¿Dónde quedó el voto duro?

Pareciera que el llamado “voto duro” no salió a a las calles el día de la elección. 

Los cálculos fallaron o los apoyos no se dieron. Lo cierto es que al hacer un corte de caja las cuentas no le salieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El debilitamiento de este tipo de apoyos y los resultados rumbo al Congreso cambiaron súbitamente el panorama del bipartidismo estatal. 

Los resultados de las pasadas elecciones parecen haber dejado una dura lección, sobre todo para el partido tricolor.

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Tres municipios están sorprendiendo al interior del PRI por sus resultados electorales inesperados: Guadalupe, Apodaca y Escobedo, que aunque aún tricolores, permitieron avance al PAN

Pareciera que el llamado “voto duro” no salió a a las calles el día de la elección. 

Los cálculos fallaron o los apoyos no se dieron. Lo cierto es que al hacer un corte de caja las cuentas no le salieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El debilitamiento de este tipo de apoyos y los resultados rumbo al Congreso cambiaron súbitamente el panorama del bipartidismo estatal. 

Los resultados de las pasadas elecciones parecen haber dejado una dura lección, sobre todo para el partido tricolor.

Y es que el “castigo” impuesto por el electorado no sólo se reflejó en la elección de un candidato independiente para la gubernatura de estado. 

A medida que han avanzado los resultados, el daño parece ser más profundo.

Ahora se sabe que el militante habitual acostumbrado a apoyar las causas priistas fue menor a lo estimado y eso se verá reflejado en el Congreso estatal.

Sin duda el voto duro del PRI era el principal invitado a la fiesta en los pasados procesos electorales. 

Sin embargo al parecer no estuvo presente en algunos bastiones importantes de Nuevo León.

La candidata tricolor sintió los estragos de la ausencia de unos votos que, para muchos, terminaron castigando al actual gobernador, Rodrigo Medina.

Tres municipios están sorprendiendo al interior del PRI por sus resultados electorales inesperados.

Guadalupe, Apodaca y Escobedo son municipios del área metropolitana de Monterrey predominantemente priistas que, esta vez, están rindiendo malas cuentas a la causa tricolor.

¿Y los gremios en Guadalupe?

Las cifras dadas a conocer por la autoridad hasta ayer señalan que el candidato del PRI a la alcaldía de Guadalupe, Francisco Cienfuegos Martínez, tiene el 38.700 por ciento de la votación, aventajando por muy corto margen a su contrincante del PAN, Ernesto Robledo Leal, quien registra el 38.040 por ciento.

Históricamente Guadalupe ha sido un bastión del PRI, además de una zona en la que por su geografía y población, la CTM ha poseído la mayoría de las voluntades de decisión en las urnas.

Si existe un referente de voto duro en el estado es este municipio, que además había negado su apoyo al Partido Acción Nacional durante varios trienios.

Durante cuatro administraciones el municipio de Guadalupe ha sido dirigido por alcaldes emanados del PRI y quienes en sus campañas recibieron el apoyo total del dirigente de la CTM, Ismael Flores.

Flores, quien bajo su tutela tiene las organizaciones de camioneros, taxistas, mercados rodantes, músicos, etc., suele mover a todo ese aparato a favor del candidato del PRI, de uno de los municipios más grandes del estado.

El priismo de Guadalupe usualmente cuenta con un voto seguro, provocado por el acarreo de votantes, compra de simpatías y la advertencia por parte de dirigentes sindicales a empleados y agremiados de tener que regalar el voto al PRI. 

Pero esta vez hay un resultado reñido y se pronostica que la lucha será de voto por voto en Guadalupe.

¿Qué sucedió en Guadalupe cuando al interior de la campaña del PRI se pronosticaba una holgada ventaja?

¿Quién falló a la hora de la elección?

Guiños panistas en Apodaca y Escobedo

Apodaca es plenamente del PRI. La historia cuenta que sus votantes nunca habían siquiera volteado a ver a un albiazul como una opción.

Pero esta vez el candidato del PAN obtuvo cifras importantes, aunque sin arrebatarle el sitio al tricolor.

En Escobedo nunca ha existido un presidente municipal que no sea militante priista.

En esta elección, la candidata del PRI a la alcaldía, Clara Luz Flores Carrales, fue elegida para su segundo mandato en Escobedo, aunque con el PAN cada vez más cerca de la preferencia electoral, con un 20 por ciento.

El PAN no cede sus territorios

La elección 2015 evidenció que el PRI ya no es dueño absoluto de algunos municipios de Nuevo León donde solía ganar sin competencia.

Pero el PAN sí sigue dominando claramente en los que usualmente gana.

El PAN siempre obtiene las alcaldías de San Nicolás, San Pedro y Santa Catarina, y las cifras señalan que así seguirá.

Uno de los bastiones más importantes es San Nicolás de los Garza. En esta elección, el panista Víctor Fuentes Solís obtiene un 52.528 por ciento de los votos, contra 17.348 por ciento del priista Víctor Guerrero.

En San Pedro, Mauricio Fernández Garza va ganando por más de la mitad de votos a Bernardo Bichara, del PRI.

San Pedro cuenta con una historia panista, que pese al cuestionado pasado de Fernández, los habitantes de este prominente municipio le siguen dando su voto duro.

Santa Catarina ha elegido de nuevo a un panista para que despache en la presidencia municipal.

Esta vez Héctor Castillo Olivares, del PAN, le ganó la contienda al candidato del PRI, Héctor Morales, con casi la mitad de la votación a su favor.

Sanción o no al gobernador y a la candidata del PRI, lo evidente es que su voto duro, el voto tradicional y Viejo, está perdiendo fuerza.

Los bastiones del PAN se mantienen y algunas zonas que ya daban por perdidas se están inclinando a su favor.

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