El misterioso señor Larrea

Germán Larrea es presidente del Grupo México, que incluye 347 concesiones mineras, Ferromex y la segunda cadena de cines nacional, Cinemex, además de empresas de infraestructura que construyen carreteras, plataformas marítimas y perforadoras para Pemex. 

Su fortuna se calcula en 13 mil millones de dólares, lo que lo coloca en el segundo lugar en la lista de Forbes como los más ricos de México, Sin embargo su aspecto es el mayor misterio. Muy pocos lo conocen. 

Norma Garza Norma Garza Publicado el
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Territorio nacional cubierto por Ferromex
Napoleón Gómez Urrutia, su eterno enemigo como líder del sindicato de Mineros, describe a Larrea en su libro:  ‘un hombre alto, regordete, de piel pálida, ojos claros y una expresión arrogante’

Germán Larrea es presidente del Grupo México, que incluye 347 concesiones mineras, Ferromex y la segunda cadena de cines nacional, Cinemex, además de empresas de infraestructura que construyen carreteras, plataformas marítimas y perforadoras para Pemex. 

Su fortuna se calcula en 13 mil millones de dólares, lo que lo coloca en el segundo lugar en la lista de Forbes como los más ricos de México, Sin embargo su aspecto es el mayor misterio. Muy pocos lo conocen. 

Su conducta de perfil bajo contrasta con el único mexicano que lo supera en riqueza, Carlos Slim, quien aparece casi diario en la prensa y no evita que las revistas de espectáculos lo presenten bailando hasta la madrugada en una fiesta de 15 años. 

Diferentes en cuanto a la búsqueda de reflectores, Larrea y Slim, tienen algo en común. Ambos incrementaron su fortuna después de que el presidente Carlos Salinas les otorgó concesiones que hicieron crecer sus negocios. Slim recibió Telmex en 1990 y Larrea el mismo año consiguió la concesión de Cananea, el conjunto minero de cobre más grande de México y según algunos, del mundo.  

Pero su conducta social difiere, Larrea prefiere el perfil bajo y evita que conozcan su aspecto. En una búsqueda de Google aparecen millones de ligas con su nombre y solo dos fotografías, pero muchos dudan que sea el hombre cuya edad también es un misterio, aunque se calcula que nació en el último lustro de los 50. 

Nunca se deja ver en público. No declara ni se placea en Los Pinos ni en eventos empresariales. Le gusta pasar de incógnito hasta para sus propios empleados y dice la leyenda que cuando llega sin avisar a sus oficinas de Las Lomas los ejecutivos que lo conocen tienen prohibido dirigirse a él por su nombre, en la determinación de pasar desapercibido para el resto de la planta. 

Según versiones periodísticas que aumentan el misterio y el glamour que lo rodea, el segundo hombre más rico de México pasa su tiempo entre su villa en la Toscana italiana y México. No aparece en eventos sociales y si va, no es posible fotografiarlo. 

Por esto se pone en duda que la fotografía a color de Google, la más clara, sea Germán Larrea, ya que Napoleón Gómez Urrutia, su eterno enemigo como líder del sindicato de Mineros, lo describe como “un hombre alto, regordete, de piel pálida, ojos claros y una expresión arrogante”. Eso no coincide con la foto de la Web, y agrega para más datos, que Larrea tiene una debilidad por el vino Chateau Haut-Brion, que toma a la temperatura perfecta. 

En su libro “El colapso de la dignidad”, publicado en 2014, Gómez Urrutia cuenta historias sobre encuentros con Germán Larrea, a quien califica como “malhumorado, egocéntrico y sin escrúpulos”. El líder minero prefería tratar con su padre, Jorge Larrea, quien según dice, al menos cumplía sus acuerdos. 

Según comentó Gómez Urrutia en una entrevista publicada en La Jornada, el propietario del mayor consorcio minero del país ha gastado ya casi 600 millones de dólares al financiar intentos para derrocarlo. Pero no lo ha logrado y “Napito”, como llaman los mineros a su líder, es aún legalmente secretario general desde Vancouver, comunicándose a través de Internet y teléfono con sus agremiados. 

Tampoco han logrado ganarle para el pago de 2 millones de dólares después de una demanda del fondo de inversión británico Infund LLL, que alega que en 2006 pagó por 75 millones de acciones de Grupo México y Larrea se negó a entregarlas. 

De 2006 a 2014, cuando se realizó la demanda, el paquete tiene un costo de 2 billones de dólares, y en el inter, el presidente del GM lo guardó en su portafolio personal. 

El Tribunal del Distrito Federal rechazó el intento de compartir la responsabilidad con la filial de la compañía, aunque la demanda fue personal. 

‘Napo’ estará de regreso 

Después de casi siete años de exilio y de adoptar la nacionalidad canadiense, el líder legal de los mineros, Napoleón Gómez Urrutia, deja de ser prófugo y consigue su libertad. 

A partir de esta disposición, determinada como inapelable, el líder minero declaró ayer que regresará a México:“quedó claro que no robé los 55 millones a los mineros”.

En diversas entrevistas telefónicas a medios declaró que siente que la justicia mexicana ahora sí está actuando, no como sucedió durante los dos sexenios panistas. 

Agregó que se reunirá con su abogado Marco Antonio del Toro para programar de la fecha de su regreso.

Al mismo tiempo que Napoleón daba entrevistas desde Canadá, se desataba una guerra en Twitter en donde el senador Javier Lozano, llamado por Gómez Urrutia “el peor secretario de Trabajo de la historia de México” tuiteaba que el líder minero “es un gran cínico al que le dan trato de rey”, y lo retaba a regresar a México, en donde, asegura, “todavía tiene delitos pendientes”. 

