Desprincesamiento: feminismo desde y para la infancia
Proyecto Desprincesamiento es una iniciativa dirigida a niñas, niños y personas que cuidan de menores de edad con el objetivo de cuestionar y cambiar las imposiciones sociales asociadas al género como resultado de los estereotipos creados por la industria del entretenimiento
Carlos RamírezLas mujeres son princesas débiles que necesitan ser rescatadas y los hombres príncipes fuertes que no deben llorar.
Estas ideas y muchas otras han sido impuestas por la industria del entretenimiento, los medios de comunicación y la familia, pero actualmente están siendo cuestionadas por la sociedad mexicana desde distintas organizaciones, prueba de ello es el Proyecto Desprincesamiento.
¿Cómo nació?
Daniela levantaba su mano muchas veces para preguntar cosas que las niñas de su edad no cuestionaban, ni debían, porque no era normal. La inquietud nunca se fue.
De adulta, encontró la posibilidad de diseñar un proyecto en el que estas, y otras, reflexiones tuvieron un lugar de forma colectiva.
¿Por qué las princesas deben ser siempre rescatadas? ¿Por qué esperan un príncipe? ¿Por qué Bella se quedó con la Bestia si al principio él la secuestró?
Así, Daniela Lombardo, politóloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fundó el Proyecto Desprincesamiento, una iniciativa feminista que funge como espacio para niñas, niños, y madres y padres de familia, para cuestionar las imposiciones de género así como los estereotipos promovidos por el entretenimiento y la cultura popular.
Buscamos empoderar a las niñas. Aunque, el verbo empoderar también está muy desgastado; pero, lo que sucede es que la participante lleva un proceso de autoconocimiento a través de autoreflexiones con preguntas que nos hacemos.
De acuerdo con Daniela, el Proyecto fue estructurado de tal manera que se comienza a trabajar con niñas desde los 6 hasta los 22 años por medio de cuatro talleres en los que se meditan las cuestiones del amor, el cuerpo, la familia y el entorno.
Mientras que en lo que respecta a los niños, se tiene un taller llamado “Ni príncipe ni ogro”, en el que se cuestiona lo construido hegemónicamente como masculino.
Además, se tiene el objetivo de atender tres puntos del desarrollo en la niñez: la igualdad de género, la reducción de las desigualdades y la educación de calidad.
Los inicios del programa desprincesamiento
El grave panorama de violencia de género en México, así como las constantes violaciones a los derechos de las mujeres, son la razón de ser del Proyecto Desprincesamiento.
Ante ello, Daniela Lombardo explica que colocaría esta iniciativa en el punto más inmediato de la prevención de la violencia, ya que, aunque en ocasiones ha trabajado en atención a víctimas, su labor es la prevención en niñas y niños.
Además, el informe de la Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) 2018 reveló que en nuestro país, 6 de cada 10 niñas y niños sufre de algún método de violencia como castigo en sus hogares.
Números de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) colocan a México como el primer lugar en abuso sexual infantil con más de 4 millones y medio de niñas y niños.
Lombardo también recuerda un estudio del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, en el que se revela que los principales agresores sexuales de las niñas son los familiares, con el 30 por ciento de abuelos y padrastros, 13 por ciento correspondiente a tíos y 11 por ciento a padres biológicos.
Mientras que información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad y Protección Ciudadana revela que mil 199 mujeres perdieron la vida a manos de la violencia machista en el país.
“El asesinato de una mujer por el simple hecho de ser mujer es el punto máximo de esta violencia. Lo que nos mueve es la violencia de género porque tenemos un alto nivel de feminicidios en el país, y porque todas las mujeres sufrimos de un tipo de violencia. El panorama en México es muy amplio. De hecho, la violencia económica aún se mantiene. Ya que se tiene la idea que las mujeres permanecen en lugares de violencia o con violentadores porque les gusta estar ahí o porque son tontas y no es así. Hay factores por los cuales la mujer que está viviendo un tipo violencia y no puede salir del espacio”, señala la fundadora del Proyecto.
Asimismo, las cifras también muestran que son 10 de las 32 entidades federativas donde más se concentra el feminicidio. En primer lugar se encuentra el Estado de México con 152 víctimas de feminicidio, Jalisco 102, Guanajuato 99, Veracruz con 73, Chihuahua con 71 y Ciudad de México con 70 homicidios de mujeres.
