En redes sociales comenzó a circular el nombre de Doña Trini, dueña del restaurante cantina “La Polar”, así como el de “El Serch”, quien está identificado como el jefe de seguridad del lugar, ubicado en la colonia San Rafael, alcaldía Cuauhtémoc.
Y es que la necropsia que se practicó al cadáver de Antonio “Toño” Monroy, la víctima a quien meseros y empleados del lugar conocido “La Polar” asesinaron la madrugada del lunes, reveló que la causa de muerte fue una asfixia por estrangulamiento.
De hecho, el cuerpo presentaba diversos golpes contusos en todo el cuerpo, principalmente en rostro, nuca y pecho, y ahí mismo se revelaron varios hematomas.
También, estos signos revelan que posiblemente los propios empleados intentaron reanimarlo ya en la calle, cuando estaba sin vida.
“El Serch”, jefe de seguridad de La Polar
En ese sentido, la Fiscalía Capitalina busca a un sujeto identificado como Sergio Gama “El Serch” jefe de seguridad de ese lugar, quien se aprecia en el video aventando el cuerpo de Toño Monroy y luego, de acuerdo con testigos, ordenó que abandonaran el cadáver a su suerte en la calle.
Su acompañante, Adriana, denunció en una transmisión en vivo en redes sociales que era golpeado por los meseros, y según las primeras declaraciones, fue porque se negó a pagar la cantidad de propina que le exigieron los meseros.
¿Quién es la Doña Trini, la dueña de “La Polar”?
Doña Trini, como es conocida, la dueña del restaurante “La Polar” y su familia son oriundos de Ocotlán, Jalisco.
Los inicios de su negocio fue como un local de cervezas en 1934, pero no fue sino hasta que vendieron su famosa birria que el éxito llegó.
Doña Trini también es empresaria, ya que un mezcal artesanal lleva su nombre y se vende en su propio restaurante.
“La Polar”, ha tenido la visita de figuras del medio artístico como Lupillo Rivera y Pablo Montero, como parte de un homenaje que hicieron a la mujer que ha tenido su negocio por 88 años.
De acuerdo con la carpeta de investigación FICUH/CUH-2/UI-2C/D/00047/01-2023, presuntamente uno de los meseros, a quien una de las testigos y acompañante de la víctima identificó como Pedro, ya los conocía y tenían “problemas”. Ambos llegaron a cenar y los trataron mal, pero no le dieron importancia.