El cártel de la quiebra de NL

Hay un grupo de hombres que es responsable de la quiebra de Nuevo León.

Culpabilidad que empezó con la administración del ex gobernador Natividad González Parás, pero que hoy continúa con el gobierno de Rodrigo Medina.

Incluso, podría decirse que Medina, el alumno, está superando a su maestro en el tema de la deuda.

En tres años de gobierno, el actual gobernador prácticamente contrató el mismo endeudamiento que le heredó hace tres años su mentor y protector político.

César Cepeda César Cepeda Publicado el
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Hay un grupo de hombres que es responsable de la quiebra de Nuevo León.

Culpabilidad que empezó con la administración del ex gobernador Natividad González Parás, pero que hoy continúa con el gobierno de Rodrigo Medina.

Incluso, podría decirse que Medina, el alumno, está superando a su maestro en el tema de la deuda.

En tres años de gobierno, el actual gobernador prácticamente contrató el mismo endeudamiento que le heredó hace tres años su mentor y protector político.

En octubre del 2009, el gobernador recibió las riendas del Estado, de manos de González Parás, con una deuda total de 22 mil 500 millones.

En los seis años de su gestión, el ex mandatario estatal incrementó la deuda directa del Gobierno del Estado y la de los organismos descentralizados en un 150 por ciento.

Entre el 2003 y 2009, los pasivos del Gobierno de Nuevo León pasaron de los 9 mil millones de pesos, heredados por las administraciones panistas de Fernando Canales y de su sustituto Fernando Elizondo, a los 22 mil 500 millones de pesos.

Cifra que González Parás dejó a Rodrigo Medina.

Monto que significa 13 mil 500 millones de pesos más, por nuevos créditos que fueron contratados por el ex secretario de Finanzas de Natividad: Rubén Martínez Dondé.

Pero en menos de tres años Medina ha contratado una deuda casi similar a la que contrajeron González Parás y Martínez Dondé en sus seis años.

De los 22 mil 500 millones de pesos de deuda que recibió Medina en octubre del 2009, cuando asumió la gubernatura, ahora el monto actual del pasivo público de Nuevo León es de 35 mil millones de pesos.

En tan sólo tres años Medina ha recurrido a financiamientos por un total de 12 mil 500 millones

de pesos.

Así que los gobiernos de González Parás y Medina son los principales responsables de la quiebra financiera que hay en las finanzas estatales.

Reporte Indigo publicó ayer que Nuevo León está sumergido en una crisis financiera principalmente por los excesos, la irresponsabilidad financiera y el despilfarro.

La semana pasada esta publicación documentó el abuso que comete la administración del gobernador Rodrigo Medina en las ampliaciones presupuestales para conseguir recursos fuera del presupuesto.

Y los números no mienten, estos son los causantes de este boquete financiero que existe en las finanzas de Nuevo León.

 

El cártel de la quiebra de NL

 

DUPLA NATIVIDAD Y MARTÍNEZ DONDÉ

En los últimos nueve años, que comprenden los gobiernos priistas de González Parás y Medina, Nuevo León ha contratado pasivos por hasta 26 mil millones de pesos.

Este monto representa la mitad de los ingresos que el Gobierno de Nuevo León esperaba recibir este año en su presupuesto anual.

Hoy Nuevo León es una de las entidades más endeudadas del país y presenta un problema crítico de liquidez para cubrir aspectos básicos como la nómina y el pago de proveedores.

Esta situación es entendible. Hoy la administración estatal tiene comprometidos para pagar deuda, prácticamente todos los ingresos que recibe por impuestos, participaciones y contribuciones.

Los recursos procedentes del cobro del Impuesto sobre Nómina que recauda el Estado sirven para pagar dos créditos que fueron contratados en el 2003, a petición del gobernador Natividad González Parás.

En su sexenio el ex mandatario priista hipotecó principalmente los ingresos de los organismos descentralizados.

