La diabetes mellitus tipo 2 era una enfermedad considerada “de adultos”, sin embargo, con la alta prevalencia en menores de edad, esta creencia ha quedado atrás, por ello es necesario estar alerta, afirma el doctor Guillermo Arteaga MacKinney, experto en Ciencias de Alimentos por la University of British Columbia.
“El primer paso es tener la conciencia de que hay niños con diabetes, y no de tipo 1, donde el factor genético es muy relevante. Estamos hablando de esta diabetes tipo 2”, explica el especialista.
“Hay unos reportes de los años 90 que indican que, de cada 100 niños diagnosticados con diabetes, máximo uno o dos eran de diabetes tipo 2; ahorita estamos hablando de que en México de cada 100 niños diagnosticados con diabetes, 20 o 30 padecen la de tipo 2. En Estados Unidos la mitad de los niños con diabetes son de esta clase”, dice el especialista.
Considera que los padres de familia tienen que tener bastante cuidado, sobre todo si en las familias existen antecedentes de personas con la enfermedad, además de que los grupos étnicos latinos tenemos mayor riesgo de padecerla.
La obesidad, recuerda el experto en nutrición, está directamente relacionada con la aparición de este padecimiento.
“Si a nuestro niño lo vemos gordito, es una alerta. Todavía la parte de la cultura mexicana de repente tenemos esta idea de que si se ve llenito está bonito. No, hay que tener cuidado. Es importante consultar a un nutriólogo o un pediatra para que nos diga cómo está su peso en relación con su edad y con su talla”, explica.
El especialista recomienda hacer una multiplicación de la edad del menor por tres y al resultado sumarle tres kilos, de esta manera sabremos un aproximado de cuánto debe pesar el niño.
Por ejemplo, si un menor de edad que tiene ocho años, al hacer la multiplicación por tres arroja 24, más los tres kilos de margen recomendado, se habla de que debe pesar 27 kilos.
“Tiene que andar por ese rango de peso. Si nuestro hijo de ocho años anda pesando 40 o 45 kilos, andamos muy por fuera de lo que se considera saludable, por mucho que sus papás sean de huesos anchos”
Considera que la diabetes tipo 2 en niños es un problema que incrementó de forma grave en México y en los países industrializados, y por ello los padres y tutores deben de tener mucho cuidado.
“Los papás tenemos que vigilar a nuestros hijos y en este caso tomar las acciones con la alimentación, consultar un nutriólogo para que nos pueda dar un buen diagnóstico y se recomienda que a partir de los 10 años se hagan las pruebas de glucosa, sobre todo si tenemos antecedentes y tenemos la situación de sobrepeso u obesidad”, explica.
El experto recomienda ante la aparición de algunos síntomas acudir con un profesional de la nutrición.
“Un síntoma clásico de diabetes tipo 2 en niños, son unas manchas en los pliegues (cuello o axilas), la piel se pone oscura, como sucia, se llama ‘acantosis nigricans’. Entonces es una señal de alerta de que no está procesando algo en su metabolismo por insulina, algo no está funcionando”, advierte.
