El efecto Batman

El episodio de terror suscitado la semana pasada en Colorado, Estados Unidos, podría conseguir lo que 60 mil muertes en México no han logrado.

Se trata de la reapertura del debate sobre la venta y portación de armas en Estados Unidos.

Y más aún, se discute la posibilidad de reinsertar una ley que prohíba la venta de fusiles de asalto, la cual expiró en 2004.

La finalidad es reducir el riesgo de que se repitan episodios como éste y frenar el tráfico de armamento militar hacia México.

300
Millones de armas están en manos de civiles en Estados Unidos.
"El tráfico de armas a México es inhumano. Obama ha hecho un gran esfuerzo pese al clima político adverso que vive ela país"
Felipe CalderónPresidente de México.

El episodio de terror suscitado la semana pasada en Colorado, Estados Unidos, podría conseguir lo que 60 mil muertes en México no han logrado.

Se trata de la reapertura del debate sobre la venta y portación de armas en Estados Unidos.

Y más aún, se discute la posibilidad de reinsertar una ley que prohíba la venta de fusiles de asalto, la cual expiró en 2004.

La finalidad es reducir el riesgo de que se repitan episodios como éste y frenar el tráfico de armamento militar hacia México.

Porque 90 por ciento de las armas confiscadas en México provienen de Estados Unidos.
Rifles de asalto de diversos calibres, pistolas de todo tipo y granadas son introducidas a México de manera ilegal y compradas por los cárteles del narcotráfico para combatir a sus rivales y a las autoridades.

Incluso han sido confiscados granadas de fragmentación, lanzagranadas (RPG), fusiles Barrett calibre .50 mm capaces de atravesar cualquier blindaje y artillería antiaérea.

Armas como éstas –AR-15, dos pistolas Glock .40 mm y una escopeta– fueron las que usó el joven de 24 años James Holmes para asesinar a 12 personas en una sala de cine en Aurora, Colorado, mientras veían la película “Batman: The Dark Knight Rises”.

Con estas armas en manos del crimen organizado, fueron asesinados más de 915 policías municipales, 698 policías estatales y más de 463 agentes federales en México. Y todo en solo tres años.

Por ello, con los presupuestos públicos más altos de la historia de México, el gobierno federal y los estatales se abastecieron de armas. Compraron grandes cargamentos a Estados Unidos y otros países.

Sin embargo, los policías continuaron siendo intimidados por los cárteles.

Los únicos capaces de igualar la capacidad de fuego de los criminales han sido los solados y los marinos.

En campaña, el presidente Felipe Calderón aseguró que revisaría aspectos estratégicos de la Iniciativa Mérida y que urgiría al gobierno estadounidense a fortalecer las regulaciones de armas.

La repentina designación de Arturo Sarukhan como embajador ante Estados Unidos así lo indicaba.

Se esperaba que el hijo del ex rector de la UNAM ocupara la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Sin embargo, la tan afamada Iniciativa Mérida pasó a ser casi una campaña de donativos, no de cooperación.

Se trata de premios de consolación que da Estados Unidos ante la incapacidad de la clase política norteamericana de llegar a un consenso y recuperar lo que ya existía.

La tragedia en Colorado

Aurora es un pequeño condado del estado de Colorado, en el centro de Estados Unidos. Y ahí tuvo lugar una masacre más en la historia de ese país.

Esta vez ocurrió en un cine durante el estreno del éxito taquillero “Batman: The Dark Knight Rises”.

Los hechos ocurrieron alrededor de la medianoche, cuando un individuo disfrazado arrojó dos latas de gas lacrimógeno y empezó a disparar.

Primero con un rifle de asalto AR-15, y después con una pistola marca Glock calibre .40 mm.

El atacante mató a 12 personas e hirió a casi 60. Identificado como James Holmes, de 24 años, el agresor era candidato a un doctorado en neurociencia.

Fue aprehendido en el lugar de los hechos por un equipo SWAT de la policía estatal.

El episodio acaparó la atención pública nacional.

El presidente Barack Obama canceló un mitin en Florida. Aunque sí se presentó en el lugar, afirmó que habría otros días para hacer campaña.

Su contrincante republicano, Mitt Romney, también suspendió sus actividades de campaña.
Así, a lo largo del fin de semana, la tragedia rápidamente se politizó.

No era para menos. Se conmocionó la opinión pública en todo el país. Y la inquietud se expandió a México.

El debate sobre armas

El presidente Felipe Calderón insistió en el tema del acceso a las armas. Dijo que lo sucedido representaba una oportunidad para que el Congreso de Estados Unidos revisara “su equivocada legislación, pues nos daña a todos”.

