El delegado no grato

El nombramiento del senador y compadre de Felipe Enríquez como delegado del PRI en Nuevo León abrió dos claros frentes con aspiraciones tricolores para el 2015.

Por un lado la tercia del gobernador Rodrigo Medina, conformada por la senadora Ivonne Álvarez, el diputado federal Pedro Pablo Treviño y, desde el lunes en la noche, por su nuevo secretario de Desarrollo Social, Federico Vargas.

Y en el otro frente está el apoyo desde el PRI nacional para la senadora Cristina Díaz, compañera de bancada y amiga del nuevo delegado del CEN priista en el estado.

Hugo Gutiérrez Hugo Gutiérrez Publicado el
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Operó la barrida al PAN y al PRD, al obtener el carro completo en 10 municipios de Quintana Roo en las pasadas elecciones.
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El nombramiento del senador y compadre de Felipe Enríquez como delegado del PRI en Nuevo León abrió dos claros frentes con aspiraciones tricolores para el 2015.

Por un lado la tercia del gobernador Rodrigo Medina, conformada por la senadora Ivonne Álvarez, el diputado federal Pedro Pablo Treviño y, desde el lunes en la noche, por su nuevo secretario de Desarrollo Social, Federico Vargas.

Y en el otro frente está el apoyo desde el PRI nacional para la senadora Cristina Díaz, compañera de bancada y amiga del nuevo delegado del CEN priista en el estado.

Por ello, los tricolores de Nuevo León que obedecen a los intereses de Medina recibieron al senador y exgobernador de Quintana Roo (2005-2011) con antipatía.

Los medinistas saben que el compadre del excandidato derrotado a la Alcaldía de Monterrey, Felipe Enríquez, no es precisamente un hombre a modo para el gobernador y sus aspirantes.

Y que seguramente pondrá en práctica lo que sabe hacer muy bien: utilizar a sus aliados para operar el proyecto a favor de la senadora Cristina Díaz.

La faceta electoral de González Canto es su gran carta de presentación, porque operó y arrolló en los pasados comicios de julio en su natal Quintana Roo.

Esto, porque el actual gobernador de esa entidad, Roberto Borge Angulo, es considerado un incondicional de González Canto.

Es decir, Borge puso a disposición del PRI todo el aparato de Estado en las pasadas elecciones, pero quien operó definitivamente fue el nuevo delegado priista de Nuevo León.

Pero además de esos atributos electorales, González Canto es compadre o aliado de quienes serán los adversarios políticos del gobernador de Nuevo León rumbo al 2015, dentro del propio PRI.

El nuevo delegado cuenta con los priistas que despachan fuera de Nuevo León y apoyan la candidatura de la senadora Cristina Díaz.

Entre ellos están la exgobernadora de Yucatán y secretaria general del PRI, Ivonne Ortega Pacheco, quien también es comadre de Enríquez, ahora nuevo Embajador de México en Uruguay.

Enríquez, compadre del presidente Enrique Peña Nieto, ve a Medina como un hombre que no operó a su favor en las elecciones de 2012.

También está el propio coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, senador por Yucatán, estado donde su yerno Alberto Lacarre Zurita ha hecho un gran negocio de la construcción, gracias a las asignaciones de obra pública que le otorgó la exgobernadora Ivonne Ortega.

Pero además, González Canto es amigo de la senadora Cristina Díaz, ungida hace dos meses como nueva dirigente nacional de la CNOP, gracias al apoyo de Emilio Gamboa Patrón.

El senador Félix González Canto es cuestionado públicamente por su rápido enriquecimiento inexplicable en toda la península de Yucatán.

Es conocido porque tiene socios constructores que hacen obra pública, entre los que se encuentra Ricardo Javier Gamboa García, con quien creó una empresa en Estados Unidos apenas en enero de este año. 

Y por si faltara más información de sus relaciones, González Canto también es considerado en Quintana Roo como el único hombre que engañó al exgobernador acusado de lavado de dinero y narcotráfico, Mario Villanueva Madrid.

Porque el nuevo delegado del PRI es quien operó una traición contra el también exmandatario de Quintana Roo.

González Canto ayudó a que su compadre, Felipe Enríquez, así como al exgobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, a que se apropiaran de Isla Blanca, al norte de Cancún, pero quedando a deber 20 millones de dólares a Villanueva, quien presentó una demanda contra los tres políticos desde su prisión.

Alquimista electoral

Las cuentas electorales de González Canto en su estado, Quintana Roo, no dejan lugar a dudas de que puede armar una maquinaria de campaña bien aceitada.

