El corredor de los caídos en NL
Uno de los frentes de batalla neurálgicos de la guerra que disputan en el país Los Zetas y El Cártel del Golfo se libra actualmente en el municipio de Cadereyta.
El hallazgo la madrugada del domingo de los 49 cuerpos mutilados en el poblado de San Juan, Cadereyta, no sólo representa el episodio más sanguinario de la escalada de violencia que azota este año a Nuevo León.
Esta masacre, de acuerdo a fuentes policiacas y de seguridad consultadas por Reporte Indigo, sería el mensaje que Los Zetas estarían enviando a sus enemigos de El Cártel del Golfo.
César Cepeda
Uno de los frentes de batalla neurálgicos de la guerra que disputan en el país Los Zetas y El Cártel del Golfo se libra actualmente en el municipio de Cadereyta.
El hallazgo la madrugada del domingo de los 49 cuerpos mutilados en el poblado de San Juan, Cadereyta, no sólo representa el episodio más sanguinario de la escalada de violencia que azota este año a Nuevo León.
Esta masacre, de acuerdo a fuentes policiacas y de seguridad consultadas por Reporte Indigo, sería el mensaje que Los Zetas estarían enviando a sus enemigos de El Cártel del Golfo.
Y ese mensaje sería: “No se metan a Cadereyta”, un municipio controlado por ese grupo delictivo.
“Están marcando su territorio”, dice una fuente policiaca.
“Cadereyta es actualmente la muralla de los Zetas para defender la plaza de Monterrey”.
Esta misma disputa entre estos dos cárteles de la droga fue lo que provocó la matanza de 44 reos registrada en el Cereso de Apodaca el pasado 19 de febrero.
Ese día se fugaron 37 reos vinculados a Los Zetas, aprovechando la complicidad de las autoridades penitenciarias.
El grupo de Los Zetas, replegados en los municipios de Cadereyta y Juárez, están siendo atacados por incursiones que realizan por dos frentes los comandos armados del Cártel del Golfo.
La ofensiva del CDG contra Los Zetas en Cadereyta está planeada desde la ciudad de Reynosa y desde municipios de la zona citrícola de Nuevo León.
Cadereyta es un municipio estratégico para el crimen organizado.
No sólo es un paso obligado entre los municipios del sur de Nuevo León, como Linares, Allende y Montemorelos con las ciudades fronterizas como Reynosa y Matamoros.
En este municipio además se ubica la refinería de Pemex y el poliducto Cadereyta-Reynosa-Matamoros-Brownsville, que es el más afectado en todo el país por el robo de combustible que comete el crimen organizado para financiar sus operaciones.
La carretera Cadereyta-Allende es el principal corredor actualmente disputado por Los Zetas y del Cártel del Golfo, éstos apoyados por sus aliados del Cártel de Sinaloa.
Esta vía interestatal conecta con la Carretera Nacional que conduce a Ciudad Victoria, que estaba en poder de Los Zetas, pero que recientemente también tiene fuerte presencia del CDG.
Y también conecta con la autopista a Reynosa, ciudad controlada por el CDG.
El municipio de Cadereyta, junto con Juárez, sigue siendo una plaza de Los Zetas, pero cada vez son más frecuentes e intensas las incursiones del CDG.
Desde antes del hallazgo de estos 49 cuerpos se recrudeció la violencia en Cadereyta.
En lo que va del año, van más de 100 homicidios violentos ligados al narcotráfico.
El mes pasado en Cadereyta fueron hallados tres cuerpos decapitados y cinco empleados públicos fueron ejecutados por comandos armados.
Los funcionarios acribillados habían sido ex policías municipales o agentes de tránsito.
Tras el hallazgo de este domingo, de manera inusual, las autoridades estatales atribuyeron el crimen masivo a Los Zetas.
“Se encuentra también con el hallazgo una manta alusiva, en donde se ostenta que los que perpetran este hecho tan violento es autoría de la banda de ‘Los Zetas’”, informó Jorge Domene, vocero estatal en seguridad.Sin embargo las primeras versiones que circularon sobre el narcomensaje en el sitio del hallazgo referían a que la manta era firmada por el Cártel del Golfo y su aliado el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Es decir, los mutilados podrían ser integrantes de Los Zetas y no del Cártel del Golfo, como dijeron las autoridades de Nuevo León.
En otras ciudades los cárteles ya han recurrido a la estrategia de confundir a las autoridades y a la población al responsabilizar a un grupo enemigo de matanzas cometidas por ellos mismos.
Pero la versión oficial del Estado, que fueron Los Zetas, significaría entonces que ese grupo no está debilitado, lo que supone entonces un fracaso en la estrategia del gobierno federal que ha concentrado sus mayores acciones contra esa organización.
Además, los Zetas saben que una acción como la masacre de San Juan calentará la plaza, lo que implicará el arribo de más militares y policías federales.
Hay otra pregunta sin contestar: ¿por qué cortarle la cabeza, los brazos y las piernas a estas personas para evitar su identificación, si después el grupo se adjudicó esta múltiple ejecución?.