Esto lo hizo a través de entes como el Instituto de Control Vehicular, la Red Estatal de Autopistas y Agua y Drenaje de Monterrey.

También, la gestión de González Parás se caracterizó por el derroche de dinero en proyectos polémicos, como el Fórum Universal de las Culturas, el Canal de Santa Lucía y la Torre Administrativa.

Y el Tesoero durante todo el sexenio, Rubén Martínez Dondé, fue el promotor de proyectos diseñados bajo esquemas público-privados como la Torre Administrativa, la ampliación de avenida Lincoln y el túnel del Cerro de la Silla, éste que finalmente no se concretó.

Desde hace tres años Nuevo León paga una renta superior a los 10 millones de pesos mensuales por un edificio  que no utiliza.

Y un mes antes de que concluyera el sexenio de González Parás, Martínez Dondé contrató en septiembre del 2009 un crédito por 5 mil millones de pesos con Banorte, ofreciendo como garantía los ingresos del Instituto de Control Vehicular.

En ese entonces, Martínez Dondé justificó el préstamo alegando una caída en las participaciones federales. Sin embargo, prácticamente en todo el sexenio de González Parás hubo recursos adicionales por los excedentes petroleros.

Hoy el dinero que se recauda por el cobro de la tenencia y el refrendo de automóviles, que son ingresos del Instituto de Control Vehicular, están  comprometidos y el Estado no puede contar con ellos.

Es el mismo caso del peaje que se cobra en la autopista Monterrey-Cadereyta, ingreso que está puesto como garantía por un crédito de 2 mil millones de pesos que se contrató en el 2005, durante la gestión de González Parás.

La paraestatal Agua y Drenaje también incrementó sus pasivos durante los sexenios priistas de Natividad y Medina.

De contar con un “guardadito”, que se utilizó para financiar obras pluviales en el 2003, la empresa hoy debe casi 5 mil millones de pesos.

Pero hay alguien más que influyó en la bursatilización de deuda estatal durante la administración de González Parás. Es un particular, es el director general de Value, el empresario Carlos Bremer.

Y es que el gobierno de González Parás fue asesorado directamente por Bremer para colocar instrumentos de deuda en la Bolsa de Valores.

Acciones que se vendieron rápidamente, a costa de garantizarlas con el erario y en condiciones que beneficiaron a intermediarios.

EL ALUMNO SUPERA AL MAESTRO

Desde los primeros días de su administración, Medina dejó claro que el endeudamiento sería parte de sus políticas.

Apenas un mes después de haber tomado protesta como gobernador, solicitó en noviembre de 2009 un préstamo por mil 500 millones de pesos para pagar los aguinaldos que se suponía estaban cubiertos por la administración anterior.

Este crédito fue pedido por Alfredo Garza, primer tesorero de Medina.

Con Garza se disparó principalmente la deuda de corto plazo hasta los 3 mil millones de pesos, niveles nunca antes vistos en Nuevo León.

Othón Ruiz Montemayor relevó en el 2011 a Garza y solicitó un crédito para reestructurar la deuda de corto plazo e incrementó los pasivos.

En los últimos tres años las notas por el riesgo crediticio que otorgan a Nuevo León las calificadoras como Fitch Ratings han ido bajando, lo que impacta en condiciones menos favorables para el Estado y mayores tasas de interés.

Hoy la deuda asciende a 35 mil millones de pesos, incluyendo mil 300 millones de pesos de deuda de corto plazo, a pesar de que este rubro fue reestructurado hace menos de un año por Ruiz Montemayor.

El nuevo tesorero del Estado, Rodolfo Gómez, ex director de Finanzas de AyD, ha dejado entrever que pretende concretar una nueva reestructuración de deuda e hipotecar más años los ingresos estatales.

Por lo pronto, en lo que va del año, el gobierno ya contrató los 2 mil 300 millones de pesos que autorizó el Congreso.

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