El dreamer apptivista

David Morales enfrentó 17 días en prisión y un año de arresto domiciliario en Estados Unidos, hechos que lo llevaron a crear dos apps móviles para informar a los migrantes sobre sus derechos
Rubén Zermeño Rubén Zermeño Publicado el
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Fueron cuatro días y tres noches de viaje en autobús. David Morales Pantoja estaba sentado en la segunda fila de asientos, del lado de la ventana para observar los paisajes. Con mochila atrás pero con una vida por delante, el joven dreamer recorrió Utah, Nuevo México, Texas y Luisiana, más de mil 500 millas para tratar de llegar a la universidad en la que estudiaría durante de los próximos años.

Cuarenta y cinco minutos antes de llegar a la ciudad de Luisiana el chofer paró en una gasolinera con el pretexto de estirar los pies y fumar un cigarrillo. El conductor fue el único que descendió del camión, cerró las puertas y esperó a los agentes de migración.

“Llegaron tres carros de la patrulla fronteriza, se subieron al autobús y comenzaron a revisar la documentación. Yo estaba en la segunda fila porque quería ver los paisajes, me preguntaron y les dije que no era ciudadano estadounidense. Me bajaron, me interrogaron y les confesé que crucé a los 9 años, que venía de Utah y que iba a la universidad”, comenta en entrevista con Reporte Indigo.

Los deseos de estudiar de “Deyvid”, como se hace llamar en redes sociales, fueron truncados y sus días transcurrieron entre demandas e idas a la Corte. Sin embargo, la amenaza de regresar a un país que ya no recordaba, pues dejó México a los 9 años, lo motivó a crear dos aplicaciones para ayudar a miles de jóvenes.

“Yo no sabía nada de migración, no sabía nada de mis derechos, no sabía que los migrantes sí podían tomar avión en Estados Unidos. Entonces por miedo y falta de información, tomé un autobús sin saber que migración los revisa constantemente”, platica Morales.

David nació en Acapulco, Guerrero y creció en Ecatepec, Estado de México. A los 9 años cruzó la frontera con su madre y su hermano menor para reencontrarse con su padre, quien tenía dos años viviendo como indocumentado en Estados Unidos

“Cruzamos con ayuda de una persona y también de la patrulla fronteriza. La señora ya tenía trato con uno de los agentes, entonces nos revisó y nos pasó; ya después le mandó su parte a él. Recuerdo que era un poco confuso, sabíamos que íbamos a ir a un lugar pero no sabíamos a dónde. Recuerdo que mi mamá y la señora nos decían que no nos asomáramos por la ventana, era de noche. Todo fue como si estuviéramos en una misión”, afirma el joven migrante.

Sin contratiempos David, su madre y su hermano llegaron con su papá a Utah en agosto de 2001. Su vida continuó sin sobresaltos hasta que fue detenido por los agentes migratorios y pasó 17 días recluido en un centro de detención.

Su celda era del tamaño de un gimnasio de escuela y tenía que compartirla con otras 100 personas. Había 50 literas, cuatro tazas de baño, cuatro lavabos y cuatro duchas. No había puertas ni nada que protegiera su privacidad o lo resguardara del aire acondicionado que funcionaba 24 horas. Además, tenía que soportar los malos tratos de los custodios.

“No eran amables, les decían groserías en inglés a otros migrantes. Pero los “paisas” tampoco se dejaban y se las rayaban. Aunque los guardias no tienen ningún facultad migratoria, sí les tenía miedo”, dijo al respecto.

“Deyvid” era el único que hablaba inglés y entendía los documentos legales de los otros migrantes, por lo que se convirtió en el traductor de la celda.

Tras dos semanas de reclusión, la familia del joven migrante pudo pagar 4 mil dólares de fianza. David tomó un avión de regreso a Utah, ya sabía que podía utilizarlo.

De vuelta a Utah, David pisó la Corte varias veces más y, por segunda vez, tenía la amenaza de ser deportado a México.

El 15 de junio del 2012, el entonces presidente Barack Obama anunció la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas inglés) para proteger a los miles de jóvenes “soñadores” que llegaron de manera ilegal a Estados Unidos cuando eran niños.

David cumplió con los requisitos que establecía el programa migratorio, tales como haber entrado en el país antes de cumplir 16 años, la residencia continua en él y la escolarización. Gracias a ello obtuvo un permiso para trabajar.

David se casó con una ciudadana norteamericana y tiene tres hijos, por lo que ya cuenta con la nacionalidad estadounidense. Sin embargo, hace unas semanas intentaron deportarlo de nuevo.

“Me dijeron que mi matrimonio no era real, que me había casado por el beneficio, que no tenía una entrada legal en Estados Unidos y que tenía muchos tickets de tránsito. Lo pueden intentar todas las veces que quieran, pero si te sabes defender legalmente, no te pueden deportar”
David MoralesActivista

El 3 de septiembre “Deyvid” regresará a México para participar en un foro de migrantes, después de 17 años volverá a ver su familia de Guerrero, para él es una “misión cumplida”.

Aplicaciones para dreamers

En 2013 diseñó Derechos de Herencia, que funciona como una guía para actuar en caso de detención por la patrulla fronteriza o agentes de migración.

En 2015 creó DACA Scholars, plataforma que contiene opciones de becas de estudio e información sobre leyes que afectan los derechos de los migrantes.

Ese año el Consulado de México en Salt Lake City, Utah lo invitó a unirse a su equipo para gestionar permisos humanitarios, traslado de cuerpos y localización de personas.

En 2016, después de que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales, el Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME) organizó la primera edición del Foro Dreamers en Movimiento y patrocinó Derecho de Inmigrantes y Ayuda (DIA), la cual sustituye a su primera aplicación y es un puente entre abogados y migrantes.

Actualmente, sus creaciones digitales tienen más de 40 mil descargas y están disponibles de forma gratuita en los sistemas operativos Android y IOS.

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