El costo educativo de la pandemia por COVID-19
El Informe Especial que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) sobre el impacto de la pandemia en el ámbito educativo revela que decenas de miles de niños jaliscienses tuvieron que abandonar sus estudios y que una proporción importante de escuelas enfrentan condiciones de gran precariedad
Luis HerreraLa llegada de la pandemia por COVID-19 a Jalisco causó que decenas de miles de alumnos abandonaran sus estudios en el estado, lo que ha dado lugar a “una importante pérdida de aprendizaje” que no debe ser soslayada por las autoridades, advierte la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ).
Peor aún, la investigación que realizó en esta materia la CEDHJ, y que se plasmó en el Informe Especial “El impacto de la pandemia por COVID-19 en la Educación de Niñas, Niños y Adolescentes en Jalisco”, arroja evidencias de que el sistema educativo del estado presenta deficiencias que impiden un retorno óptimo a las clases presenciales.
Por ejemplo, con base en un muestreo que realizó el personal de la institución en 500 centros educativos del estado durante julio y agosto de este año (217 mediante visitas presenciales y 283 a través de respuestas de las y los directores), descubrió que una de cada 10 escuelas no tiene agua potable, y que una de cada cinco fue vandalizada y opera con personal docente y administrativo que no tiene su esquema de vacunación contra el COVID-19.
Advierte el Informe Especial: “La SEJ reportó a esta defensoría que durante el ciclo escolar 2020-2021 un total de 49 mil 301 niñas, niños y adolescentes desertaron o abandonaron sus estudios debido a la contingencia por COVID-19, de los cuales se desagregan en las siguientes etapas escolares: Abandono o deserción escolar en primaria: 6 mil 722. Abandono o deserción escolar en secundaria, 18 mil 488. Abandono o deserción escolar en media superior: 24 mil 091”.
La Comisión destaca que el escenario nacional es igual de desfavorable, pues hace recordar que recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su Encuesta de Medición del Impacto del COVID-19 en la Educación 2020, señaló: “que 5 millones 459 mil 728 niñas, niños y adolescentes de entre los 3 y 18 años de edad en México, no fueron inscritos en el ciclo escolar 2020-2021, es decir un poco más de 14 por ciento del total de la niñez mexicana”.
Por lo que concluye: “Con lo anterior, se corrobora que, sin duda, las cifras de niñas, niños y adolescentes que no asistieron a la escuela debido a la pandemia por COVID-19 es histórica, en Jalisco, en México y en los países del mundo”.
Negro panorama
Alejado del discurso oficial que ha sostenido la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ), el Informe Especial de la CEDHJ enfatiza los rezagos persistentes del sistema educativo estatal y las condiciones de precariedad desde las que muchas escuelas deberán enfrentar el retorno a las clases presenciales.
También muestra que hay deficiencias de relevancia en la implementación de los protocolos que deberían estar acompañando la reactivación de las clases presenciales en todos los planteles. En dicho apartado de “Medidas de prevención por COVID-19”, el Informe apunta:
“Si bien, en la mayor parte de los centros escolares visitados, sí se contaba con un protocolo de prevención en el manejo de la contingencia por la COVID-19, como el ingreso con cubrebocas o la aplicación de gel antibacterial, se presentaban algunas deficiencias, por ejemplo: la toma de temperatura no se cumplía en 21 por ciento de los centros.”
Ahí también destaca la alta proporción de planteles sin personal inmunizado: “Un dato que resulta preocupante, y por ello destacable, es que, en 23 por ciento de las escuelas el personal docente y administrativo no cuenta con su esquema de vacunación contra el COVID-19. En estos casos las y los directivos manifestaron que tal situación se presentaba debido al carácter voluntario de la vacunación, por lo que no era posible obligarlos a ello”.
Con respecto a la infraestructura de los planteles, la Comisión descubrió que 5 por ciento de los planteles no contaba con energía eléctrica, lo que “se traduce en una imposibilidad material para realizar una serie de actividades, aunado a ello, en 13 por ciento no se cuenta con agua potable, la cual resulta indispensable para el lavado de manos, limpieza del plantel, funcionalidad de los baños, entre otros”.
Además, solamente 67 por ciento de los planteles cuenta con servicio de internet, lo que genera “una imposibilidad de cumplir con el sistema híbrido que se pretende implementar y que se contempla en la estrategia nacional”; un 51 por ciento de las escuelas no cuenta con un área para la preparación de alimentos, y 35 por ciento no tiene barda perimetral.
La Comisión suma otros hallazgos importantes: “A las anteriores circunstancias se debe agregar una grave situación, durante la pandemia han sido vandalizados 21 por ciento de los inmuebles, en igual porcentaje, sufrió algún robo”.
Respuesta al rezago educativo por la pandemia
El rezago educativo que ha provocado la pandemia en la infancia jalisciense debe ser atendido por las autoridades con una estrategia específica, e implementada con un presupuesto público que resulte suficiente, señala la Comisión en su Informe.
“Niñas, niños y adolescentes de Jalisco han perdido muchas horas clase, ello se ha traducido en una importante pérdida de aprendizaje. Al volver a la escuela no se puede presuponer que las y los alumnos puedan iniciar el nuevo nivel, al suponer que han integrado los conceptos del año anterior, tras perder meses de tiempo lectivo, necesitarán algún tipo de refuerzo educativo”.
Para finales de año, continúa el organismo: “Será fundamental que en las escuelas de todo el estado se ofrezca este tipo de apoyo en todos los niveles educativos. El aprendizaje socioemocional quizá podía no verse como una prioridad antes de la crisis de la pandemia, pero ahora debe generalizarse para que las niñas y los niños recuperen el tiempo perdido. Para finales de año el objetivo es que las escuelas hayan incorporado el aprendizaje socioemocional a su docencia”.
Incorporar estos elementos al sistema educativo, apunta el Informe, requerirá una importante inversión financiera “para evitar perder a esta generación”, así como el establecimiento de prioridades en los planes de estudio y “adaptar los días lectivos y los calendarios escolares y contratar a más personal según sea necesario”.