Dreamers: Los dejamos solos

La cancelación del DACA por parte de Trump ha puesto en riesgo a más de 600 mil jóvenes de ascendencia mexicana que ahora están siendo utilizados como moneda de cambio para que se apruebe el muro fronterizo. México ha dejado a sus “dreamers” en el desamparo
Imelda García Imelda García Publicado el
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Son mexicanos, pero nunca han vivido en México. Fueron llevados a Estados Unidos y crecieron en ese país siempre con la amenaza de ser deportados; hasta que un día, esa amenaza se convirtió en su peor tragedia.

Son los dreamers, los jóvenes soñadores que han sido deportados a México y ahora tratan de recomenzar en un país que les es desconocido.

Lo hacen sin apoyo efectivo del gobierno mexicano -que tanto ha prometido- y mediante la formación de comunidades y redes de solidaridad que han creado quienes llegaron primero aquí y ahora dan la mano a los recien repatriados.

A pesar de que fueron lanzadas estrategias desde el Gobierno federal para apoyar a los migrantes deportados, éstas han sido insuficientes.

El drama que viven estos jóvenes que vieron truncado su futuro en la Unión Americana, parece no haber sensibilizado a la clase política del país, que prefiere voltear hacia otro lado e ignorarlos  que brindarles su apoyo.

Prueba de ello es que no son objeto de propuestas de política pública de ninguno de los precandidatos a la Presidencia de la República.

No sucede así en Estados Unidos, donde el tema de los jóvenes beneficiados con la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) ha elevado la tensión política entre opositores, llegando a ser moneda de cambio.

El presidente Donald Trump propuso al Congreso de su país una iniciativa de legalización de 1.8 millones de jóvenes a cambio de obtener 25 mil millones de dólares para la construcción del muro fronterizo.

1.8
Millones de jóvenes propuso legalizar Donald Trump

El tema ya había sido polémico desde hace semanas, cuando se negociaba el presupuesto del 2018 para Estados Unidos.

Este mes, los demócratas se negaron a dar su voto a favor de ese presupuesto por la cancelación del DACA que el presidente Donald Trump anunció en septiembre pasado.

El gobierno cerró un par de días y los demócratas terminaron esa situación a cambio de iniciar un debate sobre el futuro de estos cientos de miles de personas.

Los jóvenes dreamers terminaron siendo, sin querer, el principal factor de negociación en Estados Unidos.

25,000
Millones de dólares pide Trump a cambio para la construcción del muro fronterizo

En México, en cambio, el tema no ha tenido el impacto necesario; los activistas consideran que los esfuerzos gubernamentales se han quedado cortos para atender el reto.

Hoy, los dreamers deportados intentan recomponer las piezas de una vida que les fue arrebatada.

La pesadilla mexicana

La historia de José Santiago resume mucho del drama que enfrentan los jóvenes dreamers que son deportados a México.

José es un joven de 19 años que fue repatriado a México hace casi 5 meses y que, hasta hace unos días, estaba en situación de calle.

Las circunstancias tan adversas para conseguir algún apoyo lo orillaron a vivir en las calles de la Ciudad de México, donde enfrentó frío, hambre y miedo.

“Cuando llegué aquí tenía 18 años y no sabía qué hacer, estaba perdido;  en México no tengo nada. Yo me preguntaba: ‘¿qué voy a hacer, con quién voy a vivir?; No tengo familia aquí, estoy solo’.

José Santiago fue repatriado hace casi cinco meses y hasta hace unos días vivía en las calles de la Ciudad de México en donde enfrentó frío, hambre y miedo

“Cuando llegué  fue un difícil conseguir comida y un trabajo, pues yo soy de esas personas a las que no les gusta vivir en la calle. No dormía, sólo caminaba de un lado a otro porque tenía mucho miedo de que si me  quedaba dormido me hicieran algo, me robaran o me secuestraran;  mi mamá siempre me advertía sobre eso”, narra José.

El caso fue dado a conocer por New Comienzos, una asociación civil dedicada a apoyar a personas repatriadas en México.

En un video emitido a través de  Facebook, José Santiago se entrevista con Israel Concha, fundador de New Comienzos, y ahí comparte parte de su historia y los retos que ha tenido que enfrentar desde que fue deportado.

El joven dreamer relata que en México le ha tocado vivir la discriminación, pues la gente lo veía mal y nadie lo ayudaba a salir adelante por su aspecto.