Al darse a conocer el tipo de armas que utilizó el agresor, además de lo que tenía en su automóvil y su domicilio: un artefacto explosivo improvisado (IED), armas y al menos 6 mil municiones, resurgió la gran problemática de las armas.

La segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos establece que todos lo ciudadanos tienen derecho a poseer un arma de fuego.

Sin embargo, con el tiempo, los ciudadanos no se conformaron con tener pistolas y rifles de cacería, y empezaron a comprar libremente rifles de asalto como los que utiliza el Ejército.

Por ello, el Congreso aprobó en 1994 una ley que prohibía la venta de fusiles de asalto en todo el territorio estadounidense. Pero esa ley expiró en 2004 y no ha sido renovada.

Durante su campaña en 2008, el presidente Barack Obama prometió reinstaurarla.

Sin embargo, pese a la presión ejercida por grupos que están a favor de la regulación de armas en su país y por el gobierno mexicano, esto no ha sucedido.

Quizá no sea falta de voluntad, pero dado que la industria armamentista estadounidense es la más grande del mundo, hace valer su enorme poder político.

Y también está la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), dirigida por el ultraconservador Wayne LaPierre, organización no gubernamental especializada en cabildear a favor de la posesión de armas en Estados Unidos.

Esta organización cuenta con el poder político y mediático necesario para hacer perder a cualquier político que esté a favor de la regulación de armas.

El presidente Obama ganó las elecciones en 2008 sin su apoyo.

Sin embargo, otros menos afortunados, como el ex vicepresidente demócrata Al Gore, no corrieron con la misma suerte.

Gore contendió por la Presidencia en el año 2000. Desde entonces, los expertos en política entendieron que el tema del control de armas es políticamente suicida.

En 2004, el entonces presidente George W. Bush decidió no proponer la reinstauración de la ley que expiraba ese año para que su partido se ganara el respaldo de la NRA.

En otras palabras, esta asociación pro armas tiene un peso político similar al del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en México.

Lo que hoy está claro es que Colorado tendrá un papel de suma importancia en las elecciones presidenciales de noviembre porque es uno de los estados “bisagra”.

 

 

Acuerdos y desacuerdos

México es el único país del mundo donde se ha reunido todo el gabinete de seguridad nacional de la Casa Blanca.

El grupo de personas con mayor influencia en temas de seguridad y política internacional se ha reunido dos veces en territorio mexicano.

Hillary Clinton, secretaria de Estado; Bob Gates, secretario de la Defensa; Michael Mullen, jefe del Estado Mayor; Eric Holder, procurador general; Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior; Tom Donilon, asesor principal de Seguridad Nacional, y Leon Panetta, director de la CIA.

No obstante, el objetivo de estas reuniones históricas no se concretó. No hubo producto de valor.

Por su parte, el presidente Calderón se ha reunido varias veces con el presidente Obama. Y ha calificado como “inhumano” el tráfico de armas hacia México.

El embajador Sarukhan afirma que visitó 47 de los 50 estados de Estados Unidos. Y siempre ha insistido en la necesidad de resolver la problemática del libre acceso a las armas.

Curiosamente, en marzo pasado, el diplomático mexicano pronunció un discurso en Colorado.

Durante una visita a la Universidad de Denver, dijo que a pesar de que respetaba la segunda enmienda constitucional de Estados Unidos, dudaba que ésta hubiera sido redactada para que las armas terminaran en manos de criminales.

Y precisó que, personalmente, no estaba de acuerdo en utilizar los rifles de asalto para la caza de venados.

También destacó que esta problemática y los 38 mil millones de dólares que se lavan anualmente en Estados Unidos son dos factores determinantes en la relación bilateral.

La mejor prueba de ello es que 90 por ciento de las armas decomisadas en México provienen de Estados Unidos.

Y más del 50 por ciento de estas armas provienen de armerías ubicadas en Texas y Arizona, dos estados que concentran 7 mil armerías con licencia federal (FFL).

Además, esos dos estados sureños tienen la posesión de armas per cápita más alta del mundo.
En todo el territorio estadounidense existen por lo menos 300 millones de armas en manos de civiles.

México ha trabajado en conjunto con distintas dependencias del gobierno norteamericano para investigar el destino y las rutas que siguen estas armas en su tránsito de Estados Unidos a México.

Un ejemplo de ello es el fallido operativo “Rápido y Furioso”. Y antes fue el “Gunrunner”.

Mediante “Rápido y Furioso”, entraron a México unos 3 mil rifles de asalto. El propósito era rastrearlos y aprehender a los compradores. Pero no fue así.

