Detención de capos, deuda con Estados Unidos o cambio de estrategia
La presión por parte de Estados Unidos por atrapar a Caro Quintero, así como las recientes reuniones entre el presidente Andrés Manuel López Obrador con su homólogo, Joe Biden, pudieron haber jugado una parte fundamental en la captura del capo
Rubén ZermeñoA finales del 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró durante una de sus conferencias matutinas que la detención de capos del narco no resolvía nada para frenar la inseguridad que azota al país.
“No necesitamos estos actos espectaculares de que se detuvo a una personalidad de la delincuencia y difusión y todo, porque eso tampoco resuelve nada”.
El jefe del Ejecutivo federal puso como ejemplo el alto número de homicidios que se mantiene en Guanajuato, incluso después de la detención de José Antonio Yépez, “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima.
“Lo estamos viendo en Guanajuato. Se detuvo al jefe de la banda y todavía no podemos reducir el número de homicidios, que es lo que nos importa más que nada. Se dan reacomodos y sigue habiendo homicidios”, reveló.
La detención de Rafael Caro Quintero ocurrió tres días después de que el presidente mexicano se reuniera con su homólogo Joe Biden, con quien además de migración y de los embates económicos que ha dejado la pandemia de COVID-19 como la inflación, habló de seguridad.
“Nos comprometimos a profundizar nuestra cooperación para combatir a las organizaciones criminales transnacionales que fomentan la violencia en ambos países”, señala la declaración conjunta emitida por los gobiernos de México y Estados Unidos.
Al debate y a las suspicacias se agregan las versiones contradictorias de la directora de la DEA, Anne Milgram, y el embajador de México en Estados Unidos, Ken Salazar.
Milgram celebró la captura de Caro Quintero y reveló que hubo cooperación con las autoridades mexicanas.
“Nuestro increíble equipo en México trabajó en conjunto con las autoridades mexicanas para capturar y arrestar a Caro Quintero, acusado en Estados Unidos de torturar y asesinar al agente especial ‘Kiki’ Camarena”, escribió.
Por su parte, Salazar señaló que “la aprehensión del narcotraficante Caro Quintero fue realizada exclusivamente por el gobierno mexicano”.
En ese tenor, el presidente López Obrador negó que hayan trabajado junto con la DEA.
“En el caso de la participación de la DEA, como lo señaló el embajador de Estados Unidos, no tuvo injerencia directa. Se pide información en algunos casos, en este no”, enfatizó López Obrador.
Para el especialista en seguridad nacional e investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), Juan Manuel Aguilar Antonio, la reunión de Joe Biden y López Obrador detonó la captura de Caro Quintero.
“Quizá lo que no se vio fue lo más trascendental de la reunión entre los presidentes López Obrador y Biden.
Sobre su detención, el especialista contradice la versión de López Obrador y del embajador Ken Salazar de que no intervino la DEA, ya que por la forma en la que se realizó es muy probable que se haya utilizado su inteligencia.
“La versión de la Secretaría de Marina de que Max encuentra a Caro Quintero en los matorrales se me hace una casualidad muy ventajosa. Mi hipótesis es que el objetivo ya había sido identificado, ya que a veces realizaba llamadas telefónicas, realiza una llamada y la DEA u otra agencia de inteligencia mandan el ‘pitazo’ a los marinos”, explica.
Finalmente, Aguilar Antonio critica el doble discurso con el que trabaja el presidente López Obrador y su falta de estrategia para combatir a los grupos del crimen organizado.
“Yo creo que el presidente no tiene una estrategia de combate al crimen organizado, porque por un lado su discurso te habla de que se terminó esa estrategia de descabezar capos, ha puesto impedimentos para la operación de la DEA de México y ha tenido un discurso beligerante en contra de ellos, pero por el otro lado dio su brazo a torcer con la captura de Rafael Caro Quintero”, concluye.