El doble sueldo en la UdeG
Directivos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) encontraron la manera de burlar los controles administrativos que limitan los salarios de sus funcionarios, para romper las barreras fijadas y otorgar ingresos extraordinarios de hasta 80 mil pesos.
Para lograrlo, la casa de estudios ha registrado en su nómina oficial a funcionarios con plazas a las que les corresponden salarios muy bajos.
Y al mismo tiempo autorizándoles otro pago mediante un contrato de honorarios, lo que les significa un sueldo paralelo o una doble retribución, a cargo del presupuesto público.
Luis Herrerahttps://www.youtube.com/watch?v=-SRx9en4h1U
Directivos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) encontraron la manera de burlar los controles administrativos que limitan los salarios de sus funcionarios, para romper las barreras fijadas y otorgar ingresos extraordinarios de hasta 80 mil pesos.
Para lograrlo, la casa de estudios ha registrado en su nómina oficial a funcionarios con plazas a las que les corresponden salarios muy bajos.
Y al mismo tiempo autorizándoles otro pago mediante un contrato de honorarios, lo que les significa un sueldo paralelo o una doble retribución, a cargo del presupuesto público.
El caso más sobresaliente es el de Édgar Miguel Jiménez Govea, quien ingresó a la Vicerrectoría Ejecutiva con una plaza de auxiliar general con un salario en nómina de sólo 3 mil 788 pesos, pero le fue concedido otro pago de 80 mil pesos cada mes a través de un contrato de honorarios.
Doris Gutiérrez Félix, también en la Vicerrectoría, es la segunda mejor pagada mediante este esquema de doble retribución.
Al igual que Jiménez Govea, tiene una plaza de auxiliar general por menos de 4 mil pesos, pero cuenta con un contrato de honorarios paralelo que le asegura otros 71 mil pesos por mes.
Según información proporcionada por la UdeG, en toda su estructura hay 178 funcionarios públicos que son beneficiados con estos dobles ingresos.
Las áreas donde más se pone en práctica la figura son la Vicerrectoría y la Secretaría General, a cargo de Miguel Ángel Navarro y José Alfredo Peña, respectivamente.
En la primera hay 58 contratos de honorarios para funcionarios que también tienen una plaza, y en la segunda existen 38 más.
De esta forma, poca utilidad tienen la plantilla y el tabulador de salarios que debe aprobar año con año todo ente gubernamental como la UdeG.
Y con los que, se supone, se fija un sueldo para cada cargo y tarea; con estas retribuciones paralelas por honorarios, los directivos de la casa de estudios elevan tanto como quieran el ingreso de sus funcionarios predilectos.
El pasado 27 de febrero se difundió que la UdeG impugnó y logró la suspensión de la reciente Ley de Austeridad y Ahorro estatal, a cuya implementación se resiste, y que mandata en su Artículo 12: “se restringirán los servicios de consultoría y asesoría, la contratación de personal por honorarios”.
Para el año 2015, la UdeG presupuestó egresos totales por 10 mil 541 millones 82 mil 453 pesos, su gasto en nómina (servicios personales) le exige 7 mil 174 millones 799 mil 106 pesos, es decir, siete de cada 10 pesos que eroga son para este capítulo, o lo que es lo mismo el 68 por ciento de su gasto.
Los preferidos
De todos los funcionarios que en la Vicerrectoría cuentan con plazas con ingresos menores a 4 mil pesos, pero ampliados con honorarios, se deben destacar los siguientes casos:
Tres con ingresos paralelos por 65 mil pesos: Clara Escalante Hernández, Gonzalo Oyosa Lastra y Alexandro Pérez Nava.
Seis más con sueldos extra por 61 mil pesos: Alejandro Alatorre Flores, María de Lourdes Feria Basurto, Fernando Gurrola Álvarez, Carlos Molina Téllez, Yuriana Quintero Morales y Mauricio Reyes Corona.
Y ocho más con salarios paralelos por 55 mil pesos: Adriana Aceves Fernández, Ricardo Gómez Tovar, Flor González Cadena, Marco León Dávila, Marysol Mojica Juárez, Ulises Morett Fregoso, Édgar Tovar Zamudio y Martha Viloria López.
