Durante el periodo comprendido entre 2019 y 2022, el empresario Juan Carlos Tapia fue beneficiado con seis contratos en la refinería de Dos Bocas en Paraíso, Tabasco. Estos contratos fueron obtenidos a través de las compañías Manufactura Especial y Proyectos Industriales (Mepi) y Mexicana de Recipientes a Presión, siendo la primera de reciente creación y la segunda una sociedad que cambió su nombre en 2020.
A pesar de haber sido previamente inhabilitado y de tener supuestos vínculos con Emilio Lozoya y el caso Odebrecht en México, Tapia Vargas, propietario de Construcciones Industriales Tapia (Citapia), ha logrado acumular contratos desde el inicio de la construcción de la refinería Dos Bocas.
De acuerdo con una revisión, poco después de su creación, la filial de Petróleos Mexicanos (Pemex), PTI Infraestructura de Desarrollo, SA de CV, otorgó a Mepi el contrato PTI-ID-O-TAM-10-2021 para la fabricación de tanques de almacenamiento para el importante proyecto.
La sociedad Mexicana de Recipientes a Presión, la cual es el accionista principal de Mepi, cambió su denominación a Procesos Especializados y Proyectos, SA de CV (Proesa) en noviembre de 2020, según consta en actas del Registro Público a los que se tuvo acceso. Proesa, anteriormente conocida como Mexicana de Recipientes a Presión, posee el 80% de las acciones de Mepi, mientras que el otro 20% pertenece a Procura y Proyectos Oil & Gas SA de CV, establecida en junio de 2020.
Como se documentó en la edición 2366 de la revista Proceso, el empresario Juan Carlos Tapia ha logrado superar la inhabilitación impuesta por la Secretaría de la Función Pública (SFP) en 2019 y ahora participa en el ambicioso proyecto energético de la actual administración.
Gracias a un entramado de nuevas empresas y otras que han cambiado de nombre, en las cuales el empresario hidalguense Juan Carlos Tapia Vargas es el accionista mayoritario junto con sus familiares y otros asociados, ha sido posible dejar atrás las acusaciones y obtener lucrativos contratos dentro de Dos Bocas.
De esta manera, de la mano de sus empresas y a pesar de los escándalos, Juan Carlos Tapia, propietario de Construcciones Industriales Tapia (Citapia), quien fue investigado por presunta actividad ilícita y señalado por pertenecer a una red de corrupción entre Emilio Lozoya Austin y Odebrecht, ha logrado colarse en construcción de la Refinería.
Fuentes internas consultadas, señalaron que el empresario Juan Carlos Tapia le informa de todos los atrasos en la obra a gente ligada al Partido Revolucionario Institucional con la intención de dinamitar la candidatura de Rocío Nahle al Gobierno del Estado de Veracruz.