Donald Trump cumplió su amenaza.
Tras solo cinco días de haber tomado posesión como presidente de los Estados Unidos de América, Trump firmó una orden ejecutiva para construir un muro en toda la frontera con México.
Todo sucedió mientras Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, secretarios de Relaciones Exteriores y Economía mexicanos, respectivamente, se encontraban en Washington para preparar el terreno de la visita de trabajo que hará el presidente Enrique Peña Nieto el próximo martes.
Además del muro, otra orden ejecutiva firmada por Trump establece el reforzamiento de las fuerzas de seguridad de los cuerpos de migración para la detención de las personas indocumentadas y la limitación de los fondos federales a las llamadas “ciudades santuario”, entre otras medidas.
Con la firma de estas órdenes, Trump pone en marcha su plan para comenzar con la construcción del muro con recursos del Gobierno norteamericano, sin definir cómo hará para que México pague por él, como también prometió en su campaña.
Aunque no se ha dado a conocer un costo oficial de la construcción, se estima que estaría entre 8 mil y 20 mil millones de dólares.
En su campaña, Trump dijo que obligaría a México a pagar por el muro y ofreció varias alternativas: desde impuestos a las exportaciones de productos mexicanos hasta la posibilidad de gravar –o retener- las remesas.
Luego de firmar estas órdenes ejecutivas, Trump dijo en un mensaje que estas medidas beneficiarán no solo a Estados Unidos, sino a México.
“Vamos a trabajar conjuntamente con nuestros amigos en México. Vamos a salvar vidas a ambos lados de la frontera. Y también entendemos que una economía fuerte y sólida en México es algo beneficioso para los Estados Unidos y queremos que eso suceda (…) creo que nuestra relación con México va a mejorar”, dijo Trump.
Condena EPN muro
El presidente Enrique Peña Nieto lamentó las acciones tomadas por Donald Trump y dejó en el aire su decisión sobre si viajará o no a Washington la próxima semana.
En un mensaje transmitido anoche, el mandatario mexicano reiteró su negativa a pagar por el muro fronterizo que Trump autorizó construir ayer, con la firma de las órdenes ejecutivas.
“Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que, desde hace años, lejos de unirnos, nos divide. México no cree en los muros. Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro”, aseguró.
El presidente, sin embargo, se limitó a decir que la decisión sobre las acciones que tomará será consultada con otros actores políticos del país.
“Con base en el reporte final de los funcionarios mexicanos que en este momento se encuentran en Washington, y previa consulta con la representación de la Cámara de Senadores y de la
Conferencia Nacional de Gobernadores, habré de tomar decisiones sobre los siguientes pasos a seguir”, afirmó.
Peña Nieto explicó que estas medidas fueron tomadas por el gobierno norteamericano en el momento que inician las negociaciones sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), negociación que calificó como “muy importante” para la fortaleza, certidumbre y futuro de la economía y la sociedad mexicanas.
El mandatario dijo también que en respuesta a las disposiciones anunciadas por Donald Trump, los 50 consulados en Estados Unidos “se convertirán en auténticas defensorías de los derechos de los migrantes”.
“Nuestras comunidades no están solas. El gobierno de México les brindará la asesoría legal que les garantice la protección que requieran (…) donde haya un migrante mexicano en riesgo, que requiera nuestro respaldo, ahí debe estar su país”, aseveró.
Llamó a legisladores y organizaciones de la sociedad civil a sumarse a este esfuerzo y apoyar también a los migrantes que lo necesiten.
Peña Nieto asumió su responsabilidad de representar al país en esta circunstancia, e insistió en que México es amigo del pueblo de Estados Unidos y buscará que los acuerdos beneficien a los mexicanos.
“Es mi deber encarar los problemas y enfrentar los desafíos.
“México ofrece y exige respeto como la nación plenamente soberana que somos. México refrenda su amistad con el pueblo de los Estados Unidos y su voluntad para llegar a acuerdos con su gobierno; acuerdos que sean en favor de México y los mexicanos”, enfatizó.
Enfoque criminal
Las líneas de política migratoria anunciadas por Donald Trump ayer, van en consonancia con la idea expresado en su campaña.
“Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor, no los envía a ustedes. Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos, asumo, son buenas personas”, dijo en junio del 2015.
Ayer, 19 meses después de aquella declaración, el mandatario firmó la orden ejecutiva para la construcción de un muro fronterizo a lo largo de todo el límite de ambos países.
“Esto va a ayudar también a México, disuadiendo la migración ilegal de Centroamérica y deshaciendo el trabajo de los cárteles de las drogas”.