Fue González Canto el protagonista de la operación política que barrió a la oposición en los pasados comicios de julio en esa entidad.

Porque el gobernador desde 2011, Roberto Borge Angulo, realmente en ningún momento ha dejado de ser una herramienta, una ampliación del sexenio que gobernó allá el nuevo delegado del PRI en Nuevo León.

Antes de los comicios del pasado julio, había una alianza entre el PAN y el PRD que le había dado algunos triunfos municipales a esa oposición hace tres años y que venía con todo para este 2013.

Pero González Canto desactivó totalmente esa coalición.

Barrió con el PAN y con el PRD al obtener el carro completo en 10 municipios. Y en relación a la elección de diputados ganó en 14 de 15 distritos.

Así que por resultados no queda, pero eso sí, el PAN y el PRD denunciaron allá una elección de Estado.

Sus negocios con Enríquez y Nati

El nuevo delegado del CEN del PRI en el estado es acusado públicamente en Quintana Roo, por haber creado una inexplicable fortuna desde su paso por la gubernatura de esa entidad.

Según publicaciones de la península, González Canto, junto con un grupo de constructores de Yucatán, pasó de ser gobernante de su estado, a un millonario inversionista en desarrollos inmobiliarios.

Y en relación a proyectos turísticos, ayudó a su compadre, el ahora embajador de México en Uruguay, Felipe Enríquez Hernández, así como al exgobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, a apropiarse de Isla Blanca, al norte de Cancún, Quintana Roo.

También auxilio a que Felipe Enríquez, junto a empresarios regios, se apropiara de un terreno en Punta Piedra, en la costa de Tulum, Quintana Roo.

En el caso de Isla Blanca, González Canto, todavía como gobernador de esa entidad, fue quien llamó a Mario Villanueva al Reclusorio Norte, en la Ciudad de México, para preguntar por las tierras en las que estaban interesados Enríquez y González Parás.

Fue el contacto para que los dos políticos regios negociaran una parte de las tierras de Isla Blanca e incluso armaran un operativo, gracias a González Canto, para invadir la isla.

El objetivo era quitarle la posesión a otro hombre que disputa jurídicamente esas tierras, Arturo Bojórquez León.

Isla Blanca son unos 15 kilómetros de playas vírgenes, localizadas unos 30 kilómetros al norte de Cancún.

Literalmente, en su querella Villanueva dice: “En el mes de diciembre de 2007 el Gobernador del Estado de Quintana Roo, Licenciado Félix Arturo González Canto, se comunicó conmigo preguntándome si conocía al señor Amador Ramos López, pues le interesaba un terreno que aparecía como propiedad de este señor, el cual se denomina Punta Blanca y se ubica al norte de Cancún.

“La informé al gobernador que sí conocía al señor Amador Ramos López y que el terreno, con una superficie aproximada de 19 hectáreas, era parte de mi propiedad. 

“El gobernador manifestó que tenía interés en adquirirlo por medio del señor Felipe Enríquez Hernández, originario de Monterrey”.

Villanueva expone en su denuncia de hechos que luego de recibir en su celda a Felipe Enríquez, pactaron que le vendería ese terreno de 19 hectáreas, además de que el ex gobernador adquiriría adquirir a través de la empresa DIMSA otros dos lotes de 13 y 8 hectáreas.

Ya con los tres, serían unas 40 hectáreas que le vendería a las empresas de Felipe Enríquez por unos 40 millones de dólares.

Cuando llegaron a ese punto de la negociación, el gobernador González Canto prometió que desalojaría a quienes estaban en posesión de la isla y que disputaban su propiedad jurídica. 

Pero, narra Villanueva en su querella, en lugar de ello un abogado de nombre Luis Armando Pech Gómez le pidió 350 mil dólares si quería que se realizara el operativo para sacar a los hombres que poseían la tierra.

Y es que tanto Félix González Canto como Felipe Enríquez se olvidaron del desalojo y de pagarle el resto de dinero a Mario Villanueva, porque estaban cocinando otra alternativa.

Esa otra opción fue que finalmente se asociaron son el hombre que nunca desalojaron, con Arturo Bojórquez León, para formar la empresa FICSA y así también asociarse con el consorcio español Martinón para desarrollar Isla Blanca.

Además, contando con todos los permisos estatales que González Canto le facilitó a su compadre Felipe Enríquez.

Hoy, el exgobernador González Parás, a través de su hermano Luis Francisco, así como Enríquez a través de su cuñado Hugo Flores Toba, están negociando su supuesta propiedad de esas tierras con inversionistas españoles para que se construya en Isla Blanca el desarrollo turístico Sotolindo.

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