“Cuando yo llegué no sabía qué hacer, estaba perdido; aquí en México no tengo nada. Yo me preguntaba: ‘¿qué hago en México, con quién voy a vivir?; No tengo familia aquí, estoy completamente solo’”
José SantiagoDreamer deportado a México

“Yo quería obtener información de las personas que me encontraba en la calle, pero ellos me miraban con una cara de: ‘no te conozco, no sé por qué me estás hablando (…) si no te alejas, le voy a decir a la policía’ o (pensaban) ‘me voy a cuidar porque tú a lo mejor me vas a robar la bolsa, me vas a robar el teléfono’.  Y yo sólo quería información de dónde puedo conseguir un refugio, un restaurante o direcciones de ese tipo que me ayudaran a sobrevivir y a salir de mi situación de calle.

“Primero yo les digo: ‘no te voy a robar, no quiero tu dinero, sólo quiero información de a dónde puedo ir’ y sólo me miran y se van”, afirma.

El sueño de José Santiago es estudiar y convertirse en abogado o doctor, pero en su camino las circunstancias lo obligaron a estar en la indigencia, de la que lucha por salir.

Su familia está en California y, aunque sí lo han apoyado, no le alcanza para cubrir sus gastos.

“En algún momento no comía, no tenía dinero para poder lavarme los dientes, estaba muy mugroso, y pues un día sí le llamé a mi mamá y le pedí que me mandara dinero; no me mandó mucho, pero sí algo para poderme dar un baño, cepillarme los dientes, ponerme desodorante, comprarme una  camisa, nuevos pantalones, calcetines”, comparte.

El joven dreamer relata que en México le ha tocado vivir mucha discriminación, pues la gente lo veía mal y nadie lo quería ayudar

José Santiago cuenta que  ya tiene trabajo en un call center a pesar de estar en situación de calle, y pronto terminará su capacitación; pero ahora busca ayuda para tener un lugar para vivir porque la organización sólo puede ayudarlo de forma temporal.

“Quiero un cuarto para dormir, para relajar mi cabeza; porque no duermo, nomás camino”, asegura el joven.

New Comienzos es una organización fundada en el 2015 por Israel Concha y otros, luego de que a éste lo deportaran de Texas.

En estos tres años ha apoyado a casi 5 mil personas con varios servicios, como referir a las personas repatriadas a empleos en la industria de los call centers o de seguridad; ofreciendo clases de español, cultura e historia mexicana; dando apoyo psicológico o vales de comida, y organizando una red de mentores que orientan sobre trámites o cómo transportarse en la ciudad.

Su intención es hacer más sencilla la inserción de la comunidad de repatriados a su nueva vida en México. Y todo esto, sin la ayuda del gobierno mexicano.

“Hemos hecho mucho y lo mejor es que lo hemos hecho sin ningún apoyo del gobierno federal o local. Así es, no hemos recibido fondos públicos y aun así hemos podido seguir adelante”, dijo Israel Concha en su mensaje de año nuevo.

Cuando tuvo el encuentro con José, Israel Concha explicó que muchos migrantes repatriados pueden caer en situaciones de emergencia.

“Han habido menos deportaciones con Trump, pero para nosotros el trabajo se ha triplicado porque en este momento las personas que han estado detenidas por meses o años, están regresando a su país. 

“Hemos visto muchos casos en que la gente regresa y va al lugar donde nacieron, vamos a decir, en el interior de la República Mexicana, y al momento de darse cuenta que hay más oportunidades en la Ciudad de México, deciden buscar suerte ahí. Pero por alguna razón también terminan en una situación de emergencia.

Concha calificó la situación de los deportados como una crisis humanitaria.

New Comienzos tiene varias actividades de fondeo, desde recibir donaciones hasta vender camisetas para poder mantener su trabajo y poder seguir ayudando a las personas que más lo necesitan.

Esfuerzos gubernamentales

La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos visibilizó en México los temas de migración que existían desde hace años, pero que nadie volteaba a verlos.

Uno de esos temas fue el de los dreamers, los hoy jóvenes que fueron llevados a Estados Unidos siendo niños y para los que el gobierno de Barack Obama creó DACA, que Trump canceló de un plumazo pero que sigue vivo por la decisión de un juez.

Cuando el gobierno estadounidense informó que terminaría con el programa DACA, la SRE de México dio a conocer una serie de medidas para apoyar a los jóvenes que fueran deportados

En septiembre pasado, cuando el gobierno estadounidense dio a conocer que terminaría con el programa DACA, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México dio a conocer una serie de medidas para apoyar a los jóvenes dreamers que fueran deportados.

El gobierno mexicano anunció que se abriría una bolsa especial de trabajo para los dreamers y ofertas de becas en México y en otros países

“México recibirá con los brazos abiertos a los jóvenes dreamers que regresen a nuestro país”, afirmó la cancillería en un comunicado, para “ofrecerles el mayor apoyo, aprovechar sus talentos y capacidades e integrarlos plenamente a la sociedad y a la economía nacional”.