No habló sobre el pago de la construcción del muro. Empero, uno de los puntos de la orden ejecutiva es que cada una de las secretarías de Estado de EU deberá dar un informe sobre el monto de recursos federales que son enviados a México para ayudarlo en diferentes áreas, por lo que analistas deducen que quizá pueda cobrarse el muro retirando este dinero.
También informó que se contratarán a otros 5 mil policías de la Patrulla Fronteriza y triplicará el número de agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que detienen y deportan indocumentados.
En el primer lugar de prioridades de deportación estarían “los malos”, como los calificó el presidente, las personas con antecedentes criminales, “los narcotraficantes y los pandilleros”.
La orden firmada también establece que habrá sanciones y retiro de fondos federales para las llamadas “ciudades santuario”, como Los Ángeles o Nueva York, que habían anunciado que no reportarían a los migrantes ilegales a las autoridades federales.
También se pondrá fin a la política de “detener y liberar”, que consistía en que cuando se hacía la detención de una persona indocumentada, se le daba oportunidad de esperar una cita con el juez en libertad.
Ahora serán enviados a centros de detención donde esperarán su audiencia en las cortes, por meses o años.
Acompañado de personas que han perdido a un ser querido por el crimen cometido por algún indocumentado, Trump dijo que pondría en marcha una oficina de seguridad nacional que apoye a las víctimas de criminales ilegales.
Problemas para México
Más allá de la humillación de aislar con una barda a un país vecino, el muro fronterizo traerá otro tipo de problemas a México.
Es previsible que aumenten las muertes de quienes intenten cruzar hacia Estados Unidos como indocumentados pues, aunque haya un muro, la migración no dejará de ocurrir.
Crecerá también el número de inmigrantes extranjeros, principalmente centroamericanos, que al no poder pasar a Estados Unidos, busquen quedarse en el país.
Al complicar el cruce de drogas, los cárteles buscarán darle salida a los estupefacientes que no puedan vender en Estados Unidos y, muy probablemente, traten de venderlos en México.
Si se gravaran –o se retuvieran- las remesas para cobrar el muro, miles de familias en México tendrían problemas económicos, lo que desincentivaría el mercado interno al bajar el poder de compra de quienes dependen de estos ingresos.
Si se retiraran los recursos estadounidenses que se dan a México para ayudarlo en diversos temas, como infraestructura, seguridad o fines humanitarios, decenas de programas estarían en riesgo.
Todo esto sin contar el daño que se ocasionaría a los ecosistemas por donde pasará el muro fronterizo.
Piden al presidente reconsiderar visita
Ante la firma de las acciones ejecutivas de Donald Trump y su postura de facto sobre la relación con México, la Oposición pidió al presidente Enrique Peña Nieto cancelar la visita a Washington programada para el próximo 31 de enero.
Cuauhtémoc Cárdenas, líder emblemático de la izquierda, consideró que se está recibiendo a México “con un portazo en la nariz”.
“Me parece que lo menos que podría hacerse en estas condiciones sería no acudir, cancelar la visita a Estados Unidos, y buscar una posición digna para México”, afirmó Cárdenas durante un foro.
Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena, llamó a Peña a sí acudir a la reunión con Trump, pero llevando un documento especial.
“Le sugiero, respetuosamente, que presente una demanda ante la Organización de Naciones Unidas contra el Gobierno de Estados Unidos por la violación de derechos humanos y por discriminación racial.
“Vaya a Washington a luchar por la libertad, no a implorarla. Represente con dignidad a nuestro pueblo y a todos los seres humanos que sueñan con un mundo justo, libre de miserias, sin odios ni temores”, llamó López Obrador en un mitin en el Estado de México.
Ricardo Anaya, presidente nacional del PAN, consideró que es un insulto y una ofensa a todos los mexicanos.
“Nuestra posición es muy clara: o se cancela la reunión con Donald Trump o se asiste para decir públicamente y con absoluta firmeza que México rechaza el muro y que no pagaremos ni un centavo por él”, dijo Anaya en un mensaje en redes sociales.
Miguel Barbosa, coordinador de la bancada del PRD en el Senado de la República, consideró que sería un error asistir a la reunión con Trump.
“No puede negociarse bajo presión; el presidente Peña Nieto no tiene porqué correr el riesgo de que Trump pretenda imponer sus condiciones, no debemos caer en ese juego”, apuntó Barbosa.
Emilio Gamboa Patrón, coordinador de la bancada del PRI en el Senado, comentó que la decisión de Trump lastima la relación entre ambos países.
“Seré solidario con la decisión que tome el presidente de la República (…) lleva la representación de todos los mexicanos y estoy seguro que no va a permitir ninguna ofensa o sumisión por parte del Gobierno de Estados Unidos a los mexicanos”, confió Gamboa.
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