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Desde que México ha hecho caso de las calificaciones, recetas y recomendaciones de los organismos financieros, económicos y desarrollo mundiales, ha caído en un marasmo del que aún no se levanta.
Es solo “el canto de las sirenas” que en nada ha contribuido a mejorar la situación económica, financiera y social de México, asegura a Reporte Indigo Gabriel Reyes Orona.
“Debemos alejarnos de ese espejismo”, sostiene, “porque esos organismos solo viven de poner etiquetas de estabilidad o descrédito a sus países miembros”.
Sobre todo, explica el exprocurador Fiscal de la Federación, porque solo viven de las cuotas de las naciones integrantes, ya que sus recetas han demostrado “ser ruinosas”.
Usualmente las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido muy desacertadas, porque los equipos de economistas que manda al país “son de poca monta”, recalca el especialista.
Vienen a tratar de generar un halo de credibilidad “para que seamos sujetos de crédito”. Quien confía es porque no los conoce, sostiene.
Al hacer caso de sus consejos “hemos entrado en un vaivén de políticas públicas”, destaca.
“Nos quieren vender recetas financieras que han puesto en práctica en otros países del tercer mundo, sin ningún éxito”.
En su opinión, el FMI es ya un organismo muy superado que murió con la crisis de 2009 de Estados Unidos.
Y era justo Estados Unidos el motor que le daba vida e inspiraba al Fondo, por lo que cuando se registró el colapso financiero en ese país -hace cuatro años- este organismo quedó aniquilado.
A su juicio, hoy en día no tener a Alemania como parte central y eje del Consejo Monetario Internacional, igual que lo es China y Rusia, “es estar perdiendo el tiempo”.
Puros tumbos
Desde en l982, cuando las recetas comenzaron “no hemos parado de dar tumbos” porque el discurso del FMI es más bien el efecto de un problema, precisa.
Y es así porque sus recursos son tan escasos y limitados que son insuficientes para atender el problema de Grecia de Irlanda, España o Italia.
Además, precisa, como el dinero es insuficiente, el FMI está poniendo etiquetas de estabilidad a los países para no incurrir en mayores gastos.
No hay solvencia
Para Gabriel Reyes Orona, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le ha costado al país 14 mil millones de dólares.
“Yo no sé en qué paquete financiero el FMI apoyó en ese tamaño a México, en qué paquete de ayuda”, cuestiona.
Aunque Agustín Carstens, gobernador de Banco de México, sigue considerando esa aportación como parte de la reserva, no lo es, asegura.