El procurador general estadounidense Eric Holder afirma que “Rápido y Furioso” se llevó acabo con la cooperación de las autoridades mexicanas. Sin embargo, el gobierno federal lo ha negado categóricamente.

Lo cierto es que la venta de armas se salió de control y ha tenido repercusiones en ambos lados de la frontera.

De acuerdo a datos oficiales, el gobierno mexicano ha decomisado más de 140 mil armas, cerca de 14 millones de municiones y 11 mil granadas.

Y aunque está documentado que el crimen organizado de México se alimenta de armamento y dinero de origen estadounidense, poco se ha logrado para solucionar el problema.

Lo que le espera a EPN

El próximo gobierno enfrentará un gran reto. El virtual presidente electo afrontará dos posibles escenarios.

El primero es que Obama sea reelegido, que la economía estadounidense despegue y que el presidente, en su segundo periodo, intente dos grandes maniobras.

Primero pasar al Congreso la Reforma Migratoria y después conseguir los votos necesarios para reinstaurar la ley que prohíbe la venta de rifles de asalto.

La otra es que a Peña Nieto le toque como contraparte un empresario republicano como Mitt Romney.

Y que con un diálogo diplomático, el gobierno mexicano aproveche la mayoría legislativa que tienen los republicanos en la Cámara de Representantes para renovar la ley.

Pero el camino parece largo y sinuoso. La mayoría de los representantes del conservador Partido Republicano están renuentes a renovar la legislación que controla la posesión de armas.

A pesar de las masacres.

EL ETERNO DEBATE

Por Jorge Mireles

Como ocurre en cada evento trágico con armas de por medio en Estados Unidos, se enciende el debate entre los partidarios de restringir la venta de armas y aquellos que apelan a los derechos de poseer una.

Los primeros se basan en la necesidad de prevenir tiroteos como el de Columbine.

Los segundos se defienden a través de la Segunda Enmienda, que da el derecho a cualquier norteamericano de portar armas.

La Segunda Enmienda fue adoptada en 1791, y desde entonces permite a todos los ciudadanos el uso y portación de fusiles.

Éstos son los dos polos de la discusión en torno a las armas.

Rod Dreher, editor del American Conservative, argumenta que la discusión está supeditada a posiciones absolutistas.

Unos tienen la creencia dogmática de que los controles más estrictos evitarán  matanzas,

mientras que otros se aferran a la Segunda Enmienda de maenera ciega. Ninguna postura es la respuesta, dice Dreher.

Los que están a favor de las restricciones ignoran casos como los crímenes de Anders Breivik, quien el año pasado asesinó a más de 75 personas en Noruega, país que posee uno de los controles de armas más restrictivos del mundo.

Y quienes defienden la libertad de poseer armamento, se anclan a una legislación que brinda a cualquier persona la posibilidad de adquirir un rifle de asalto.

Y es precisamente con un rifle de asalto AR-15 con el que James Holmes ejecutó a 12 personas e hirió a medio centenar.

Con 700 dólares es posible adquirir un modelo AR-15 en Estados Unidos. Y se puede hacer por Internet.

Holmes reunió de manera legal un arsenal que comprendía 6 mil 350 municiones, un AR-15, dos pistolas Glock 22 calibre .44 y una escopeta Remington 870.

Después de que esto se dio a conocer, surgió la pregunta: ¿cómo un estudiante desempleado pudo adquirir tal cantidad de armas y municiones sin llamar la atención de ninguna autoridad?

El periodista Bill Boyers acusa a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) de contribuir a la matanza.

Asegura que el cabildeo de la NRA a favor de la posesión de fusiles dio todas las facilidades a Holmes.

Después del tiroteo en la Universidad de Columbine en 1999, una encuesta del Pew Research Center mostró que 66 por ciento de los estadounidenses preferían que hubiera mayor control en la posesión de armas.

Sin embargo, desde que Barack Obama asumió la Presidencia, la opinión se encuentra dividida. Hoy son mayoría los que prefieren proteger los derechos de la Segunda Enmienda.

Y el debate político también se mantiene cerrado.

Demócratas y republicanos admiten que la existencia de más restricciones no hubiera evitado la masacre.

La respuesta quizás no esté en las restricciones, sino en algo aún más sencillo.

El alcalde de Nueva York, Michael R. Bloomberg, dijo: “Aquellos que digan que esto es acerca del control de armas, se equivocan. Esto es acerca del control del crimen”.

Dejar de vender armas no evita matanzas, pero controlar el comercio y la posesión podría dar pistas sobre asesinos en potencia.

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