El resto de los contratos por honorarios en la Vicerrectoría van de los 45 mil pesos a los mil 500 pesos.
Hay tres funcionarios que, aun con sueldos en sus plazas por 21 mil 740 pesos, también cuentan con honorarios extra por 16 mil pesos, 5 mil 400 pesos y 5 mil pesos, respectivamente para Adolfo Salazar Vargas, Víctor Sánchez Hernández y Silvia Michel Díaz.
En la Secretaría General de Peña el contrato más alto por honorarios es de 11 mil pesos, para un funcionario cuya plaza le otorga menos de 4 mil pesos: Humberto Salazar Gaytán.
Hay otros funcionarios de Peña que aun ganando más de 20 mil pesos con sus plazas, se les otorgaron también honorarios, estos son:
Eduardo Gutiérrez Becerra, con 21 mil 740 en su plaza y 9 mil pesos por honorarios; Ivonne Moreno Díaz, con 22 mil 500 pesos y 8 mil pesos por esos mismos conceptos.
También, Claudia Arias Uribe, con 21 mil 740 pesos y 4 mil pesos; Karla Ocampo Gómez, con 22 mil 500 pesos y 3 mil pesos; y Martha Ponce Bernabé, con 21 mil 740 pesos y 3 mil pesos.
La Rectoría General a cargo de Tonatiuh Bravo Padilla no se queda atrás en la figura.
Ahí hay siete funcionarios en esas condiciones, aunque sus honorarios son menores, pues van de los 7 mil a los mil 200 pesos, con sueldos en plazas que van de los 17 mil 389 pesos a los 3 mil 921 pesos.
Los 178 funcionarios en la UdeG que son beneficiados con una doble retribución –una por su plaza, otra por honorarios–, le demandan a la institución una erogación mensual de 3 millones 653 mil 698 pesos, lo que equivale a 43 millones 844 mil 376 pesos al año.
De esa cantidad, los honorarios representan al año 26 millones 737 mil 236 pesos; mientras que las plazas de esos burócratas ascienden a los 17 millones 107 mil 140 pesos restantes.
Transición pendiente
Para el profesor investigador de la UdeG, Román Munguía, este tipo de discrecionalidad en el manejo de los recursos públicos de la casa de estudio se posibilita por la falta de contrapesos democráticos a su interior que hagan frente al control del grupo político dominante.
Munguía forma parte del Colectivo de Reflexión Universitaria (CRU), una voz crítica en la UdeG que analizó esta información de Reporte Indigo.
“Ahí hay una situación –lo percibo así– de profunda corrupción, porque además no sabemos por dónde haya otros ingresos para los altos funcionarios, se dice, es difícil de comprobar, que hay nóminas secretas, y no lo dudo.
“Tienen un contrato mensual absolutamente elevado, mucho más que profesores de tiempo completo y con mucha antigüedad.
“Es inadmisible que haya casos de empleados con contratos por cerca de 40 mil pesos mensuales; algo mal está pasando, algo podrido huele en esta institución, no es posible que haya este tipo de contratos que benefician a muy contadas gentes”, dijo Munguía.
Recordó que los profesores de asignatura tienen un salario promedio de 5 mil pesos:
“Algunos consideramos que esta alta burocracia, como alguien dijo –podemos estar o no de acuerdo con el calificativo de burocracia dorada–, tiene extraordinarios privilegios”.
La UdeG no tiene polos institucionales internos con autonomía suficiente para fungir como vigilantes de su actuación y gasto público.
Todo, según Munguía, responde de una u otra manera a la hegemonía del exrector, Raúl Padilla, quien estuvo al frente de la institución entre 1989 y 1995.
“Yo he sostenido que el poder centralizado, corporativo, autoritario, caciquil en resumen, en esta institución, se sostiene sobre la base de cuatro pilares: el CGU, los dos sindicatos blancos y la FEU. Son instrumentos de control corporativo muy claro”.
Reporte Indigo solicitó desde hace varios días una entrevista con autoridades de la UdeG, para conocer sobre este esquema de pago a funcionarios. Hasta el momento no se ha concretado.