‘¿Dónde están nuestros hijos?’
El pasado fin de semana Guadalajara recibió a la novena caravana de madres centroamericanas que buscan a sus hijos, migrantes desaparecidos, bajo el nombre de Emeteria Martínez, una mujer hondureña que durante casi 20 años buscó a su hija hasta que en el 2010 logró localizarla cerca del Distrito Federal.
Emeteria murió a inicios de este año, la madrugada del 8 de enero en un hospital de Honduras.
Jonathan Ávila
El pasado fin de semana Guadalajara recibió a la novena caravana de madres centroamericanas que buscan a sus hijos, migrantes desaparecidos, bajo el nombre de Emeteria Martínez, una mujer hondureña que durante casi 20 años buscó a su hija hasta que en el 2010 logró localizarla cerca del Distrito Federal.
Emeteria murió a inicios de este año, la madrugada del 8 de enero en un hospital de Honduras.
En una visita coordinada por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Dignidad y Justicia en el Camino A.C., también conocido como FM4 Paso Libre y Amnistía Internacional en Guadalajara, la novena caravana de madres hizo eco de su lucha en la ciudad.
También realizó una rueda de prensa en el comedor de FM4, en las inmediaciones de las vías del tren; una manifestación a las afueras de la Expo Guadalajara y un convivio en las instalaciones del Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (IMDEC).
Durante su visita al comedor de migrantes de FM4 se presentó su problemática, que es la búsqueda de hijos migrantes que en pos del sueño americano salen de su país de origen y se aventuran a cruzar el país en el tren.
Martha Sánchez Soler, coordinadora del Movimiento Migrante Mesoamericano, dijo que ya habían pasado por Guadalajara en el año 2010, sin embargo solo fue de paso pues su destino era Puerto Vallarta. Ahora que la ruta del Pacífico, ruta que atraviesa el estado de Jalisco, ha tenido mayor afluencia de migrantes, es que las madres visitan la ciudad para buscar y reunir a los hijos ausentes.
Durante el convivio en IMDEC, algunas de las madres pasaron al frente para narrar frente al micrófono su historia. Una de las madres, proveniente de Guatemala, pidió sentir la misma alegría que han sentido algunas madres al reencontrarse con sus hijos, aunque comparte con dolor que al partir de su país su familia le advirtió que estuviera preparada para todo tipo de escenario, ante la desaparición de dos hijos.
“Me decía mi familia cuando yo salí de mi casa, hermana, tía, tiene que estar preparada para lo que venga y yo estoy preparada, si los encuentro vivos o muertos; pero los quiero encontrar y espero en Dios encontrarlos vivos, no muertos”, expresó la mujer originaria de Guatemala.
Durante la mañana del sábado 7 de diciembre la caravana de madres estuvo en las inmediaciones de las vías del tren, esa mañana Narcisa Gómez logró encontrar a su hijo, Eugenio Juárez Gómez de 26 años, quien salió hace 10 años con un amigo hacia Guatemala, de acuerdo al testimonio de Narcisa, después se enteró que iba a los Estados Unidos y el 15 de julio de este año le comunicaron que estaba en Tijuana.
En su discurso de agradecimiento, Narcisa advirtió a los activistas que ayudan a los migrantes y a quienes acompañan a la caravana que tuvieran cuidado porque el trabajo que ellos hacen los pone en peligro.
De acuerdo a Martha Sánchez desde que inició la caravana de madres de migrantes desaparecidos se han podido encontrar a 200 personas, sólo una de ellas fue encontrada muerta.
Manifestación en la FIL Guadalajara
Después de la rueda de prensa, se llevó a cabo una manifestación en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, con el suelo tapizado de fotografías de desaparecidos, un cerco de seguridad de los jóvenes del servicio social de la feria y el grito de dolor por la ausencia de los hijos. Las madres alzaron la voz por la desaparición de sus familiares.
A pesar de la atención que tenían, las más de 40 mujeres que portaban una fotografía no podían ser vistas ya que por órdenes de los organizadores de la FIL se les puso un cerco alrededor de ellas. Aunado a la indiferencia con la que algunos asistentes se pasaban sin mirar la protesta.
Cabe destacar que durante su manifestación se realizaron pruebas de sonido en el Foro FIL para, según los testimonios de algunos de los presentes, tratar de silenciar las consignas.
No solo son mujeres, también las acompañan varones que buscan a sus familiares que salen rumbo a Estados Unidos. La caravana está integrada por personas originarias de Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, incluso de madres mexicanas.
Por la noche se llevó a cabo un convivio en las instalaciones del IMDEC, al lugar se dieron cita diversos colectivos que trabajan en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), como Bordamos por la Paz, quienes regalaron un paquete de postales de bordados a cada una de las personas de la caravana.
Después de los agradecimientos algunas mujeres pasaron al frente para opinar o narrar sus historias y visión del panorama de violencia en México.
‘Este país es un cementerio’
“Es muy lamentable, en realidad, y a veces nos llenamos de indignación al ver que las autoridades no trabajan, pues tanta sangre derramada en este país, como les decía yo anteriormente, este país es un cementerio”, dijo una de las madres.
También estuvo el Consejo Económico y Social de Jalisco (CESJAL), el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD), el Comité Salvemos Temacapulín, Acasico y Palmarejo; Contacto, un grupo de personas que apoyan a los migrantes en las vías; FM4, ITESO e IMDEC.
El convivio estuvo a cargo de Amnistía Internacional e Ileana Martínez, investigadora del ITESO; la comida y bebidas fueron llevadas por los invitados para compartir con las madres centroamericanas.
El recorrido completo pasará por 22 localidades de los 15 estados de la república.
La caravana seguirá su camino para buscar a los cientos de migrantes que aún faltan por encontrar en el resto del país, hasta ahora en Guadalajara lograron reencontrar a dos personas con sus respectivas familias, según Martha Sánchez, así como una comunicación telefónica con una familia que no tuvo la oportunidad de integrarse a la caravana.