Su origen político se asocia al ex presidente Vicente Fox, y desde las filas del PAN, fue el ideólogo de maniobras que puso en jaque a perredistas, como cuando aconsejó a Gabriela Cuevas Barrón pagar la fianza que evitó que Andrés Manuel López Obrador fuera a la cárcel y se convirtiera en víctima durante el proceso de desafuero de 2005.
Sin que su nombre apareciera en los medios, fue el autor del amparo del Poder Judicial de la Federación que le permitió a la misma diputada local, Cuevas Barrón, asistir a las conferencias mañaneras del jefe de gobierno.
También preparó las denuncias penales que ella presentó en contra de René Bejarano y Carlos Imaz, por los delitos de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y delitos electorales, durante la época de los llamados video escándalos que sacudieron al país y en los que se exhibió a perredistas aceptando dinero de Carlos Ahumada Kurtz.
Es por eso que en las filas del PAN, donde nació políticamente, le llaman el pequeño Fouché panista, en alusión al político francés José Fouché quien ejerció el poder a la sombra de otras figuras públicas y no tuvo empacho en apoyar causas opuestas y contradictorias.
Su nombre, Enrique Selvas Carrola, el abogado que estuvo en las entrañas del panismo, autor de algunas de las maniobras de Gabriela Cuevas y que hoy colabora con el aspirante del PRD a la jefatura en Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo Guerra.
Sin renunciar al PAN, del que es militante activo, Selvas Carrola se ha propuesto hacer ganar al PRD en Miguel Hidalgo, una de las delegaciones consideradas como el bastión panista más importante en la Ciudad de México.
Su actitud, dice Selvas, no es una traición sino una protesta contra la dirigencia de su partido que reparte de manera copular las candidaturas a familiares y deja sin oportunidad a los militantes de base.
El Fouché panista amaga: si el PAN lo expulsa, un grupo de 150 miembros activos, que mueven el voto en la demarcación, presentarán su renuncia voluntaria al partido.
Selvas Carrola forma parte de la llamada desbandada azul que ya opera para el PRD en el Distrito Federal, algunos de sus integrantes han dado muestras públicas de simpatizar con el candidato del Sol Azteca.
Fernando Aboitiz Saro, Arne aus den Ruthen Haag; ex delegados en Miguel Hidalgo y José Luis Legaspi Balderas, coordinador de Participación Ciudadana en la demarcación; así como la ex diputada local, Lía Limón, tienen más de un factor en común.
El principal: haber renunciado al PAN y estar apoyando a Víctor Hugo Romo del PRD para que por fin logre arrebatar al albiazul, la emblemática delegación Miguel Hidalgo.
Estos se han trazado el objetivo de lograr la penetración del PRD en las 34 colonias del Distrito 14 en la delegación, franja que abarca la zona de Lomas de Chapultepec, Polanco, Condesa y Roma Norte, en la que se contabiliza gran parte del voto duro del PAN.
Sin embargo, de alguna u otra manera, todos los integrantes de este grupo han renunciado al PAN, excepto Selvas Carrola, quien pretende combatirlo desde sus propias filas.
En campaña por Romo
El activismo de Selvas Carrola a su favor podría traerle al perredista, además de sumas, algunas bajas; las tribus tampoco lo ven con buenos ojos.
El activismo de Enrique Selvas a favor del perredista Víctor Hugo Romo ya comenzó a dar de qué hablar.
A la espera de que las campañas para jefes delegacionales arranquen oficialmente el próximo 14 de mayo, Selvas prepara encuentros entre líderes vecinales y el candidato perredista.
Siempre polémico y crítico de las políticas perredistas, Selvas se empeña en mandar un mensaje la dirigencia del PAN-DF, encabezada por Juan Dueñas, para que deje de tomar decisiones cupulares.
¿Qué pensarán los líderes del PRD que fueron víctimas de sus maniobras en el pasado?
Ahí está René Bejarano a quien denunció a través de su antigua jefa, la también polémica Gabriela Cuevas.
Las tribus no perdonan y aunque Víctor Hugo Romo no pertenece a la corriente del profesor Bejarano, la medida de sumar al pequeño Fouché panista a su campaña, podría traerle además de sumas, bajas.
Aunque Selvas asegura que su historial está limpio, las venganzas de las tribus perredistas podrían terminar por desempolvar su pasado.
En el 2001, tres tíos de Selvas fueron asesinados y sobre ellos pesaban sus vínculos con el narcotráfico.
En esa fecha, él Fouché panista Enrique se asumió como el abogado de la familia en busca de esclarecer el triple crimen de sus tíos, Jesús Ignacio, Miguel Ángel y Marco Antonio Carrola Gutiérrez.
En declaraciones a los medios de comunicación durante 2001 y 2002, el entonces abogado denunció que el crimen se pudo haber orquestado desde el interior de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en donde uno de los fallecidos, Jesús Ignacio, era jefe general de la policía judicial.
También por esas fechas, en su calidad de abogado familiar, Selvas señaló a un ex senador panista de Baja California, Pedro Macías, como el posible culpable del crimen derivado de una venganza.
Según la versión de Selvas, uno de sus tíos habría colaborado en la detención de un sobrino del ex senador panista que fue detenido con un camión que transportaba droga.
En revancha, el político pudo haber mandado matar a sus tíos.