Gómez Urrutia respondió a Lozano: “Yo lo reto a que diga dónde está el dinero de Zhenli Ye Gon”

En sus entrevistas enfatizó que el durante los regimenes panistas “el gobierno protegió al Grupo México, a Peñoles y los Villarreal Guajardo en Michoacán”. 

Y esto sucede mientras oficinas de GM en la mina Buenavista del Cobre, en Cananea, fueron intervenidas el pasado viernes por la PGR. por lo que Larrea responderá por el derrame de sulfuro de cobre que mantiene detenidas las labores ganaderas en el poblado fronterizo con Arizona. 

Sus negocios con Pemex

Según el artículo de Arturo Rodríguez publicado en el semanario Proceso, en el sexenio de Felipe Calderón Grupo México incrementó sus inversiones en el sector energético, y actualmente le renta plataformas a Pemex, además de construir equipos de perforación marítima a través de Pemsa. 

Según la página de Internet de GM, Pemsa es una empresa que cuenta con plataformas y equipos de perforación petrolera por mar y tierra. Adicionalmente presta una amplia gama de servicios relacionados incluyendo la ingeniería de cementaciones y la perforación direccional.

En los análisis financieros para inversionistas se adelantó que al aprobarse las leyes secundarias el papel del Grupo sería más activo en la petrolera mexicana. 

“De hecho, luego del anuncio de las llamadas Ronda Cero y Uno, se sabe que integra un proyecto de asociación para incursionar en el negocio de exploración y producción, pues ha confirmado que podría participar en al menos 10 licitaciones”, dice Rodríguez. 

Y en el mismo escrito afirma que el crecimiento desmesurado del Grupo México se dio al amparo de los gobiernos de Fox y Calderón, cuando siempre tuvo el apoyo de los secretarios de Trabajo, Javier Salazar y Javier Lozano, que “protegieron a tal grado al magnate que inclusive aceptaron los costos de enfrentar conflictos sociales en numerosas ciudades en 2006, a donde enviaron miles de policías federales a desalojar y resguardar sus instalaciones sin orden judicial y finalmente, sepultaron en los hechos el derecho de huelga”. 

Así, mientras sus minas son las más productivas de México, fue  favorecido con la privatización de Ferrocarriles Mexicanos otorgándole la concesión de Ferromex, que lo convirtió en el operador ferroviario más grande de México en cobertura y tamaño de flota.

En su página dicen que su red cubre aproximadamente el 71 por ciento del área geográfica del país y casi el 80 de las áreas industriales y comerciales. Su filial Ferrosur atiende el sureste de México con mil 813 kilómetros de vías que se agregan a los 8 mil 110.5 de Ferromex. Intermodal provee transportaciones de puerta a puerta y logística. 

Ante el éxito de sus negocios y el fracaso de sus consecuencias ante trabajadores y sociedad civil por los desastres ecológicos, personales y laborales que ha causado, Larrea no da la cara, pocos lo conocen y las crónicas sobre su persona se limitan a lo que cuenta Napoleón Gómez Urrutia, quien le debe a Larrea y a los gobiernos panistas, su exilio.

Un imperio diversificado

El imperio de Larrea lo inició en 1942 su padre, Jorge Larrea, llamado “El rey del cobre”, como empresa constructora, hasta que en 1965 adquieren el 51 por ciento de Asarco, minera norteamericana que se convierte en Asarco Méxicana. Desde entonces, y al amparo de gobiernos priistas, la compañía siguió en expansión ganando concesiones hasta llegar a 347 licencias mineras otorgadas por el gobierno.

Cuando llegó el PAN, en el 2000, la fortuna de Larrea se consolidó. Las condiciones de los mineros eran cada vez más limitadas y no había recurso que el sindicato pudiera ejercer para favorecer a los trabajadores de las mineras que originaron ventas, en 2013, por 9 mil 352 millones de dólares, que sin embargo disminuyeron respecto a las ventas de 10 mil 182 millones de dólares del 2013. La baja fue debido a la caída de los precios de los metales en el mercado internacional. 

Gran parte de estas utilidades provienen de la minera más productiva de México, Cananea, que según denunció en su momento Gómez Urrutia, el gobierno dio la concesión por 475 millones de dólares, cuando su valor real sería de más de 3 mil millones de dólares al tener utilidades netas arriba de 2 mil 300 millones de dólares anuales.  “Entre más concesiones son más agresivos y más hambreadores”, dice Gómez Urrutia en su libro. 

Y aunque esta minera ubicada en la frontera con Arizona está en conflicto, otra vez, es probable que el poder del misterioso Germán Larrea triunfe ante la adversidad de sus trabajadores, como en 2010, que logró un fallo judicial que le permitió despedir a los mineros que estuvieron tres años en huelga buscando mejores condiciones de trabajo.  

En Pasta de Conchos la resolución fue similar, los trabajadores quedaron sin protección mientras GP se negó al rescate alegando que el abrir la mina sería un peligro para la salud de los vecinos. El Gobierno Federal lo apoyó y muchos familiares de los mineros muertos, siguen demandando. 

El capital de GM está dividido entre los herederos de Jorge Larrea. Germán posee el 18 por ciento de las acciones que colocan a la familia, que posee el 51 por ciento del total del Grupo, en el lugar 67 del Rank mundial de Forbes. 

En su página de Internet presumen su liderazgo en la industria minera como la principal rama del Grupo. Poseen Industrial Minera México, Mexicana de Cobre, Buenavista del Cobre, Southern Perú y Asarco, sus socios en Estados Unidos .

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