El estigma social de la obesidad, obstáculo a la atención
La falta de conocimiento entre la población, sumado al constante bombardeo publicitario en donde lo único que se promueve son cuerpos atléticos, ha generado múltiples estigmas en contra de las personas que padecen obesidad, lo que a su vez dificulta el poder atender esta enfermedad
Julio RamírezLas personas con obesidad no están así por gusto, hay toda una serie de factores que condicionan esta enfermedad. En tanto, es común que se den sobrenombres y se estigmatice a estas personas.
“Cuando decimos ‘Juan es gordo’, realmente Juan es una persona que padece obesidad. Si decimos que Juan es diabético, es una persona que padece esta enfermedad. La enfermedad no lo define. La enfermedad es una de las muchas cosas que tiene Juan. Creo que el lenguaje que usamos tiene que ser más consciente”, explica el doctor Guillermo Arteaga MacKinney para el Foro de Bienestar.
Esta serie de tratos son agresiones que condicionan a las personas, a veces desde que son niños, a seguir en esta condición y difícilmente pueden salir de ella.
Además, la difusión de imágenes de cuerpos perfectos relacionados con la idea del éxito en un mercado que ofrece en su mayoría comida ultraprocesada hace las cosas más complicadas para la población.
“La mayoría de los adultos padece de sobrepeso u obesidad. Podríamos pensar que cómo es posible que, si la mayoría tiene esta condición o algún grado de la misma, se presente esta problemática de promover cuerpos perfectos, pero vemos que los medios fomentan estos cuerpos ideales. Este también es un tema sobre cómo se percibe a una persona exitosa, siempre lo vemos con ciertas características físicas y creo que es más el impacto en las mujeres”.
En el personal de salud también hace falta la concientización acerca de las condiciones de las personas con sobrepeso u obesidad.
“Hay estudios donde los grupos de médicos de distintas especialidades no tratan con la misma intensidad o con el mismo ahínco a los pacientes con obesidad porque de alguna manera tienen este estigma de que no van a seguir las indicaciones, que ya tienen muchas cosas, que no va a valer la pena, que son muy complicados.
“Vemos muchos hospitales en México que no están diseñados para atender este padecimiento, las básculas no tienen la capacidad y es difícil que las personas se suban a las mesas de exploración”, explica el profesor de la Universidad de Sonora.
En los sitios de trabajo es difícil encontrar uniformes de sus tallas y el personal tiene que estar incómodo, agrega.
“Es una situación donde creo que todos debemos de tener este enfoque de que son personas, de que una persona que padece obesidad no es su decisión. No es una decisión de voluntad o de decirle que le eche ganas, que es flojo o que es glotón. Es mucho más complejo”, explica Arteaga MacKinney.
“Si tengo una persona con esta situación y yo no conozco todo su entorno, ¿cómo voy a hacer un diagnóstico? Pero así lo hacemos. Así lo hace la sociedad y se les atribuyen estas características sin dar ninguna oportunidad a valorarlo como una persona valiosa que pueda aportar”, explica.
Acerca de la sensibilización por parte del personal de salud en el trato de las personas con obesidad, la maestra en psicología clínica y psicoterapeuta, Darinca Hernández, asegura que es importante tener en cuenta los factores psicológicos que inciden en que las personas incrementen su peso.
“Esa sensibilización la tendríamos que hacer todos los profesionales de la salud en relación a lo que implica, ya no tanto es estar o no estar obeso, sino ver por tu salud, y que sensibilicemos a las personas para adaptarnos a este mundo ‘obesogénico’ que tenemos”, expone.
Con esta definición (mundo ‘obesogénico’) se refiere a los contextos sociales en donde las personas tienen poco tiempo para comer, poco acceso a frutas y verduras frescas y una gran variedad de alimentos ultraprocesados tanto en la casa como en las tiendas donde se consume de manera recurrente.
“Hablar de obesidad no es solamente exceso de peso, hay que ser conscientes de que hay un desajuste psicológico, que todo este estigma social, todo este rechazo, va más allá de lo que implica esa conducta”, explica la profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Campeche.
Este cambio en nuestras conductas alimentarias nos llevará a estar y sentirnos bien y gozar de mejor salud.
“Nosotros mismos como sociedad seguimos contribuyendo a darle más valor a la imagen corporal que a la percepción que tenemos de esa imagen personal.