El colapso social del metro, deficiencias y corrupción

El accidente del Metro en la estación Olivos de la Línea 12, que dejó más de 20 muertos y 70 heridos, es una muestra del deficiente mantenimiento que recibe el sistema por la corrupción y los malos manejos que han imperado por años, lo que ha provocado miedo y desconfianza entre los pasajeros que lo utilizan
David Martínez David Martínez Publicado el
Comparte esta nota

Suman tres tragedias en poco más de un año en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México.

Especialistas afirman que a raíz de estos hechos y las irregularidades que se han cometido, la ciudadanía desconfía al usar este medio de transporte y se siente insegura en sus instalaciones.

También, es importante señalar que el Metro es la columna vertebral de la movilidad en la capital del país que, según datos que se pueden consultar en el portal de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) de la ciudad, y que han sido dados a conocer por las autoridades locales en diferentes ocasiones, transporta hasta 4.5 millones de pasajeros al día.

La tragedia más actual, fue la del pasado 3 de mayo cuando a las 22:25 horas, la trabe de una ballena de la Línea 12, en el tramo elevado de Olivos-Tezonco, colapsó dejando como saldo preliminar la cifra de 70 heridos y 24 muertos hasta la última actualización de la información otorgada en conferencia de prensa el 4 de mayo.

Anteriormente, el 3 de enero de 2021, se incendió la subestación eléctrica de Delicias y las llamas consumieron al Puesto de Control Central del Metro, en esta ocasión falleció un elemento de la Policía Bancaria e Industrial (PBI).

Por último, está el choque de dos trenes el 10 de marzo de 2020 en la estación Tacubaya de la Línea 1, siniestro en el que falleció una persona y otras 41 resultaron lesionadas.

Las fuentes consultadas afirman que para quitar la imagen de que el Metro es un peligro y que haya justicia, se necesita investigar las causas del accidente, revisar y transparentar el funcionamiento de los sindicatos y, si es necesario, volver a investigar a los funcionarios que estuvieron involucrados en la construcción de la Línea Dorada y a los que fueron omisos de las fallas.

La Línea 12, donde ocurrió el más reciente siniestro, tiene un historial de irregularidades y anomalías que han sido denunciadas por autoridades fiscalizadoras y que incluso han provocado detenciones y sentencias judiciales.

El 17 de febrero de 2014, Reporte Índigo publicó que el “Informe de Afectaciones a la Operación y Seguridad de la Línea 12” era una advertencia sobre los riesgos que existían para los más de 430 mil usuarios que a diario viajan en dicha ruta del sistema, debido a los problemas de construcción y a su inauguración prematura en octubre de 2012.

Para quitar la imagen de que el Metro es un peligro y que haya justicia, se necesitan investigar las causas del accidente, revisar y transparentar el funcionamiento de los sindicatos y volver a investigar a los funcionarios que estuvieron involucrados en la construcción de la Línea 12
Víctor AlvaradoCoordinador de Movilidad Eficiente y Cambio Climático del Poder del Consumidor

Dicho documento revela que los rieles comprados por el entonces Gobierno local eran de mala calidad y presentaban un desgaste ondulatorio prematuro, lo que también implicaba un riesgo de descarrilamiento para los trenes y los hacía incompatibles.

Las mismas irregularidades fueron detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en 2013, y en marzo de 2014, la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ) y la Contraloría General de la Ciudad de México, iniciaron una investigación contra 28 funcionarios del STC relacionados en la edificación de la línea que cubre el trayecto de Mixcoac a Tláhuac.

En ese mismo mes de 2014, el entonces director del Metro, Joel Ortega, informó que ante las deficiencias encontradas, principalmente en el tramo elevado, se iba a suspender el servicio.

Posteriormente, las empresas constructoras, Alstom, ICA y Carso se comprometieron a reparar las deficiencias, trabajos que duraron aproximadamente un año y ocho meses.

Asimismo, en 2015 se informó la detención de Juan Armando Rodríguez Lara, exdirector general de Administración de Proyecto Metro; Juan Manuel Martínez Juárez, subdirector de Costos y Concursos del Proyecto Metro, y Abraham Vizcarra Baltazar, exjefe de Unidad Departamental de Concursos por las irregularidades y las deficiencias en la construcción de la Línea 12.

En 2019, se detuvo al exjefe de unidad departamental de Proyecto Metro, Salvador Trejo Nava.

Sin embargo, la Línea 12 no quedó bien; en agosto de ese mismo año, Reporte Índigo publicó en el texto “Errores millonarios en la Línea 12 del Metro”, que desde que reinició operaciones completamente en 2015, se gastan 20 millones de pesos solo en dar mantenimiento a seis curvas peligrosas que tiene el tramo elevado y que no hacer dichos trabajos, representaba un riesgo para la seguridad de los usuarios.

Colapso por miedo al metro

A pesar de los argumentos técnicos y de las explicaciones de las autoridades sobre los incidentes del Metro, los usuarios temen usar el sistema de transporte, especialmente, después del colapso de la trabe de Metro Olivos, afirma Víctor Alvarado, coordinador de Movilidad Eficiente y Cambio Climático del Poder del Consumidor.

“Hay una fractura social, no solo en los ámbitos de movilidad y transporte, sino cuestiones antropológicas, a pesar de las posturas del Gobierno y de que se han hecho investigaciones o llevado acabo acciones necesarias, existe un miedo residual por usar el Metro en la ciudadanía”, indica.

Este temor se ha manifestado en redes sociales; refiere Alvarado, pues hay quienes creen que situaciones similares se pueden suscitar en las estaciones Pantitlán de la Línea 9 y Oceanía de la B, problema que afecta tanto la calidad de vida de los usuarios que se sienten expuestos al transportarse, como la movilidad de la capital, porque habrá quienes busquen moverse en transporte particular.

Para remediar esta situación y volverle a dar a la ciudadanía seguridad, tiene que haber una pausa y revisarse el funcionamiento general del sistema, también, señala Alvarado, la amplia oferta de transporte público de la ciudad deberá mostrar su capacidad de resiliencia para contribuir a eliminar el “miedo residual” por los accidentes del Metro.

“Hay que exigir mayor transparencia de los sindicatos del Metro, que no han permitido avanzar o han sido un freno para mejorar el servicio, porque hay tecnología para ofrecer más calidad pero esas cuestiones están frenadas por el sindicato, también si es necesario, ir a fondo e investigar a los responsables de la construcción”, indica.

La maestra Sonia Juárez, especialista en derecho de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincide con que en el accidente del Metro Olivos, es necesario hacer justicia e investigar sin sesgos de partidos para que no haya impunidad.

“No importa qué cargo tenga o si es el mismo canciller, o si ya pasó mucho tiempo, acaba de pasar un nuevo incidente y si en la investigación resulta responsable, que se le sancione (…) También hay que revisar las constructoras”, declara.

Continúa leyendo:

Omisión y corrupción de Serranía al frente del Metro

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil