Los choques públicos que han protagonizado el titular de la FGR, Gertz Manero, y Santiago Nieto Castillo, así como la inexistencia de un mecanismo efectivo de colaboración entre las dependencias que encabezan, han dejado a un ganador: el crimen organizado, que sigue exhibiendo un gran poderío económico en el país.
Así lo advierte el investigador, Francisco Jiménez Reynoso, integrante del Observatorio de Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara, tras analizar los registros proporcionados por la FGR.
“Se habla mucho pero se ofrecen pocos o nulos resultados (…) Eso significa que, lejos de debilitarse, la delincuencia organizada en México sigue robusteciéndose y haciéndose cada vez más poderosa económicamente, por lo que tiene la capacidad para corromper autoridades de los tres niveles de gobierno”.
En su respuesta, la FGR reconoce que no ha efectuado ninguna aprehensión dentro de las indagatorias que derivan de denuncias de la UIF: “Cantidad de detenidos por la Fiscalía: del universo de información que se proporciona, no se desprende carpetas de investigación iniciadas con detenido, es decir, cero registros”.
Las operaciones con recursos de procedencia ilícita que efectúan los grupos criminales, señaló el entrevistado, pueden estar vinculadas en la actualidad con un abanico muy amplio de delitos, lo que complejiza su investigación y demanda de una colaboración eficaz entre las instituciones.
“Se han ramificado y diversificado sus actividades como el cobro de derecho de piso, la extorsión, la trata de personas, el tráfico de órganos, el robo de vehículos, el robo de autopartes, en fin, así podemos seguir enumerando hasta llegar a más de 20 actividades que lleva a la práctica la delincuencia organizada más la del narcotráfico, que es otra rama que practica pero que ya es una ala solamente de lo que se hacía a principios de los 80 y a finales del siglo XX”.
En opinión del investigador, el combate a las estructuras financieras de los grupos delictivos no puede limitarse al congelamiento temporal de cuentas bancarias, pues resulta insuficiente; lo que se requiere es que los procesos penales se desarrollen con éxito hasta sancionar a los criminales.
“Ese poder económico que tiene la delincuencia organizada en virtud de que no se tocan sus cuentas, no se tocan sus recursos, no se tocan sus activos, no se tocan sus bienes raíces, no se tocan sus negocios, pues le da margen de maniobra para corromper o para amenazar, amedrentar, extorsionar a las autoridades”; los grupos delictivos buscan “controlar a los municipios primero de algún estado, y después van por el estado, y pues van por todo para controlar todo el país prácticamente, es un cáncer que se está expandiendo a nivel nacional”.
Por su parte, la “Evaluación Nacional de Riesgos 2020” advierte que “los delincuentes disponen de recursos financieros altos y constantes listos a ser objeto de lavado de dinero. Esto se traduce en inseguridad y en disminución del desarrollo económico del país, lo que se ve reflejado en el cierre de comercios y empresas, así como en un decremento del turismo”.