“Me pidió acuerdo especial Miguel de la Madrid y al único candidato que me propuso para el puesto (de subsecretario) fue a José Ramón (mi hijo),” cuenta el ex presidente José López Portillo en sus memorias “Mis Tiempos”.
“Me negué, le advertí que tenía riesgos políticos para mí y para él. A uno, lo atacarían vía nepotismo y al otro dehalagar la vanidad de padre, para avanzar en calificación política (rumbo a la sucesión presidencial).”
“El insistió en dos o tres acuerdos en los que me suplicó. Dijo que no había otro prospecto.”
“En fin, después de mucho porfiar con plena conciencia de lo que ocurría, pero también seguro de que el mejor hombre para ese puesto era José Ramón, acepté la proposición de De la Madrid.”
Cuando se dio la oportunidad, el presidente López Portillo, en una declaración pública explicó con un cinismo portentoso la decisión:
“Es el orgullo de mi nepotismo”, dijo el ex presidente.
La sucesión presidencial
Nunca faltaron quienes vieron en aquella propuesta audaz de Miguel De la Madrid, para hacer a José Ramón subsecretario, la clave para entender por qué el presidente tomó la decisión de ungir a De La Madrid como candidato del PRI.
Y puede que así haya sido, si se atiende la explicación que el propio López Portillo da en sus memorias para justificar su decisión:
“Ya haremos el elogio del nepotismo, ya lo haremos. Claro, no faltaron enemigos de Miguel, que me decían que para acudir y proponer acuerdos conmigo, recibía consejos de psicólogos y de su equipo para saber cómo tratar mejor.”
Entonces pensé en que si era tan cuidadoso para tomar esta medida, fortalecer sus cualidades como político sutil y previsor.”
Para el 21 de septiembre de 1981, López Portillo recibió en los Pinos a Miguel De la Madrid y le preguntó: “¿Está usted preparado?
“Sí, estoy preparado” contestó el secretario De La Madrid.
“Pues prepárese más, porque va a ser usted (el candidato),” replicó el presidente, según lo relata en su libro “Cambio de Rumbo” el propio ex presidente De la Madrid.
La nacionalización de la banca
Miguel De La Madrid fue el candidato y su socio político José Ramón se fue haciendo cada día más poderoso. Sin embargo, poco a poco empezó a surgir una distancia entre ambos.
“Desde principios de 1982, su hijo José Ramón fue su asesor principal, a quien más escuchaba. Y claro, José Ramón, rodeado de amigos, recibió influencias,” cuenta De la Madrid.
“Sé que (José Ramón) desde febrero empezó a instar a su padre a la nacionalización de la banca. López Portillo me dijo, por el mes de mayo estaba obligado a considerar todas las opciones que le permitiesen salir de la crisis económica.”
“Mencionó desde control de cambios hasta la necesidad de nacionalizar la Banca. Me ofreció que no tomaría medidas de peso sin consultarlo antes conmigo”.
Después de las elecciones, el presidente electo creía que el presidente López Portillo no seguiría adelante con la idea de nacionalizar la banca.
No fue sino hasta las 8 y media de la noche del 31 de agosto de 1982 que se enteró por conducto del hijo del presidente, que la decisión ya se había tomado.
“Al entrevistarse conmigo, José Ramón comenzó exponiéndome toda la teoría era que había fundado la nacionalización de la banca,” relata De la Madrid.
“Pacientemente lo escuché y, cuando terminó le dije:”
“-Si su padre ya tomó esa decisión, quiero decirle que disiento totalmente. Y advierto que recibirá aplausos durante 15 días….”
“-No son aplausos lo que busca -interrumpió José Ramón.”
“-Bueno, es una forma de hablar, respondí. Recibirá unos aplausos durante 15 días, se organizará el sistema político, habrá manifestaciones en el Zócalo, la gente de izquierda se pondrá feliz. Sin embargo, antes de que salga, va a sufrir un grave desprestigio por los efectos negativos de la medida.”
“-Si el Presidente hace esto, es para darle más dimensión a la presidencia de la República y poder ser entregada fortalecida -replicó.”
“-Lo que me va a entregar es una mariposa atravesada por un alfiler. Un país lleno de odios y sin poder de negociación con el exterior”.
“-Es muy grave lo que está diciendo. Le pido autorización para comentárselo al Presidente.”
“-No solamente le doy mi autorización, le pido que se lo comente. Sin embargo si ya lo ha decidido, dígale usted que tendrá mi solidaridad política”.
El 1 de septiembre de 1982, el presidente decretó la nacionalización de la Banca. Y los mexicanos padecieron por años los efectos de aquella medida.
José Ramón López Portillo, el único que había para el puesto de subsecretario, jamás volvió a ocupar un cargo público.
Pasados los años, Miguel De la Madrid, quien lo propuso para ese puesto, escribió:
“Volviendo a José Ramón, el llevará la carga de haber sido uno de los principales responsables del desprestigio de su padre”.