Al Lago de Chapala le fueron cercenadas más de 8 mil 500 hectáreas en los últimos 50 años, que ahora se encuentran invadidas por zonas agrícolas, desarrollos urbanos, invernaderos y otros usos de suelo, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (Semadet).
El hallazgo se encuentra en el Programa de Ordenamiento Ecológico Regional que se elaboró para la región Chapala, para el cual se cotejaron las cartas de uso de suelo y vegetación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de 1970, y la capa de uso de suelo y vegetación 2019 de la propia Semadet.
“A partir de la unión de las capas antes mencionadas, se pudieron identificar los cambios de uso de suelo y calcular sus respectivas áreas”, dice el estudio.
Los resultados muestran que la categoría de “cuerpo de agua” se redujo en 8 mil 579.68 hectáreas en estas cinco décadas y que el 53 por ciento de estas áreas (4 mil 553.94 hectáreas) que alguna vez fueron parte del Lago de Chapala, ahora están ocupadas por actividades agrícolas.
También se identificaron 312.83 hectáreas de asentamientos urbanos que se desarrollaron sobre tierras que le pertenecían originalmente al Lago de Chapala; misma situación de 41.20 hectáreas en las que actualmente se encuentran instalados invernaderos.
El diagnóstico de usos de suelo arrojó igualmente una gran extensión de 3 mil 630.73 hectáreas que, aunque ya no están ocupadas por el espejo de agua del lago, están recubiertas por vegetación acuática; el resto de las superficies que ya no están anegadas tienen al día de hoy estas categorías: selva baja caducifolia (que pierde sus hojas cada año), 23.38 hectáreas; matorral, 2.68 hectáreas; y áreas desprovistas de vegetación, 14.92 hectáreas.
Pese a su condición, el lago suministra a los habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara el 60 por ciento del abastecimiento de agua potable.
“Los servicios ambientales generados por los ecosistemas de la región, como los bosques y el Lago de Chapala, influyen directamente en el mantenimiento de la vida, proporcionando beneficios y bienestar para la sociedad, a nivel local, regional o global”, dice el documento.
Entre los principales servicios ambientales identificados están la captación, infiltración y provisión de agua de calidad, y en cantidad suficientes; conservación de la biodiversidad; mitigación de los efectos del cambio climático mediante la captura y almacenamiento de carbono; retención y formación de suelo; provisión de alimentos; y belleza escénica.
Región Chapala impactada
La llamada región Chapala está compuesta por los municipios de Ocotlán, Poncitlán, Jamay, Chapala, Jocotepec, Tuxcueca y Tizapán el Alto, que suman una superficie total de 251 mil 873.6 hectáreas; en la que también se hallaron procesos de cambio de uso de suelo que impactaron sobre grandes extensiones.
El programa recuerda que los cambios de uso del suelo implican “la transformación de la cubierta vegetal original para convertirla a otros usos o degradar la calidad de la vegetación modificando la densidad y la composición de las especies presentes”, según una definición de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Entre los factores que causan el cambio de uso de suelo y vegetación están “la agricultura, ganadería y ampliación de infraestructuras. Entre las consecuencias más importantes del cambio de uso de suelo se encuentra la pérdida de la biodiversidad y los servicios ambientales”, se lee.
El diagnóstico concluyó que más de una quinta parte de toda la región Chapala ha sufrido este tipo de procesos de cambio de uso de suelo en el periodo de 1970 al 2019, incluyendo las más de 8 mil 500 hectáreas en que se redujo el Lago de Chapala.
De esta forma, la región Chapala no solo perdió en estas cinco décadas esa gran extensión del lago, sino también 15 mil 790.72 hectáreas de selva baja caducifolia; 696.9 hectáreas de bosque templado; 17 mil 673.17 hectáreas de zonas agrícolas; 11 mil 142.47 hectáreas de pastizales; y 295.27 hectáreas de vegetación acuática.
Los cambios de uso de suelo detectados en la región Chapala se complementan con 144.61 hectáreas que eran áreas desprovistas de vegetación y hoy tienen otras vocaciones; así como 28.94 hectáreas de zonas urbanas que hoy son invernaderos y zonas agrícolas.
Turismo y extranjeros
En el programa (bajo consulta pública) se asegura que el espejo de agua del Lago de Chapala es el segundo mayor de todo el continente y que, cada año, los extranjeros dejan en promedio una derrama económica cercana a los 240 millones de pesos en dicha región.
En la zona, además, se asienta la comunidad más grande de estadounidenses fuera de su país, la cual sigue en crecimiento.
“Siete mil extranjeros residentes en la Ribera de Chapala es el dato aproximado que maneja The Lake Chapala Society, pero en temporada alta suman hasta 17 mil estadounidenses, canadienses, ingleses y de otros países de Europa. La novedad es que en los siguientes cinco años la cifra podrá duplicarse ante el auge de personas que se están jubilando y que buscan un sitio donde vivir”, se lee.