‘El Chapo’ y su rastro de sangre en San Pedro

La ejecución de Marcelo Garza y Garza, exdirector de la Agencia Estatal de Investigaciones de Nuevo León,  habría sido ordenada por Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.

Es lo que piensa Aldo Fasci, exsubprocurador  del Estado y exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio del exgobernador Natividad González Parás.

César Cepeda César Cepeda Publicado el
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"Tuvimos la noticia de que aquí en San Pedro estaba ‘El Chapo’ Guzmán. Compartimos la información con el Ejército. No teníamos claro quiénes más estaban”
Aldo Fasci Exsecretario de Seguridad
"En el caso de Marcelo fue el grupo de ‘El Chapo’ sin ninguna duda, pero tiene que ver con la detención de la banda de ‘El Tubi’, que trabajaba para ellos”
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La ejecución de Marcelo Garza y Garza, exdirector de la Agencia Estatal de Investigaciones de Nuevo León,  habría sido ordenada por Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.

Es lo que piensa Aldo Fasci, exsubprocurador  del Estado y exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio del exgobernador Natividad González Parás.

Fasci asegura que la ejecución de Garza y Garza, ocurrida hace ocho años, fue en represalia por la detención en el 2005 de un comando encabezado por José Luis Carrizales Coronado, “El Tubi”, y Francisco Carlos Esquivel Maldonado, “El Capi”,  narcotraficantes ligados al Cártel de Sinaloa.

Sin embargo, el también candidato a dirigir el PRI de Monterrey, aclara que la orden de matar a Marcelo Garza y Garza necesariamente tuvo que haber sido dada por los jefes de “El Tubi” y de “El Capi”.

 Y es aquí donde aparece el nombre de Joaquín “El Chapo Guzmán, detenido hace una semana por la Marina en la ciudad de Mazatlán.

“En el caso de Marcelo fue el grupo de ‘El Chapo’ sin ninguna duda, pero tiene que ver con la detención de la banda de ‘El Tubi’, que trabajaba para ellos”, explica Fasci.

“Pero la muerte de un personaje del tamaño de Marcelo tenía que ser ordenada desde arriba. Yo no sé si fue (Arturo) Beltrán o ‘El Chapo’. Cualquiera de los dos pudo ser, pero la ejecución no la hubiera cometido un operador local. No, de ninguna manera porque tenía muchas repercusiones políticas y sociales”.

Marcelo Garza y Garza fue ejecutado la noche del 5 de septiembre del 2006 en la explanada del centro cultural Plaza Fátima, en el municipio de San Pedro.

La ejecución en contra de Garza y Garza significa hasta la fecha el mayor atentado en contra de un mando de seguridad en Nuevo León.

Fasci, compañero de Garza y Garza en la Procuraduría de Justicia, señala otro operativo realizado por las autoridades en San Pedro que selló la suerte del director de la Agencia Estatal de Investigaciones.

Se trata del cateo que realizó el Ejército, el 21 de febrero de 2006, a una casa ubicada en la colonia Mirasierra en el municipio de San Pedro.

El Gobierno del Estado contaba con información de inteligencia que en esa residencia se encontraba en ese momento “El Chapo”.

Pero el líder del Cártel de Sinaloa no pudo ser detenido en el operativo militar.

En cambio, los militares sí detuvieron a cinco personas y decomisaron un arsenal: 248 mil dólares y 189 mil pesos, en la residencia cateada en San Pedro.

Entre las personas detenidas en la operación –que después fueron liberadas- se encontraba el padre de Héctor Huerta Ríos, “La Burra”, operador de los Beltrán Leyva en San Pedro.

 “Alguna vez tuvimos la noticia de que aquí en San Pedro estaba ‘El Chapo’ Guzmán. Compartimos la información con el Ejército. No teníamos claro quiénes más estaban.

“Cuando llegó el Ejército a la colonia Mirasierra, llegaron los Gafes, pero no encontramos a ninguno de los dos”.

Las primeras operaciones de “El Chapo” en Nuevo León, recuerda Fasci, fueron con Jaime Valdez, exagente de la Policía Ministerial y operador del Cártel de Sinaloa.

Fasci señala que la primera ejecución ligada a “El Chapo” en Nuevo León fue la de Héctor Ayala, director de la Policía de San Pedro, asesinado el 13 de febrero de 2006.

 “La primera operación de El Chapo fue con los crímenes de policías de San Pedro, incluyendo la del secretario de Seguridad Pública”.

El exfuncionario estatal señala que el Cártel de Sinaloa puso, además de Marcelo Garza, en la mira a más funcionarios estatales, incluso a él.

“Nos culpaban de la persecución contra ellos y eso fue lo que provocó la muerte de Marcelo”, cuenta.

“Un día me mandaron llamar autoridades del Consulado para compartir información de que Los Zetas y los del Golfo querían empatar marcador y querían asesinarme a mí. Era una competencia de quién mataba más policías”.

Fasci califica como un “absurdo” que se afirme que durante la administración del exgobernador Natividad González Parás se haya negociado la entrada del Cártel del Golfo y de los Zetas a Nuevo León.

“En los cafés se dice que el gobierno de Natividad le abrió a las puertas a los cárteles. Primero: no te piden permiso. Están en todo el país. Si a esas vamos Obama le abrió las puertas también y todos los presidentes de los Estados Unidos. Es un absurdo.

“No fuimos nosotros los que dijimos que el narco nos hacía los mandados. Los cárteles ya estaban desde antes. Si no había narcos, entonces, para qué dice eso (Fernando) Canales. No digan que abrimos las puertas nosotros. Tampoco me interesa culpar a Canales, porque no es cierto que te hayan venido a pedir permiso”.

El excandidato del PRI a diputado federal también reprocha que los ciudadanos de Nuevo León no hayan denunciando en su momento a los narcotraficantes que vivían como sus vecinos.

“La gente nunca dijo que el vecino era narco. Cuando ya se vinieron los balazos, pues menos porque los iban a matar. Pero es la realidad.  Cuántas veces hablamos de eso de que la gente tenía miedo, pero de que ahí vivían, enfrente de su casa”.

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