Ejecuciones vemos, cifras no sabemos

La cifra de ejecutados reportada por el gobierno federal en septiembre de 2011 fue de 47 mil 515 defunciones vinculadas a la guerra contra el narco.

La cifra ha sido cuestionada y desmentida por medios de comunicación que aseguran que el número de muertes asciende a 60 mil, basándose en datos registrados por las instancias de seguridad pública.

Pero, a casi un año del último reporte, ¿cuántas personas se suman a la lista?

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La cifra de ejecutados reportada por el gobierno federal en septiembre de 2011 fue de 47 mil 515 defunciones vinculadas a la guerra contra el narco.

La cifra ha sido cuestionada y desmentida por medios de comunicación que aseguran que el número de muertes asciende a 60 mil, basándose en datos registrados por las instancias de seguridad pública.

Pero, a casi un año del último reporte, ¿cuántas personas se suman a la lista?

No lo sabemos. Y no habrá cifra de ejecutados en lo que resta del sexenio, según declaró el pasado 14 de agosto Jaime López Aranda, titular del Centro de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El incumplimiento del Ejecutivo de reportar la cifra ha desatado las sospechas, y es que al presidente Calderón le queda poco tiempo para comprobar los éxitos del combate al narcotráfico en el sexenio.

Sin embargo, aunque no existe reporte en este rubro, el INEGI publicó el total de homicidios en 2011, a días de la declaración de López Aranda.

El organismo anunció que la cifra es histórica. Con 27 mil 199 muertes, 2011 se convirtió en el más violento del sexenio.

Y aunque la cifra incluye todo tipo de muertes violentas, y no sólo ejecuciones, la estadística no promete buenas noticias para el fin de la actual administración.

Un respiro para Chihuahua

En las cifras publicadas por el INEGI, de las poco más de 27 mil muertes, Chihuahua es la entidad que carga con el mayor número: 131 casos por cada 100 mil habitantes. En contrate, el promedio nacional pasó de 23 en 2010 a 24 por cada 100 mil personas en 2011.

A pesar de la elevada cifra, desde otra perspectiva los datos demuestran que existe una tendencia positiva en municipios como Ciudad Juárez. De acuerdo a un reporte de William Boost, corresponsal de The Washington Post, la guerra parece terminada en “la ciudad del homicidio”.

El artículo publicado en el diario estadounidense destaca que la fiebre de la violencia está desapareciendo, ya que en el último mes hubo en promedio 1.3 homicidios por día, la tasa más baja desde que explotó la confrontación entre los cárteles de Sinaloa y de Juárez en 2007.

Además, detalla que en julio hubo “solo” 48 homicidios en Juárez, de los cuales 33 fueron con arma de fuego. En contraste, en el mismo mes pero de 2010 se registraron 300 homicidios en la ciudad.

¿A quién le atribuye el logro? “Las autoridades atribuyen la disminución de los homicidios a su propio esfuerzo –patrullas del ejército, los arrestos por la policía, las escuelas nuevas para mantener a los jóvenes fuera de las pandillas y en el aula.

“Sin embargo, los mexicanos comunes sospechan que hay una razón más creíble para la disminución de la violencia extrema: El capo de la droga más buscado en el mundo, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y su cártel de Sinaloa han ganado el control del tráfico de drogas local y las rutas de contrabando al norte”, detalló el enviado.

La resaca de la violencia

Chihuahuenses del municipio de Guadalupe y Calvo revivieron la violencia que en 2010 azotó la región y que derivó en pueblos fantasma, tras la huída de miles de habitantes que buscaban tranquilidad.

Según diarios locales, hace unos días alrededor de 200 sicarios invadieron la comunidad, quitándole las armas a los policías y causando que los agentes salieran en masa del municipio.

Proceso detalló que “los pobladores de la cabecera municipal dieron a conocer meses antes que el control del municipio lo tiene el grupo delictivo encabezado por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán” y que fue entre el 26 y 29 de julio que los sicarios arrebataron las armas a los agentes, pidiendo 10 mil pesos a cambio.

Ante las declaraciones de los ciudadanos, quienes dicen estar a merced de los sicarios, autoridades estatales organizaron a un grupo de ministeriales para resguardar la región, en ausencia de una Policía Municipal.

Guadalupe y Calvo fue uno de los municipios que no contó con casilla para votar, debido a que presuntos integrantes del crimen organizaron impidieron su instalación y atacaron a los capacitadores electorales que acudieron al poblado.

En total 298 votantes se quedaron sin casilla luego de que el IFE señalará que se suspendía la instalación por falta de seguridad.

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