La amenaza de un nuevo confinamiento ocasionado por las recientes variantes del COVID-19 y el posible repunte de contagios de la pandemia por las fiestas de fin de año se podría convertir en un reto para las miles de madres y padres que trabajan desde casa.
En el hogar, las barreras entre lo laboral y lo familiar se borran y al mismo tiempo los nuevos padres “multitasking” pueden atender llamadas de trabajo, preparar la comida y reforzar los conocimientos que sus hijos aprenden a distancia. Se convierten en profesionistas, profesores y cocineros a la vez.
Ante la falta de apoyo por parte del gobierno y las empresas para las madres y padres trabajadores en confinamiento, muchos de ellos tuvieron que abandonar su trabajo o reducir las horas laborales para cuidar a sus hijos.
Especialmente las madres tuvieron que sacrificarse y dejar de lado su vida profesional o laboral para asumir el cuidado de los hijos y la casa.
Ana Carrete, madre de dos hijos, experimentó la pérdida de su actividad profesional al verse envuelta en una situación que nunca imaginó: una pandemia mundial.
La terapeuta del lenguaje, cuyos hijos tienen 4 años y 10 meses, trabajaba en un centro privado de neurorehabilitación integral antes de que el coronavirus SARSCoV-2 apareciera y obligara a la población mundial a confinarse.
“Cuando vino la pandemia tenía un solo hijo, nos mandaron a trabajar con sesiones en línea, así por año y medio, horario completo”, menciona Ana.
Sin embargo, en medio del confinamiento resultó embarazada de su segunda hija. Durante su incapacidad por maternidad, notó que ante el problema que representaba el virus no podía exponer a sus hijos.
“Me di cuenta que en ese momento de tanta incertidumbre, podría regresar a trabajar presencial y arriesgar a mis hijos, vivía con un temor constante”, comenta.
Al regresar a sus labores, ya presenciales, le redujeron la jornada laboral dos veces, debido a sus necesidades como madre. Ante la exigencia de incrementar su horario laboral nuevamente, Ana decidió, de común acuerdo con su exjefa, terminar la relación laboral.
Aunque mantuvo sus actividades profesionales de manera privada y en línea, Ana no pudo evitar sentir frustración, pues desde que comenzó su vida laboral, jamás dependió de nadie económicamente.
De acuerdo con una encuesta realizada por la página de búsqueda de empleos Indeed, durante la pandemia de COVID-19 el 28 por ciento de los encuestados reveló que cuidar a sus hijos y trabajar ha sido el reto más grande al que se han enfrentado.
Debido a esta situación, el 18 por ciento de los padres tuvo que reducir sus horas de trabajo y el siete por ciento renunció a sus empleos para cuidar a sus hijos. Además, la encuesta reveló que el 21 por ciento se siente sobrecargado al realizar las dos labores al mismo tiempo y el 15 por ciento confesó sentirse distraído.
‘No todo es malo’ para los padres en la pandemia
De acuerdo con la encuesta realizada a padres trabajadores por Indeed, pese a las dificultades que las madres y los padres tuvieron que enfrentar debido a la permanencia en casa, el confinamiento también representó algunos beneficios para ellos.
Al ser cuestionados respecto a cómo se sentían respecto a trabajar en casa acompañados de sus hijos, 32 por ciento de los encuestados dijo disfrutar el tiempo que ahora pasan con ellos.
No obstante, pese a lo complicado que fue adaptarse a la reducción de horas laborales y eventualmente a abandonar su actividad profesional, Ana encontró algunas satisfacciones como madre al dejar de tener trabajo.
“Por un lado, me sentí primero aliviada porque podría estar con mis hijos y pasar con ellos tiempo de calidad, pese a que me preocupara la cuestión económica y profesional”, relata.
Entre los encuestados por Indeed, 50 por ciento mencionó como una de las ventajas del trabajo en casa, que este esquema les permitía pasar más tiempo con sus familias.
Ahora que ha vuelto al trabajo presencial siete horas al día, Ana ve la ventaja de laborar desde el hogar, pues cuando radicaba en la Ciudad de México su hijo pasaba un total de 10 horas en la guardería.
Por el momento, su esposo mantiene un esquema híbrido que le permite cuidar de sus hijos mientras ella trabaja.
“Ahorita se quedan con el papá pero estamos pensando que se quedarán en guardería cuando tengamos que regresar los dos, y eso me frustra, porque no quiero que mi hija bebé sea bebé de guardería como mi primer hijo”, explica.
Al menos 44 por ciento de los participantes en la encuesta de Indeed dijeron que el trabajo en casa les dio un mejor balance entre la vida familiar y el trabajo.
Al respecto, Ana menciona lo complicado que resulta armonizar la maternidad con la parte laboral, algo que a menudo genera culpa y señalamientos, por ponerle más atención a una que a otra actividad.
“Al ser tan romantizada la maternidad si eres mamá y trabajas está mal o pareciera que está mal, porque los comentarios de ‘si no te ibas a dedicar a tus hijos para que tenías’, te señalan, te juzgan, te crucifican”, concluye Ana.