El gobierno mexicano anunció que se abriría una bolsa especial de trabajo en México para los dreamers, a través de los consulados; un programa de Crédito Joven para Dreamers en México y Estados Unidos; oferta de becas en México y otros países; se haría la revalidación de estudios sin trámites innecesarios; y se les afiliaría al Seguro Popular.

Ya desde enero del 2017, el gobierno mexicano hizo reformas legales para que los estudios de los jóvenes migrantes fueran revalidados.

Insuficientes, las medidas del gobierno

No sólo los jóvenes dreamers, sino todos los migrantes repatriados, se enfrentan a su nueva realidad en México con herramientas gubernamentales que no tienen empatía con ellos y, por ende, no entienden lo que realmente necesitan.

Las acciones anunciadas desde la Secretaría de Relaciones Exteriores para paliar la crisis migrante no han estado ni cerca de ser suficientes

Esa es la filosofía de Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, experta en temas de migración y autora de Reintegración Migrante, una propuesta de atención a la comunidad de repatriados en México.

En entrevista, Rendón señala que las políticas aplicadas por el Gobierno federal no han sido suficientes para atender a los deportados.

“Creo que se quedan muy cortos. Al modelo de retorno yo diría que lo primero que falta es empatía; le falta entender con quién estamos hablando, falta entender lo que le falta a los migrantes, ponerse en el lugar del otro, y entender que cuando alguien viene bajando de un avión en el que vienen amarrados con cadenas, muy probablemente lo que necesitan es atención emocional, poder contactar a sus parientes en Estados Unidos y decirles que llegaron con bien; es decir, las cosas más elementales.

“Ya después la persona se va a preocupar por dónde va a dormir hoy, si tiene o no una identificación, dónde va a trabajar, qué va a hacer, y así paulatinamente”, comentó.

Rendón expuso que aunque las deportaciones han bajado en un 30 por ciento durante el gobierno de Trump, se ha triplicado el arresto de personas sin récord criminal.

Además, el perfil de los deportados ha cambiado, pues antes la mayor parte de los arrestos era de personas que estaban intentando cruzar la frontera y ahora las aprehensiones ocurren al interior de Estados Unidos, por lo que se expulsa a gente con más arraigo, con historias de décadas viviendo en ese país.

Las medidas anunciadas desde la Secretaría de Relaciones Exteriores para paliar la crisis migrante, acusó, como la apertura de defensorías en los consulados y otras, no han sido suficientes.

“El demás que más ha preocupado a la cancillería y al canciller es el tema comercial. Es ir y hablar del Tratado de Libre Comercio y ahí es donde han puesto la fuerza. Poco han hablado de la comunidad. El canciller en todas sus visitas que ha hecho a Estados Unidos nunca se ha reunido con la comunidad; una sola vez creo que se reunió con 5 dreamers, pero de ahí en fuera siempre han sido vistas bilaterales y comerciales, cuando en las circunstancias que estamos hoy, la comunidad tendría que estar al centro de la relación bilateral”, comentó.

Para Maggie Loredo, coordinadora de Vinculación de la organización Otros Dreams en Acción, el gobierno mexicano ha fallado en tener una política para recibir a la comunidad de repatriados.

“De lo mucho que han dicho, lo poco que han hecho no tiene presupuesto. Y otra es que no lo implementan, no le ponen el empeño en que se haga. Y las respuestas emergentes que tienen son, cuando llegan al aeropuerto las personas deportadas, no hay políticas públicas que los reciban o los acojan.

“De lo que han hecho, no se ha visto nada, ni para los jóvenes retornados ni para la comunidad repatriada en general (…) no hay ningún tipo de programa (efectivo) y, por ejemplo, si hay alguno y tú no te enteraste porque no hay difusión de ellos, pues no haces nada”, afirmó en entrevista.

Un ejemplo es lo que ocurre ahora con quienes llegan, pues además de la hoja de repatriación les están dando otro formato que suplirá como identificación la credencial para votar, pues por las elecciones el INE no estará expidiéndolas.

“Entonces ahora agregaron un documento más, pero es una hoja que nadie conoce, que no te la aceptan en el banco ni en ningún lado; así que no se ha visto nada (del gobierno), ni para los jóvenes retornados ni para la comunidad de repatriados”, acusó.

Loredo sostiene que, con el proceso electoral y el cambio de gobierno, será más difícil que se avance hacia mejores políticas de apoyo a los deportados.

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