El discurso de AMLO, ¿es él o somos nosotros?
Algunos especialistas explicaron las similitudes entre el Presidente de México y su homólogo estadounidense
Imelda GarcíaDe su boca salen lo mismo ataques que llamados al perdón, palabras con referencias espirituales, invitaciones a portarse bien o información de las tareas de gobierno, siempre matizada con su postura política.
Si antes ya tenían impacto, hoy las palabras de Andrés Manuel López Obrador ya como presidente de México llegan a todos los sectores del país y causan más polémica que nunca.
Para muestra, sobran botones. Uno de los dichos más polémicos de López Obrador vino después de la muerte de Martha Érika Alonso, gobernadora de Puebla, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, tras no acudir al funeral de Estado que se realizó en Puebla; según su dicho, se había organizado una campaña contra él en redes sociales.
“Esto tiene que ver con nuestros adversarios; y no con todos. Son grupos neofascistas que están muy enojados por el triunfo de nuestro movimiento y tratan de mancharnos, tratan de afectarnos. No lo van a lograr, al contrario”, dijo en su conferencia del 26 de diciembre pasado.
El 3 de diciembre, al hablar sobre la creación de la Comisión de la Verdad para el caso Ayotzinapa, el primer mandatario habló sobre la importancia de no mentir.
“En este nuevo gobierno debe imperar, debe reinar, la verdad, que es revolucionaria, que es cristiana. La mentira es reaccionaria, es del demonio. La verdad, por encima de todo”, refirió López Obrador.
Respecto a los funcionarios que se negaban a reducir sus ingresos, el Presidente criticó su doble moral.
“Es una especie de enajenación, se creen merecerlo todo. Y todavía hasta van a los templos, a las iglesias, los domingos y olvidan los mandamientos. ¿Y dónde queda el amor el prójimo? Por eso tenemos que hacer todos un esfuerzo y estar pensando que se está atendiendo lo fundamental”, lanzó el presidente el 17 de diciembre.
En redes sociales, los discursos de López Obrador provocan todo tipo de reacciones, pero ¿Qué dicen realmente sus palabras? ¿Son dichos de un Jefe de Estado o de un político en campaña? ¿Une o divide? ¿Es él o somos nosotros?
Reporte Índigo consultó a dos expertos en análisis del discurso político y éstas fueron sus opiniones.
‘No estamos acostumbrados’
Para Diana Marenco, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y especialista en análisis del discurso, el problema no son los dichos del presidente López Obrador, sino de los ciudadanos que no estamos acostumbrados a tener un presidente que exprese sus opiniones y pensamientos, sin filtro.
“Cuando distingue a unos de otros, lo que hace es marcar una política clara de hacia dónde van sus acciones. Me parece que es más una falta de costumbre de nosotros (…) No estamos acostumbrados a que alguien tenga una posición clara y diga: ‘Yo’”, expuso Marenco en entrevista.
La especialista señaló que los discursos y los dichos de López Obrador son súper efectivos porque inciden directamente en el pulso social, aunque es muy pronto para saber si cumplen con su objetivo.
El presidente, sostuvo Marenco, ha echado mano de las emociones de quienes lo escuchan para crear empatía con ellos; una vez logrado esto, viene el objetivo de toda su estrategia de comunicación.
“En sintonía con esa estrategia hay que plantear, pues sí, un ‘nosotros’ y un ‘los otros’. ¿Quiénes son ‘nosotros’? Pues los que queremos acabar con los problemas del país, los que queremos acabar con la corrupción, los que vamos a romper con una inercia de corrupción, de clientelismo, de malas prácticas. ¿Frente a quienes? Frente a los otros, a quienes han saqueado el país, que son los corruptos, a los que queremos atacar.
Marenco recordó que los presidentes anteriores siempre han hablado desde la institucionalidad, desde un discurso inclusivo que parecía contener a todos, aunque las acciones de gobierno desmentían las palabras.
Por ello, López Obrador tiene la responsabilidad y el reto de hacer que sus políticas públicas vayan de acuerdo a su discurso; de no hacerlo, el reclamo social de aquellos con quienes logró tener una empatía, será más fuerte.
Parecido a Trump
Para Simón Cohen, politólogo y director de la consultoría DC Estrategia, el discurso y las palabras de Andrés Manuel López Obrador se parecen mucho a las que utiliza el presidente estadounidense Donald Trump: polarizantes, pero efectivos.
“Aquí hay de dos sopas: o los ‘propejistas’ se vuelven críticos o esto va a ser, como en Estados Unidos, una discusión entre sordos, en donde los ‘propejistas’ se van a hacer más ‘propejistas’ y los ‘antipejistas’ se van a hacer más ‘antipejistas’. Y lo mismo: no va a haber discusión, no va a haber lo que debiera ser un diálogo en una democracia más o menos sana”, expuso Cohen.
El experto sostiene que la mayor prueba del éxito discursivo de López Obrador es que todos hablan de lo que él trata en sus conferencias mañaneras. La oposición es inexistente ante un presidente que día a día marca la agenda.
“Nadie está proponiendo un tema distinto o un discurso distinto o nada por el estilo. Entonces, el discurso de López Obrador es tremendamente efectivo, pero no creo que sea lo mejor para el país en el sentido de que es increíblemente polarizante, que no invita a la discusión, que no invita a buscar soluciones a problemas, sino que es un discurso que blinda o protege cualquier ocurrencia, buena o mala; y a desacreditar cualquier cosa distinta que haga alguien que no sea ellos, buena o mala”, apuntó.
El consultor indicó que en el periodo de transición y durante la primer parte de su gobierno, López Obrador invirtió mucho de su capital político en demostrar que había alguien nuevo a cargo.
Sin embargo, de no tener buenos resultados de gobierno, corre el riesgo de perder las elecciones intermedias del 2021 y dificultar la última parte de su gobierno.
“Él debe darse cuenta que no tiene nada que demostrar ya. Está en el poder y se lo ganó y bien. Fue el único que entendió por dónde venía el sentimiento de la gente y lo capitalizó. Debería moderar más su discurso, porque al final no es lo que vaya a hacer o lo que no vaya a hacer; la consecuencia más indeseable es la polarización del país”, expuso Cohen.
Los dichos de López Obrador representan una sobresimplificación de las ideas y los problemas del país, comentó el experto, lo que crea empatía y lazos con las personas que lo escuchan. Esto llega incluso a las ideas religiosas que utiliza, asentó Cohen, pues son una manera pegajosa de que los mexicanos se identifiquen con él.
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