La sequía, crisis del agua en México afectará el precio de todos los productos, tanto de las frutas y las verduras, como de todo lo que lleve plástico, ya que se requiere gran cantidad del líquido para su producción.
La primera entidad que padecerá la crisis que se acentuará en el centro y norte del país por la falta de agua es Guanajuato.
“Ahorita lo que nosotros consideramos en el centro de México es que de los estados de Querétaro, CDMX, Estado de México, Jalisco, Colima, Michoacán y Guanajuato, este último, será el primero que va a sufrir la crisis del agua como tal.
“Ya tienen agotados todos los acuíferos, tienen muy pocas presas y el problema es que en términos de estrés hídrico, de acuerdo al Instituto Mundial de Recursos (World Resources Institute, en inglés), de una escala de 5, el estado de Guanajuato tiene 4.9. Vamos a tener un problema en los próximos años muy fuerte”, explica el investigador Arturo Chacón Torres.
El hecho de que Guanajuato va a colapsar antes que el Valle de México obedece a la ubicación geográfica.
“En el caso de la Ciudad de México, aunque es altamente dependiente del líquido, tiene estados vecinos a los que les está quitando el agua porque no existe un plan de pago de servicios ambientales. No lo hay. Entonces, CDMX todavía tiene al Estado de México, que tiene bastante agua, como Valle de Bravo. Tiene a Michoacán, toda la Cuenca del Cutzamala, que si bien existen tandeos, CDMX no está en peligro, va a seguir sacando el agua, pero el caso de Guanajuato no, porque no tiene quién le dé agua”, expresa el especialista.
Una de las propuestas para enfrentar la crisis es que las personas comiencen con la captación del agua de lluvia, y de esa manera se puede lograr la independencia del sistema de agua local.
“La CDMX tiene un gran problema en la Cuenca del Cutzamala, también se está viendo afectada pero resulta que, como pasó en los días pasados, está lloviendo bastante. Si se captara toda esa cantidad y se pudiera utilizar mínimo para el excusado, ¿cuántos litros se ahorrarían en ese sentido? Hay que empezar con unas nuevas políticas, que quien use más agua pues pague más”, explica Gerardo Ramírez, editor de Biomás y egresado de la carrera de Biología en la UdeG.
“Los bosques que nos rodean son importantísimos para que haya más lluvias y si se deforestan nos convertimos en un desierto. En cuanto a las personas, tratar de aprovechar al máximo el agua que llega a nuestros hogares, no desperdiciarla en lavar el coche y regar en horas adecuadas”, expone.
‘Conagua se tiene que reinventar’ en torno a la sequía
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) se tiene que reorganizar para la defensa de las aguas nacionales, afirma el doctor Arturo Chacón Torres, profesor investigador del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la Universidad Michoacana (UMSNH).
Indica que prácticamente en todo el territorio nacional se observa en el último siglo un incremento de la temperatura y en la “evapotranspiración”, que aumenta con la deforestación y los cambios de uso de suelo.
De acuerdo con el profesor Arturo Chacón Torres, existe una responsabilidad institucional pero también es posible hacer acciones como ciudadanos, principalmente al tratar de aprovechar el agua de lluvia, cosa que muy poca gente hace.
“Es necesario que transitemos hacia un ahorro del agua y su reciclaje. Los ciudadanos de a pie tenemos que empezar a cosechar agua de lluvia para poder independizarnos del agua municipal, y esa lluvia no nos cuesta. Lo único que tenemos que hacer es recibirla y canalizarla, si es posible, en tambos de 200 litros y si no con aljibes”.
El experto afirma que se requiere de un proceso muy sencillo de filtración, purificación o potabilización.
El profesor asegura que el 70 por ciento del agua en México se destina a la agricultura, por ello es necesario regular los sistemas de riego en México.
Considera que la mayoría de las empresas agrícolas no tienen límites en el gasto de agua y ante la falta de tecnología incurren en desperdicio, además de que los sistemas de reparto locales también son anticuados.
“El 40 por ciento del agua de las tuberías en una ciudad se fuga. Nuestros sistemas de distribución son obsoletos”, sentencia.