De la crianza a las princesas
El panorama en la niñez no es del todo desolador, pero sí hay muchos puntos en los cuales trabajar, según la politóloga. Sobretodo porque si bien las niñas que asisten a su taller tienen una actitud desafiante, al entrar a su adolescencia presentan heridas de autoestima.
Con el cuidado de no generalizar, Daniela señala que hay muchas niñas y adolescentes que presentan baja autoestima en ámbitos como su cuerpo, provocada por los comentarios que se les realizan.
Por esta razón, Lombardo argumenta que los talleres también se nutren de la participación de las madres, padres y personas que creían, ya que de ahí devienen muchos de los problemas de autoestima y afectivos en niñas y niños, quienes crecerán con estas afecciones durante su adultez.
“Somos una sociedad con carencias en lo afectivo. Yo trabajo con la salud afectiva, ya que si eso no se trabaja vamos a seguir con muchos traumas y muchos patrones. Entonces la labor no sólo es llevar a las niñas y niños a los cursos, sino que tú mamá, tú papá que crías, o tíos, abuelos que crían, ¿qué están haciendo para tener la misma reflexión? No es casualidad que muchos de los círculos de meditación en México son dirigidos a trabajar a la niña y el niño interior. Porque estamos heridos y heridas desde la infancia”, manifiesta respecto a la necesidad de educar a los criadores.
Como su nombre lo indica, el Proyecto Desprincesamiento busca desarraigar los estereotipos acerca de las princesas y príncipes que existen en nuestro país. Sin embargo, aunque la iniciativa parte de esta idea, profundiza en muchas reflexiones acerca de las imposiciones de género.
Daniela Lombardo define que desprincesar es “tomar conciencia de quién eres a través de tu cuerpo, de tus sentimientos y de la propia historia y echarte un chapuzón para ver todo lo que te ha formado y reflexionar con lo que te quedas y con lo que no. Y así, que te reconozcas como el ser humano tan valioso que eres”.
“Nosotros no le decimos a las niñas que no sean princesas, pero sí que reflexionen. Por ejemplo, cuando vayan a ver la Bella y la Bestia que sepan que el príncipe, aunque está guapísimo, secuestró en un principio a Bella. Disney nos creó la idea del amor y de la belleza en las mujeres. ¿Cómo no vas a querer ser princesa? Si iba a venir un príncipe por ti a rescatarte, a casi solucionarte la vida, te iba a elegir por ser la más hermosa, pero no eres princesa si no eres hermosa”, acusa la politóloga.
“También las niñas siguen soñando con casarse y no es que esté mal, pero no que sea una imposición social. Las niñas deben saber que el matrimonio no es la única opción: pueden seguir con su formación académica, por sus pasiones artísticas, por lo que les gusta”, comenta Lombardo y agrega que también se aborda la educación y el respeto en los niños.
“En cuanto a los niños se parte de la premisa del consentimiento, de que ningún cuerpo ajeno se toca. Si educáramos desde esa premisa en todos los hogares, las violaciones y abusos sexuales se evitarían”.
Desprincesamiento desde la pedagogía y la psicología
Yuria Reyna, psicóloga social con diplomado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre políticas para la infancia, y Oliva Esparragoza, pedagoga y profesora en la Facultad de Filosofía y Letras del Colegio de Pedagogía, concuerdan en que estas imposiciones de la industria del entretenimiento sí tienen repercusiones en la educación de las niñas y niños.
Para Reyna, el trabajo en las carencias afectivas, como lo mencionó Lombardo, es menester para las políticas públicas de las estancias infantiles ya que existen imposiciones que se perpetúan y se combinan con heridas de tipo emocional que conducen a actitudes de sumisión o violencia.
“En la infancia no existe una diferencia entre lo que es real y lo que es fantasía, por lo que la influencia de los medios audiovisuales es bastante. Las etapas primarias de los niños demuestras que estos no se juntan con las niñas y pudiera considerarse normales por su desarrollo; sin embargo, hay señales de alarma cuando los niños comienzan a empujar o maltratar a las niñas”, argumenta la psicóloga.
Por su parte, la pedagoga Oliva Esparragoza expresa que no sólo la industria del entretenimiento alienta las imposiciones de género y de roles sino que la familia, un concepto ambiguo, es el primer espacio donde se producen.
Esparragoza celebra la idea del Proyecto Desprincesamiento pues busca trabajar en conceptos que se han fincado desde la perspectiva de los hombres.
“Cuando los niños reflexionan acerca del contenido que están viendo construyen conocimiento. Algo va cambiando y les dice que ser hombre y ser mujer no es motivo para haber distinciones. Las masculinidades, por ejemplo, deberían ser motivo de un desarrollo constante en el que las actitudes deberían cambiar”, afirma la académica.
