El cambio obligado después de la pandemia de Covid-19
El regreso a las actividades diarias, conforme las restricciones sanitarias por la pandemia de Covid-19 sean retiradas, implicará para la ciudadanía modificar muchas de sus costumbres, tanto para preservar los beneficios que trajo el confinamiento, como para evitar una nueva crisis
David MartínezLas grandes ciudades son las regiones del país que se han visto más afectadas por el Covid-19 en todos sus ámbitos, por lo que sus habitantes deberán transformar su rutina después de la pandemia si quieren mantenerse sanos.
Los cambios son inevitables debido a las repercusiones económicas y sociales provocadas por el virus, aseguran expertos.
Tan solo la Ciudad de México y Nuevo León, acumulan más de 10 mil 500 casos de Covid-19 y son los dos centros económicos más importantes del país junto con Guadalajara.
A casi dos meses de que inició la contingencia, aún no se vislumbra de manera clara cuáles serán los cambios en las principales urbes del país en temas como movilidad, medio ambiente y economía para que sus habitantes hagan su vida pese al permanente riesgo que representa el virus.
El 1 de junio, aproximadamente en dos semanas, las medidas de emergencia a nivel nacional comenzarán a relajarse.
Por lo tanto, especialistas consideran que los gobiernos de las ciudades tienen que aprovechar este momento y empezar proyectos urbanos sustentables y contemplar en todo momento un factor determinante: que todavía no hay una vacuna para el SARS-CoV-2 que impida nuevos brotes.
Los rubros más afectados por la pandemia y la contingencia sanitaria han sido la movilidad, la economía y el medio ambiente de las ciudades.
En Monterrey y la Ciudad de México se modificaron las dinámicas del transporte público, lo que ha disminuido la movilidad hasta en un 65 por ciento.
Ante la llegada de la fase 3, el Gobierno del Estado de Nuevo León, encabezado por Jaime Rodríguez Calderón, decidió suspender el servicio de transporte público los domingos y reducir sus horarios el resto de la semana.
En la capital del país cerraron el 20 por ciento de las estaciones del Metro, Metrobús y Tren Ligero. También se implementó el Hoy No Circula obligatorio independientemente del holograma de verificación.
En cuanto al tema ambiental, la polución en el aire se redujo; el monóxido de carbono disminuyó 60 por ciento en el Valle de México, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la capital.
La Sedema argumentó que de enero a abril no se han registrado valores de ozono superiores a 140 por partes por billón, en comparación con el mismo periodo de 2019, cuando se superó dicho rango cinco veces.
La economía de las ciudades y sus habitantes no corrió con la misma suerte. La suspensión de actividades no esenciales como tiendas departamentales, centros comerciales y hoteles llevó a la quiebra a cientos de empresas y dejó a miles de personas sin trabajo.
Por su parte, las proyecciones de crecimiento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), pronostican que el Producto Interno Bruto (PIB) en México caerá 6.5 por ciento debido a la crisis por la pandemia.
Transporte público, el gran reto después de la pandemia
Víctor Alvarado, gerente de Movilidad Eficiente del Poder del Consumidor, considera que el reto para las metrópolis del país es lograr un transporte público seguro y limpio que dé confianza a los usuarios.
“Comodidad y seguridad tienen que ir juntos y no nada más recaer en las secretarías locales de movilidad, debe haber un esfuerzo interinstitucional para lograr que el transporte brinde confianza”, señala.
Afirma que tener unidades sanitizadas es clave para evitar que las personas busquen usar el automóvil como medio seguro de transporte ante el “miedo residual” que quedará latente.
“Va a seguir existiendo un miedo residual, digo miedo residual porque cuando otra vez se llegue a la cotidianidad, va a seguir persistiendo el miedo de un contagio, entonces verán al automóvil como un modo seguro y cómodo de transporte”, afirma.
No obstante, señala que los coches no son la solución porque son los principales responsables de otro mal: la contaminación en el aire.
Según el artículo de la ONU Hábitat, “Contaminación, automóviles y Calidad del Aire”, los autos son responsables de la emisión del 60 por ciento de la contaminación por partículas PM10 en el Valle de México.
Pone de ejemplo que en Bogotá, Colombia, se implementaron 80 kilómetros de ciclovías temporales por la contingencia y han funcionado como un medio de movilidad para preservar la sana distancia de un metro de separación entre una personas y otra.
Por último, afirma que las dependencias de desarrollo urbano de las entidades del país, tienen que realizar estrategias económicas para que sus habitantes no recorran hasta 40 kilómetros en transporte público de su domicilio a su centro laboral.