en la administración central de la universidad, sería designado como rector del CUCEA. Leobardo Alcalá Padilla, viejo priista, ex director del Hospital Civil y primo hermano de Raúl Padilla, tendría la rectoría del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
Mientras que Gustavo Cárdenas Cutiño conserva sus puestos en la dirección de Finanzas, del cual se sabe que tiene bajo su control al Sindicato Único de Trabajadores Administrativos de la UdeG y toda la confianza del líder del grupo.
Ante el panorama político del país y del estado, y ante este reajuste en los puestos clave de la universidad, será a Ricardo Villanueva a quien le toque equilibrar la relación política con los gobiernos de los que se sabe que hay una relación diferenciada.