‘El Chapo’ de carne y hueso

Para conocer a “El Chapo” de carne y hueso, y no a “el narcotraficante más buscado de México”, hay que ponerse en los zapatos –o más bien, en los oídos– de un compositor de narcocorridos.

Pero no de cualquiera, sino de “el Cuervo”, uno de los personajes de la novela de Alejandro Almazán, “El más buscado”.  

Este músico veterano se vuelve el confidente de, escuche bien, el Chalo Gaitán, el protagonista de la historia.

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"Por qué le dicen ‘El Chapo’, o sea no está chapo... mide como uno setenta y tantos, pero desde niño le dijeron así porque no crecía”
Alejandro AlmazánPeriodista

Para conocer a “El Chapo” de carne y hueso, y no a “el narcotraficante más buscado de México”, hay que ponerse en los zapatos –o más bien, en los oídos– de un compositor de narcocorridos.

Pero no de cualquiera, sino de “el Cuervo”, uno de los personajes de la novela de Alejandro Almazán, “El más buscado”.  

Este músico veterano se vuelve el confidente de, escuche bien, el Chalo Gaitán, el protagonista de la historia.

El Chalo, el presidente 56 y los Abendaño, no son ni el “El Chapo”, ni Calderón, ni los Arellano, pero “cómo se le parecen”, revela el autor de la primer novela de ficción sobre el enigmático líder del Cártel de Sinaloa.

En entrevista para Reporte Indigo, el tres veces ganador del Premio Nacional de Periodismo, compartió que le sería imposible crear un perfil de Joaquín Guzmán Loera porque “es un tipo clandestino” y   “no hay un teléfono como para, oiga señor Guzmán fíjese que me contaron que usted construyó una iglesia en el municipio de Tamazula, ¿sí es cierto?”, bromeó el actual colaborador de la revista Gatopardo.

“Fui con gente que lo ha visto, dejémoslo así, con esa gente fui y me contó, a mi lo que me interesaba era esto, las entrañas de este personaje.

“(…) cuestiones personales como:  qué come… porque la leyenda nos dice que los narcos son capaces de comer jaguar y le echan pólvora…no.

“De pronto cuando te dicen, pues come frijoles puercos y queso, eso te lo va haciendo más humano”, contó Almazán, quien compartió algunos de los detalles más íntimos del narcotraficante en las 184 páginas de su novela.

“A él le gustan más las canciones románticas, la canción que más de gusta es la de ‘Hace un año’. Vas y escuchas la canción y es poesía pura”.

Un antihéroe seductor

Lo más divertido es que la historia te la cuenta el propio Chalo, en primera persona, con lenguaje rústico, florido, y claro, norteño. Con una sinceridad que aflora en cualquier persona que esté en peligro de muerte. 

“Hace una semanas hablé con gentes del gobierno pa’ que lo sacaran. Le falta nomás un año, háganle el paro, les dije, y se alivianaron”, le contó el protagonista al Cuervo.

“Mi padre siempre quiso que yo fuera como un Pedro Infante que pilotiara aviones y se relacionara con gente importante. Llegó a decírmelo cada vez que en el rancho mirábamos despegar una avioneta cargada de mota”, le contó días antes.

A la pregunta ¿qué pensaría “El Chapo” del personaje si leyera la novela?, el autor contestó:

“Creo que se divertiría mucho, porque ‘El Chalo’ es un tipo desmadroso, es un tipo que es enamorado, que es juguetón, pero que a la vez es muy serio en las cosas que tiene que ser serio… yo creo que cuaquier otro capo, en verdad, si la lee, tendría un poco que identificarse, y divertirse.”

Recordó que, como todo antihéroe, el capo se convierte en seductor por naturaleza. 

“Yo no quiero entrar con un personaje con juicios y prejuicios, solo quiero contar a este personaje que sufre, pero que también tiene la sangre fría, y que habla como mata, sin sentimiento de culpa”, concluyó Almazán, quien se pasó más de tres meses escribiendo día y noche para que los lectores pudieran ponerle un rostro a la leyenda mexicana, a “El más buscado”.

“Si el Chalo Gaitán le roba el corazón, no busque a su terapeuta”, advierte el escritor Élmer Mendoza, en la contraportada del libro. 

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