Aunado a ello, Yuria Reyna señala que desde la perspectiva de la psicología, los niños se comportan de forma distinta con las niñas aun cuando busquen incluirlas a sus actividades como el futbol. Y, en ocasiones, las protegen por el hecho de considerarlas débiles.
De acuerdo con la psicóloga, “ideas como que el hombre es quien va a suplir todas las necesidades de la mujer se difunden en las historias y comedias románticas. La princesa no es ella misma si no está a lado de un hombre. Y no puede rescatarse a sí misma hasta que llega el príncipe. Ella deja todo, incluyendo sus sueños, por un príncipe”.
Por otro lado, Saraí Estrada Cárdenas, estudiante de Pedagogía en la UNAM y con interés en temas de decolonialidad y feminismo, explica que los medios de comunicación forman a los niños y los apropian de manera de actuar.
“A una niña se le dice tú debes ser sensible, dulce, en pequeñas proporciones se le enseña a las niñas a encontrar un príncipe o un chavo que las haga felices. Y eso se va volviendo parte de la vida de nosotras. Cuando eres niña, juegas con esas cosas con tu Barbie y las caracterizas así y llegas a creer que todas las mujeres deben ser de esa manera”, comenta en entrevista.
Por el contrario, señala que las visiones feministas han tomado fuerza sobre los medios de comunicación y las empresas; sin embargo, estas perpetúan su éxito a costa de discursos condescendientes y sin reflexionarlos en sí mismos.
“Cuando tienes intrínsecas estas cuestiones evolucionan hasta ámbitos de entretenimiento más superiores, como en una comedia romántica en la que la mujer contemporánea sufre al no tener un hombre y es mal vista por ser madura y no consiguir una pareja. Es decir, cuestiones distorsionadas como el amor se van reproduciendo”, afirma la estudiante de Pedagogía, quien concluye que hay que seguir fomentando espacios donde se puedan tocar estos temas para profundalizarlos.
Los obstáculos
Daniela Lombardo trabaja junto con otras tres personas en el Proyecto Desprincesamiento, el cual ha alcanzado a casi 18 mil niñas y 3 mil niños en 17 estados de la República, de acuerdo con cifras de la propia iniciativa.
La joven politóloga señala que el alcance de la iniciativa es una lucha desde la niñez en contra de abusos contra los derechos de las mujeres en pleno siglo XXI, en el que aún ellas no pueden decidir sobre sus cuerpos.
“No sólo nuestro país, sino en toda Latinoamérica y el mundo esto es un sistema machista patriarcal que mantiene opresión en las mujeres a pesar de la inclusión y los derechos que las mujeres han obtenido en distintas áreas. Pienso que los feminismos actuales son concernientes a nuestro cuerpo”, afirma.
Por lo anterior, Daniela lamenta los obstáculos con los que se ha encontrado, siendo el préstamo de los espacios públicos, donde se celebran los talleres, uno de los impedimentos principales para el Proyecto Desprincesamiento.
Y es que la iniciativa no funciona a través de ningún financiamiento gubernamental, por lo que no tiene un espacio sede y ha contado con giras alrededor de la Ciudad de México en las que se utilizaron parques públicos del norte, centro y sur de la capital.
“El préstamo de espacios en la Ciudad, ya sea en casas de cultura, la burocracia sigue siendo muy pesado. Son muchos pasos para que te presten un espacio. No entiendo por qué las familias no pueden llevar a cabo eventos como estos sin un permiso”, manifiesta la fundadora de la iniciativa.
Lombardo también menciona que el plan del Proyecto es expandirse en Latinoamérica e Iberoamérica, al mismo tiempo que reconoce que ha tenido contacto con otras iniciativas similares en distintos países latinoamericanos.
Por ejemplo, destaca que en Argentina existe la obra de teatro Desprincesada, la aventura de ser yo, una puesta en escena dirigida por Luján Salazar quien busca aportar desde la infancia una conciencia en la que se viva sin prejuicios ni estereotipos.
Asimismo, la Escuela Municipal de Participación y Empoderamiento (EMEP), en Pamplona España, donde se imparten talleres de desprincesamiento dirigidos por la feminista Irantzu Varela.
Finalmente, Proyecto Desprincesamiento ha colaborado recientemente con la organización de España La Parcería infancia y familia, por lo que han viajado hasta el país ibérico a impartir sus talleres y capacitar personal para los mismos.